Víctimas dictadura militar: “Todavía no tenemos la democracia por la que luchamos”

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A 40 años de la recuperación de la democracia de manos de los gobiernos militares, responsables del recorte de los derechos y autores de varias matanzas, quienes participaron en esa proeza advierten que el actual sistema de libertades que impera en el país no refleja las aspiraciones por las que lucharon. Consideran que, desde 1982, el país ha ido de tumbo en tumbo con sus problemas sociales, estructurales y no se ha dado tiempo para hablar y desarrollar una cultura democrática, y en 40 años solo ha existido confrontación. En la última década, agregan, la amenaza principal que se cierne sobre los bolivianos es el totalitarismo de un gobierno que lo quiere controlar todo.

“Han sido 18 años de dictadura que hemos vivido y enfrentado con ese ímpetu de la juventud de entonces, con el deseo de liberar a nuestro pueblo de los golpistas y de los dictadores, hemos luchado hasta entregar la vida misma para que Bolivia viva ejerciendo plenamente sus derechos, pero vemos que a la fecha cuesta mucho lograr justicia en nuestro país, existe mucha injusticia, mucha discriminación y lamentablemente no sirven de nada las leyes que se emiten”, dice a ANF Victoria López, presidenta de la Plataforma de Luchadores Sociales Sobrevivientes de las Dictaduras.

López, siendo aún estudiante de la universidad, se organizó junto a universitarios, trabajadores mineros, fabriles, maestros dirigidos por la “gloriosa Central Obrera Boliviana”, no la de ahora, aclara, para resistir a los gobiernos dictatoriales, en particular a Alberto Natusch Busch (1979), el régimen más masacrador.

En el narcogobierno de Luis García Meza (1980-1981), López fue apresada y torturada, producto de estos tratos crueles -que no se castigan en Bolivia- perdió a su hijo en un embarazo de tres meses y nunca más pudo ser madre.

“Nosotros hemos luchado para erradicar toda forma de violencia contra el ser humano, que no haya más injusticia ni más violación de los derechos humanos, pero vemos que lamentablemente continúa esa situación”, lamenta la activista.

Los luchadores por la democracia tampoco se sienten reconocidos plenamente en sus derechos. El actual gobierno cumplió solo en parte con su obligación de resarcir a las víctimas. A muchas de ellas les exigían certificado médico forense de la época como prueba de que sufrieron tortura.

López remarca que reconquistar la democracia costó muchas vidas, mucha sangre, en tiempos en que cada dictador cometió masacres en el país, por tanto, “es una deuda histórica que tiene el Estado con quienes hemos luchado por reconquistar la democracia, pero la actual democracia no reconoce plenamente nuestros derechos”.

Señala que como luchadores sociales siempre fueron de una ideología de izquierda, considerando que “la izquierda es la voz del pueblo y con ella tiene que haber justicia, tiene que haber igualdad, pero no hay eso” en este momento.

Demanda tanto al oficialismo como a la oposición legislativa, en representación de la población, no enfrascarse en temas insignificantes y concentrarse más en cómo mejorar la democracia, cómo solucionar los problemas del pueblo y enfatiza que el pueblo, así como ha tenido la capacidad de recuperar la democracia, tiene la capacidad y el derecho de no permitir la vigencia de gobiernos democráticamente electos que quieren implantar la violencia y no respetar la voluntad popular y aferrase al poder, como ocurrió con Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003 y con Evo Morales en noviembre de 2019.

Para el jurista Ramiro Llanos, hijo de la generación que recuperó la democracia, a lo largo de la historia del país, los bolivianos no aprendieron a convivir democráticamente en procesos largos que permitan generar una cultura democrática.

Dice que antes de que Bolivia perdiera la Guerra del Pacífico (1879-1884), Bolivia era gobernada por barbudos y militares que llevaban el país a lomo de bestia, es decir gobernaban a puro golpes y muerte, y hasta muerte entre presidentes, mientras que en otras regiones del mundo se avanzaba en democracia.

“Hemos tenido guerras que no nos han permitido avanzar, como las guerras por la capital entre Sucre y La Paz (1899), con militares aleccionando mediante matanzas; hemos llegado a la guerra del Chaco (1932-1935) y lo mismo, los militares controlando, Después los derrotados se animan a hacer la revolución de 1952 y empezamos ese proceso, pero también esto se malea con un golpe de estado a Víctor Paz Estensoro (1952-1956) y empezamos un proceso de militares en Bolivia hasta 1982”, recuenta.

Y tras recuperar la democracia en 1982, agrega Llanos, empezamos tres años con Hernán Siles Suazo (1982-1985), “donde no lo dejan gobernar, con un senado en su contra, donde hay una inflación enorme, todos en crisis”.

Luego, refiere, se hacen cambios, se reducen mandatos, se habilita a Jaime Paz Zamora rompiendo las normas constitucionales, aparece un nuevo período conocido como Neoliberal y con oposición de todos los sectores sociales, “y tampoco hemos podido construir democracia pese a que se han institucionalizado algunas entidades democráticas como la Defensoría del Pueblo, el Tribunal Constitucional”.

En el período 2000 a 2005, explica Llanos, surgen enfrentamientos en las calles, cambios de gobierno, renuncias, hasta llegar a poner como presidente del país a la máxima autoridad de la Corte Suprema de Sucre, Eduardo Rodríguez Veltzé.

Y después, acota, empezamos con el gobierno de Evo Morales (2006-2019), “supuestamente para profundizar la democracia, y ya sabemos cómo ha funcionado eso, se han querido empoderar, quieren ser dueños absolutos de todo, controlar las instancias globales del Estado, del Órgano Judicial, del Legislativo y todos los órganos”.

Llanos concluye que en esas circunstancias históricas “no hemos tenido tiempo de pensar en democracia, no hemos podido construir democracia, no hemos cultivado democracia, y actualmente no hay posibilidad de hablar de democracia”.

Y hoy, enfatiza el jurista, estamos nuevamente enfrentados por el tema del censo y entre quienes quieren mantener el estatus quo, que las cosas no se transparenten, y quienes exigen a través de movilizaciones que haya cambios democráticos.

“Entonces, el boliviano no ha tenido paciencia ni tiempo ni espacio para formar cultura democrática”.

Llanos afirma que, en la actual coyuntura, en palabras de quienes han luchado por recuperar la democracia, “hoy ser revolucionario es ser demócrata, hoy ser revolucionario es exigir el cumplimiento de los principios democráticos, el cumplimiento de la Constitución, el cumplimiento de las leyes, y los que no quieren cumplir las leyes, los que quieren tomarle el pelo a la ciudadanía, están tomando líneas autoritarias”.

El abogado y político Germán Gutiérrez señala que la democracia en Bolivia, a punto de cumplir 40 años, es muy joven respecto a otros países que llevan con este sistema más de 200 años y que aun presentan problemas.

Destacó que en este tiempo hubo un proceso sostenido de democracia donde no hubo confrontaciones o golpes como se tuvo en el pasado, pero advirtió que actualmente la principal amenaza para el sistema democrático es el autoritarismo.

“Tenemos una amenaza cotidiana, el autoritarismo, que ha envilecido el voto de tal manera que el día de hoy practicamos un autoritarismo electoralizado, que afecta a la democracia, a sus valores y a sus principios”, remarca.

Dice que como país hay mucho por construir y por consolidar, “sobre todo valores y principios que nos brinden una forma de vida, más tolerante entre diferentes y un escenario de paz donde no prime la violencia”.

//FUENTE: ANF / EL DIARIO//