El “hereje” Galileo Galilei, emblema de la batalla de un científico contra el oscurantismo

RODOLFO FAGGIONI

Galileo Galilei nace en Pisa, sus padres son Vincenzo Galilei y Giulia Ammannati. Il padre es un conocido musicólogo, laudista y matemático. En Pisa Galileo frecuenta las escuelas primarias. Cuando su familia se muda a Florencia, continúa sus estudios con los monjes vallombrosanos. Terminados los estudios secundarios se inscribe a la Facultad de medicina y filosofia en la Universidad de Pisa y se apasiona a los estudios geométricos. Comienza a profundizar los estudios de Arquímedes, que le ofrece una base metodológica antagonista a las filosofías entonces dominantes. Escribe pero no publica “Theoremata circa centrum gravitatis solidorum”

En 1589 obtiene la cátedra de matemáticas en la Universidad de Pisa y empieza a interesarse del movimiento de los cuerpos. La Universidad de Padua se interesa a sus estudios y le pide formar parte de su universidad. En Padua enseña cosmología y continúa investigando sobre el movimiento de los cuerpos y comienza a tener dudas sobre el la vericidad del sistema aristotélico-ptolemático, que le parece menos probable del copernicano. En ese periodo se encuentra con las primeras disputas científcas sobre la aparición en 1604 de una estrella “nova”.

En 1609 Galileo construye su primer telescopio y observa los cuerpos celestes. Al año siguiente publica el tratado “Sidereus nuncius”, donde anuncia sus propios descubrimientos, que contradicen a Ptolomeo a favor de Copérnico. Ese mismo año deja Padua por Florencia, llamado por el Gran Duque de Toscana como Matemático de corte. Galileo continuó sus estudios cosmológicos en Florencia y en 1611 viaja por primera vez a Roma donde inicialmente sus descubrimientos fueron recibidos favorablemente.

En polémica con los aristotélicos florentinos, imprime una serie de escritos sobre el comportamiento de los cuerpos flotantes. En 1613 con “Historia y demostración alrededor de las manchas solares” se opone a las tesis del Padre Jesuita Christoph Scheiner y por primera vez aborda los problemas del método científico poniéndose explícitamente del lado de la verdad del sistema copernicano. Influenciado por algunos frailes dominicos florentinos, fervorosos anticopernicanos, Galileo toma posición sobre la relación entre las teorías científicas y los textos sagrados, reinvindicando la autonomía de la ciencia con respecto a la interpretación teológica de la Escritura. En 1616 Galileo es denunciado a la Santa Inquisición y el Cardenal Roberto Bellarmino le advierte de  no apoyar las tesis copernicanas declaradas falsas y no conformes a las Sagradas Escrituras y prohiben terminantemente leer el el libro de Copérnico “De Revolutionibus”.

En 1617 Galileo está involuctado en una controtroversia sobre la naturaleza de los cometas. En 1619 publica un artículo, donde combate la adhesión al sistema ideado por Tycho Brahe sobre el que los jesuitas se habían replegado tras la demostrada insostenibilidad de Ptolomeo. La polémica sobre los cometes prosigue y en 1623 culmina con la publicación en la revista científica “Il Saggiatore” donde Galileo contrasta fuertemente a los jesuitas en términos de método científico. La respuesta que recibe es un ataque a nivel teológico.

En 1623 el Cardenal Maffeo Barberini es elegido a la cátedra de San Pedro con el nombre de Urbano VIII. Galileo cuenta con su apoyo para poder rehabilitar Copérnico y probar la verdad de su propio sistema eliocéntrico. Pero las ideas del Pontéfice no son tan abiertas como parecía al principio. En 1632 publica el “Dialogo sobre los dos sistemas del mundo”, donde Galileo, al no poder sostener la verdad del sistema copernicano, lo hace aparecer como la hipótesis más plausible, destacando la insostenibilidad de las posiciones aristotólico-ptolomaicas

El “Dialogo sobre los dos sistemas del mundo” no es el bienvenido en Roma. El Papa que también atraviesa una difícil crisis política, se enfurece porque sus personales puntos de vista no han sido tratados por Galileo con el debido respeto. Una comisione di teólogos examina la obra y encuentra numerosas acusaciones. El asunto pasa al Santo Uficio que instruye un proceso contra Galileo que tiene que regresar a Roma donde e encarcelado y  procesado. La causa tiene un desarrollo insólito y al final Galileo de ve obligado a ceder, y confiesa que no apoyará el copernicanismo. Fue igualmente condenado y el “Dialogo sobre los dos sistemas del mundo”, prohibido.

Con la célebre fórmula “abjuro, maldigo y odio” Galileo se ve obligado a renunciar a sus convinciones como científico declarando que nunca más se ocupará del movimiento de la tierra, por ser considerado una herejía, por lo tanto es excomulgado. Además, la publicación de sus escritos está terminantemente prohibida. Esto en Italia, en el resto de Europa esta imposición no es observada.

Confinado en su casa de campo di Arcetri, incapaz de ocuparse de cuestiones cosmológicas, reanuda sus estudios sobre el movimiento de los cuerpos y en 1638 publica “Discursos y demostraciones matemáticas alrededor de dos nuevas ciencias”. Sufre de una irremediable enfermedad ocular. Sigue estudiando hasta el final de sus días. Muere aislado del mundo y ciego en 1642.

Después de la muerte de Galileo, la sentencia ha proyectado sus efectos por muchos años y ha pesado mucho en la  orientación de los estudios, allí donde la Iglesia de Roma ejerció influencia.

350 años después, la Academia Pontificia de las Ciencias, reconoció los errores cometidos y el Papa Juan Pablo II rehabilitó a Galileo Galilei.

RODOLFO FAGGIONI

Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21