Ya tenemos a los candidatos presidenciales que participarán en las elecciones del presente año, por lo que es apropiado hacer un análisis de las mismas y lanzar una apresurada predicción electoral. Para esto, es necesario que dividamos a los candidatos en categorías; así entenderemos mejor a qué pueden optar estas elecciones. La primera categoría será de los que tienen chances reales de ganar la elección; la segunda se enfocará en los “dark horses” (aquellos que obtendrán resultados mejores de los proyectados); la tercera, aquellos que tendrán un rendimiento mediocre y, finalmente, tendremos a aquellos que perderán la sigla de su partido. Es oportuno mencionar que hay candidatos que pueden estar en dos categorías al mismo tiempo, pues aún es temprano para afirmar cuál será su desempeño electoral.
Comenzaremos por la última categoría, la de los perdedores absolutos, y quien creo que se llevará el peor revés será Morena, a la cabeza de Eva Copa. Su candidatura es ridícula y Morena, un partido sin alma que jamás debió existir, morirá antes de lo pensado. Es posible también que termine retirándose, viendo sus nulas chances. Otra candidatura que tampoco tiene chances, tristemente es la de la histórica ADN.
Dentro de la misma categoría podemos también incluir a NGP con Jaime Dunn a la cabeza, el PDC con Rodrigo Paz, UCS con Jhonny Fernández. Es posible que pierdan su sigla, mas a diferencia de los primeros dos, no los “conmino” a esta categoría.
Vayamos con la tercera categoría, que es la de los resultados mediocres. En ésta pongo a Jhonny Fernández de igual forma, quien deberá batirse para salvar su sigla. También hay una fuerte chance de que se termine retirando. De igual forma pongo a Dunn y Paz, quienes, dependiendo de su campaña electoral y cálculos políticos, lograrán conservar su respectiva sigla.
Mi apuesta fuerte para los que compondrán esta categoría serán Manfred Reyes Villa y Del Castillo. Reyes Villa suele empezar bien las contiendas electorales, pero con el pasar del tiempo se desinfla. Esto, sumado a que su gestión con el tema de la basura en Cochabamba, le costará caro. Mi estimación es que no tendrá más del 10%, y tampoco descarto que se baje de la carrera electoral. Respecto a Del Castillo, es alguien menos carismático que Arce y no cuenta con respaldo. La jugada del MAS es realmente extraña. Estoy seguro de que hay algo oscuro de por medio; de otra forma, no se explicaría este suicidio político. Dudo mucho que Del Castillo tenga chances; es más probable que pierda la sigla a que gane la elección y, de igual forma, creo que renunciará a su candidatura a semanas o días de la elección.
La segunda categoría es la de los “dark horses”. En este apartado pongo primero a Rodrigo Paz, por contar con el Capitán Lara, quien es el outsider más respaldado por la población. En un segundo escalón, y con pocas chances de ser un dark horse, pongo a Dunn, quien empezó fuerte, pero con sus pésimos cálculos políticos se desinfló demasiado rápido. Si tiene una buena campaña, es posible que tenga un resultado decente.
Respecto a los contendientes verdaderos, tenemos a Tuto, Samuel y Andrónico. Respecto a los dos primeros, concuerdo con Carlos Valverde: uno se impondrá al otro por una mayoría considerable. Esto se traduce en que uno de los dos acabará en la categoría mediocre. Por cómo va la cosa, pienso que será Tuto. Lo bueno es que cada vez que Samuel abre la boca, pierde votos, por lo que la carrera por ver quién lo hace peor sigue activa.
El gran candidato, desgraciadamente, es Andrónico. Habrá que esperar si su candidatura es o no habilitada. El haberse “apartado” de Evo y Arce lo coloca en una posición ventajosa. Sumado a que el fraude puede operar a su favor para lograr la impunidad masista.
De lo único que estoy seguro es que el socialismo jugará sucio y buscará perpetuarse en el poder. Ningún candidato opositor está preparado para esto.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
- *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21