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La ex dirigente indígena Tomasa Yarhui afirmó este domingo que el Estado Plurinacional, durante 14 años de vigencia, lo único que hizo fue profundizar el odio y la discriminación entre los bolivianos y utilizó a los indígenas para mantener el poder político en favor de un partido hasta volverlos más pobres que antes y luego consolarlos con la palabra “inclusión” por unas cuantas pegas en el Estado.
Yarhui, quien fue primera ministra indígena del país al ocupar la cartera de Asuntos Campesinos en marzo de 2002, durante el gobierno del presidente Jorge Tuto Quiroga, dijo que en la República los indígenas fueron marginados y discriminados, pero en el Estado Plurinacional fueron utilizados en un proceso que pudo servir para revertir las viejas políticas públicas que excluían a los verdaderos indígenas.
“Todo el mundo piensa que los indígenas están en el poder y no es cierto, más bien hemos sufrido un retroceso. Hay algunos dirigentes que sí son funcionarios públicos, pero si vemos la realidad, las bases siguen cooptadas, excluidas y marginadas si no aceptan ser utilizadas por el MAS”, declaró.
Hizo referencia a las proyecciones internas y señaló que, a partir del 2023, nueve de cada diez campesinos migrarán hacia la ciudad debido al cambio climático, que ha sido totalmente descuidado por el Estado Plurinacional cuya lucha por defender a la Pachamama se quedó en el simple discurso político.
Afirmó que actualmente no hay políticas públicas para enfrentar los riesgos del cambio climático en las comunidades campesinas e indígenas y por eso se prevé que, en los próximos años, los indígenas serán más pobres que antes y estarán obligados a migrar a las ciudades en busca de sobrevivencia.
Considera que debe existir otra forma de gobernar con los pueblos indígenas y que se trabaje mucho en la sensibilización sobre discriminación, racismo y desigualdad que se ha agudizado mucho porque, en lugar de unir a los bolivianos, el Estado Plurinacional los dividió más entre indígenas azules e indígenas no azules y bolivianos del campo y las ciudades.
“Visto así, de nada sirve un Estado Plurinacional, solo es nombre. Hasta el mismo gobierno ya asumió un discurso racista hacia otro sector de la ciudadanía y eso ha hecho que se profundice el odio entre los bolivianos”, comentó al cuestionar también el rol de las organizaciones sociales.
Indicó que, por disfrutar del poder político, muchos dirigentes sindicales acabaron sometidos en actos corrupción, vulnerando sus propios principios de honestidad e independencia sindical, convirtiéndolos en cómplices de la corrupción y el despilfarro de recursos públicos.