Exdiputado y empresario del MAS con denuncia por enriquecimiento busca tomar Los Tiempos

Valdivia en su doble faceta como diputado del MAS y luego como próspero empresario / ANF / GRAVETAL

La crisis del periódico Los Tiempos ahora tiene un rostro y se apunta al empresario y exdiputado del Movimiento Al Socialismo (MAS), Juan Valdivia, como el interesado en quedarse con las acciones de ese medio de comunicación en Cochabamba. En 2019, Valdivia fue denunciado por “amasar” en menos de una década, una fortuna de 65 millones de dólares.

El directorio de Editorial Canelas, la empresa valluna que produce el matutino Los Tiempos, denunció la pasada semana que existe una constante y sistemática presión y asfixia gubernamental para que las acciones del medio impreso pasen a manos de gente vinculada al partido oficialista, que hoy son accionistas minoritarios.

“El punto central es que estos ataques vienen del señor Eduardo Valdivia y la presión contra Los Tiempos, toda esta campaña, viene justamente de ese lado”, expresó el director del periódico, Maco Zelaya.

Valdivia Almanza fue diputado uninominal de Quillacollo por el MAS de 2010 a 2015, y en su declaración jurada dijo poseer Bs 8 millones de patrimonio. Sin embargo, omitió dar a conocer su condición como accionista mayoritario de Inversoja S.A., una empresa que en 2008 compró Gravetal, un consorcio que comenzó con la exportación de derivados de soya y que llegó al país de la mano del inversor venezolano paraguayo Carlos Gil.

El también exdiputado Bernardo Montenegro presentó en diciembre de 2019 una denuncia contra Valdivia ante la Fiscalía de Santa Cruz y la Contraloría General que no avanzó. Se manejó entonces la figura de enriquecimiento ilícito por el cálculo de los 35 millones de dólares que tendría el empresario masista como presidente del directorio de Gravetal y el control del 34% de las acciones.

Posteriormente, Montenegro indagó las otras inversiones de Valdivia que llegarían a un total de 65 millones de dólares de patrimonio, gracias a proyectos inmobiliarios como las Colinas del Urubó, la compra de la mitad de las acciones del Hotel Radisson en Santa Cruz, como dueño de la importadora de automóviles Honsa y otros negocios que van desde fertilizantes hasta heladerías en Cochabamba.

Conferencia de prensa de los ejecutivos, directores y periodistas de Los Tiempos, el pasado jueves / ANP

El investigador jurídico Franz Barrios, añadió que Valdivia también tiene relación con la cadena de hoteles Casablanca en Santa Cruz, propiedad de su familia, y que sería allegado a la exdirectora de la Autoridad del Sistema Financiero (ASFI), Lenny Valdivia.

“Ahora que quieren asaltar las acciones de Los Tiempos, volvemos a cuestionar la licitud de esos pseudo empresarios”, escribió Barrios en sus redes sociales.

Valdivia Almanza se hizo cargo efectivo de Gravetal en 2009 y tuvo como otro accionista a Sebastián Rivero Guzmán, hermano de la exdiputada beniana del MAS Susana Rivero, y puso en el Directorio a Katarina Gumucio Stambuk, exdelegada presidencial de Evo Morales, que se encargaría de gerentar el canal Abya Yala que el régimen de Irán “regaló” al jefe cocalero, cuyo patrimonio luego fue transferido en forma de “Fundación” que recibió bienes incautados en calidad de donación por el Ministerio de la Presidencia.

En 2020, Montenegro lamentó que la Fiscalía no haya avanzado en las investigaciones y que, al contrario, muestre una total falta de voluntad.

Con cerca de 80 años de labor, Editorial Canelas y Los Tiempos han recibido el respaldo de las organizaciones de la prensa en Bolivia y el exterior. La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) se sumó a las manifestaciones de preocupación de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) que advierte una estrategia de asfixia contra el matutino cochabambino.

“Nos preocupan los métodos indirectos de presión, en especial en épocas de debilidad económica como la actual, profundizada por la pandemia”, expresó el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, el pasado miércoles. “Peor aún, nos alarma que el Gobierno busque quedarse con medios o que se los dé a sus allegados con el fin de transformarlos en vehículos de propaganda”, acotó.

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