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Ramiro “Wankar” Reynaga, hijo del ideólogo indianista Fausto Reynaga, falleció el pasado fin de semana y con ello, en sus últimas palabras, volvió “al seno de la madre cósmica”.
El 8 de febrero, el escritor, filósofo y políglota ya expresaba su falta de energía y adelantaba su deseo de no ser enterrado en un ataúd sino volver al suelo eterno.
“Ayer no pude terminar un mensaje. Falta de energía. He vivido en las mayores mega urbes y he venido a morir a una aldea minúscula. No quiero ir al cielo, quiero volver al suelo. Al seno de mi Madre Cósmica. Quiero regresar desnudo, kalancho, como vine. NO QUIERO ATAÚD. Me repugna esa carcel de esqueletos. Mi mujer se ha comprometido a enterrarme como yo quiero”, fue su última publicación en redes a la edad de 83 años.
Wankar Reynaga siempre enarbolaba la labor de su padre, Fausto Reynaga, quien fue el ideólogo del indianismo como una corriente para rescatar la autodeterminación y la identidad de los aymaras, quechuas e indios del Tawantinsuyu, que era contraria al indigenismo “de origen foráneo y colonial”.
Sus restos fueron trasladados a la comunidad Sejsiwa a orillas del Salar de Thunupa, según la esquela compartida por grupos indianistas y kataristas.
CRÍTICA AL MARXISMO
Tanto el padre como el hijo tuvieron la oportunidad de viajar por el mundo, incluida la Unión Soviética, donde conocieron el verdadero rostro del comunismo. Fausto, quien fuera diputado nacional, volvió al país decepcionado de aquel sistema de gobierno que ya tenía influencia en la política boliviana, sobre todo luego de la Revolución de 1952.
Wankar, en uno de los pocos registros audiovisuales que existen, expresó su repudio al denominado proceso de cambio del masismo, recordando que las cúpulas comunistas siempre buscan reproducirse en el poder.
En un texto breve de 2021, Wankar Reynaga comparaba el Congreso Nacional de 1943 con la actual Asamblea Legislativa Plurinacional, con una marcada crítica al clasismo del siglo XX y la visión totalitaria marxista desde 2006, respectivamente.
- “DOS PARLAMENTOS
Oligarca y marxista. Aquel lo conoci a mis 4 años. Habia dos diputados indios: Fausto Reynaga, mi padre y Franz Tamayo, presidente del Congreso. Yo en palco con mi madre, bella y elegante. Cada rato Tamayo, al verme indiecito, me sonreia y saludaba. Recuerdo la nivea blancura de los ujieres y el rico perfume de los ambientadores. Era la mascota, en el comedor no me faltaban pasteles, rico cafe con leche
Los honorables, grades mineros y terratenientes, recibian de Europa libros en aleman, frances, ingles. Sus discursos eran piezas oratorias coleccionables. Gracias al trabajo esclavo de sus colonos.
Algo parecido sucedio es Esparta. 10.000 espartanos glorficaban la democracia gracias a la esclavitud de 100.000 ilotas.
Ahora el parlamento hiede a patas, de los levantamanos. El maraviloso sistema de frenos y balanzas entre los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, ideado por Mo tesquieu, solo puede funcionar en la sociedad abierta, multipartidaria. El estado policial marxista solo permite un soli partido, el oficial. Por eso en la URSS, Cuba, Venezuela, etc.l poder legislaivo es asesinado, desaparecido
El diputado marxista solo obedece. Si piensa, analiza, evalua, compara es hombre muerto. Se prostituye para recibir puntual su dieta. Asi lo muestra y demuestra la realidad mas real”.
SE LIBERÓ DEL SUFRIMIENTO
La activista y freelance Yomar Ferino, recordó a Wankar como un hombre extremadamente culto aunque asocial, distante de la sociedad e incomprendido.
“Ahora se ha ido; por fin se liberó de tanto sufrimiento hasta me hablaba de suicidio porque nadie le daba su lugar en este mundo. Ahora todo mundo le postea, pero en vida ni le saludaban. Me alegra que por fin esté en un tiempo-espacio que no es esta maldita cárcel de sufrimiento e hipocrecía”, citó.
Destacó también la trayectoria del autor de “Tawa Inti Suyu” de 1977, como un hombre de mundo que nunca fue valorado ni recibió ninguna remuneración por la obra de su padre “Revolución india” que incluso fue publicada y distribuida por el Ministerio de Educación.
“Reynaga fue un hombre de mundo, desde muy joven visitó continentes, vivió y palpó diferentes culturas, incluso tenía entrenamiento militar ruso. Era de esas personas con las que puedes hablar de cualquier cosa, desde gastronomía hasta astronomía… porque era extremadamente culto”, acotó.
RADICALISMO
Reynaga también escribió “Blokeo” sobre los conflictos sociales del 2000, cuando comenzaba a visibilizarse otra de las figuras radicales de esta corriente ideológica Felipe Quispe “Mallku”, a quien el autor reconocía haber rescatado el pensamiento indianista de su padre Fausto Reynaga.
Polémico, también protagonizó una balacera en pleno centro paceño en 2005. Otros críticos lo señalaban como un pensador radical y con sesgo racial porque también negaba a Bolivia como nación.
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