Crímenes de guerra: Rusia denuncia torturas a sus soldados capturados por Ucrania

El batallón Azov formado en 2014, es señalado por Rusia como un grupo pro nazi que comete torturas contra prisioneros de guerra / SPUTNIK

La guerra que comenzó con las operaciones del ejército ruso el 24 de febrero de este año, conlleva el drama humano de ambas partes. En las últimas semanas, Rusia ha denunciado que grupos ucranianos torturan y ejecutan a los prisioneros tomados en distintas regiones del Donbás.

Desde julio, Rusia investiga las denuncias de torturas a sus soldados que son capturados y liberados en intercambio de prisioneros con Ucrania.

“El comité de investigación ruso verifica los hechos de trato inhumano de los soldados rusos prisioneros de Ucrania”, indicó un comunicado difundido por AFP.

Las denuncias se basan en testimonios sobre golpes, torturas con electricidad e incluso privación de agua y alimentos por varios días.

Para algunos analistas del conflicto, existen grupos armados que dependen de las órdenes de las Fuerzas Armadas de Ucrania y son ellos quienes actúan fuera del margen internacional del Convenio de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra.

“Eso se refleja en la violencia, maltrato y torturas a los militares rusos a quienes hicieron prisioneros. Asimismo, Kiev pone obstáculos para el control del cumplimiento de las normas del derecho humanitario por el Comité Internacional de la Cruz Roja”, reflejaron portales internacionales.

Un video difundido por Telegram muestra la conversación entre uniformados que afirman haber torturado a soldados rusos. Uno menciona a un sujeto llamado Ben Velcro, que sería estadounidense y que manifestó estar “decepcionado con el mando ucraniano por su falta de espíritu ofensivo”.

Asimismo, se relata la tortura a otro soldado de 18 años a quien se le cortó los tendones de las piernas y se obligó a nadar a través del río Seversky Donets cerca de Kharkov. Velcro, en estado de ebriedad, dijo ser parte de la Legión Nacional de Georgia a quienes también atribuyó esa acción.

Otro video difundido por el canal Guerra Donbás DN, muestra las declaraciones del jefe de prensa del batallón Azov, Dmitri Kozatski, quien antes de su rendición citó a un miembro de nombre Arestóvich quien sería el encargado de ordenar “recopilar videos perturbadores de asesinatos brutales de prisioneros de guerra rusos”, como una forma de campaña informativa para generar una corriente antiguerra en Rusia, pero que no tuvo el éxito esperado ni antes ni durante el conflicto bélico.

El fiscal general de Rusia, Ígor Krasnov, identificó y catalogó al batallón Azov como un grupo terrorista con tendencias nazis.

“Se ha establecido el uso de medios y métodos de guerra prohibidos por parte de los miembros de Azov. En el transcurso de este trabajo llegamos a conclusiones inequívocas de que Azov es una formación nacionalista basada en la ideología nazi, que apoya a otras organizaciones extremistas prohibidas en Rusia”, declaró Krasnov hace un par de semanas a la revista Kommersant.

Las técnicas de tortura a prisioneros de guerra, sin embargo, no son nuevas, pues un soldado ruso relató que también sufrió vejaciones en 2014, cuando se dio el primer conflicto entre ambos países.

El soldado que ahora reside en Lisichansk, dentro de la República Popular de Lugansk, estuvo cautivo dos semanas y sufrió golpes y puñaladas que le dejaron marcadas cicatrices.

“Todo estaba roto, ni una sola costilla estaba viva. Me las rompieron todas (…) me golpearon contra el hierro”, declaró recientemente y señaló como responsables a los combatientes de los batallones de Donbás y Lvov.

ATAQUES CONTRA CIVILES

En tanto, el fin de semana, civiles denunciaron ataques a sus casas por parte de grupos radicales, conocidos como los “nazis ucranianos”, en la zona de Lisichansk.

“Fueron los de la República Popular de Lugansk y los rusos aún estaban lejos. Lo hicieron los nazis ucranianos, por decirlo así, los fascistas. Ellos disparaban contra nuestras casas. Por ejemplo, había tres edificios de cinco pisos, y los tres fueron atacados con un mortero. Una mina impactó contra la azotea y el apartamento quedó destruido por un lado, los tres edificios uno por uno como intencionalmente”, relató una residente de Lisichansk.

Sobre esas acciones contra civiles, Amnistía Internacional emitió un informe que responsabiliza a Ucrania por poner en riesgo la vida de civiles. Sin embargo, ante los reclamos de Kiev, incluida la renuncia de la directora de la sección ucraniana Oksana Pokalchuk, la organización anunció que hará una “revisión minuciosa del documento por parte de expertos externos”.

//FUENTE: AGENCIAS//