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Durante su homilía dominical, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, criticó la tentación de muchas personas de sentirse diosillos por el solo hecho de tener poder y de sentirse capaces de hacer y deshacer a nombre de otros.
El comentario surgió a propósito de la polémica carretera hacia el norte por Buena Vista – Las Cruces, donde el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, insiste en construirla ante la oposición de la Gobernación de Santa Cruz porque afectaría los acuíferos que suministran de agua potable a la ciudad de Santa Cruz.
Leigue exhortó a que, en este problema, cada uno asuma la responsabilidad y no la carguen al otro, porque cuando Jesús pide cargar la propia cruz, invita a también a actuar con responsabilidad ante el prójimo y tener amor al prójimo significa estar del lado del que sufre.
Dijo que a eso llama Jesús “ubicarse en el lugar que le corresponde. Todo lo que el Señor nos ha dado es un regalo de Dios para que la cuidemos, no para que destruyamos. Aquí con el poder que tiene otros quieren hacer y deshacer de la naturaleza cuando el Señor pide cuidarla”.
Manifestó que prueba de eso es la carretera hacia el norte por Buena Vista. Aclaró que nadie niega la importancia de la carretera, pero ¿Cuál es la más importante? ¿La carretera o que cuidemos el agua? Y vaya que regalito que nos quieren dar arruinando ese bolsón de agua del cual nosotros vivimos”, comentó.
“Alguien no quiere cargar con su cruz y quieren lanzarlo al otro. El agua es fundamental, pero creo que hay otro lugar por donde hacer la carretera y no estar metiendo miedo. Estamos cansados de tanto bloqueo y tantas cosas. Hay que ver el bien común, el bien de todos, Santa Cruz necesita esa agua”, afirmó Leigue.
Indicó que como el gas se está acabando, el país puede ver otras alternativas para sobrevivir, pero sin agua no se puede vivir, puntualizó, a tiempo de pedir a los cruceños que oren para que el Señor ilumine a las autoridades para resolver este conflicto.