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Acceder a un trabajo digno, con todos los seguros sociales por ley, ya no es suficiente sino también se debe generar un entorno seguro y saludable, como señala la Organización Internacional del trabajo. En Bolivia aumentó el empleo, pero precario, y la informalidad absorbió a los desempleados, y el número de ocupados se elevó, pero lejos de la formalidad.
En entrevistas con este medio, los economistas Ernesto Bernal y Gabriel Espinoza, por separado, indicaron que la informalidad absorbió a los desempleados, que provocó la pandemia de 2020, con las restricciones aplicadas para reducir el contagio del covid-19.
El número de ocupados aumentó, debido al incremento del comercio y el número de mercados a nivel nacional, que crearon sus propias microempresas para sobre vivir luego de la crisis económica.
El Gobierno señala que el desempleo llega a 5,3 %, luego de alcanzar cifras altas en la pasada gestión, y ya informó que se habrían creado más de un millón de empleos a nivel nacional por las políticas implementadas.
Después de alcanzar a 11,6 % el desempleo en julio de 2020, pero el mismo bajó a 8 %, y en 2021 a 7,6 % y a abril 5,3 %.
Los entrevistados por este medio, en su momento, señalaron que las cifras pueden haber bajado, pero las condiciones son diferentes, ya que la mayoría accedió a un empleo informal, sin seguro social ni de salud.
La precariedad del empleo resalta en el país, y a pesar de contar con leyes laborales en favor del trabajador, las normativas no llegan a este sector informal, y en algunos casos reducen sus ingresos respecto al salario mínimo nacional.
Un entorno de trabajo seguro y saludable: nuevo principio y derecho fundamental en el trabajo, titula el trabajo de Carmen Bueno, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo, Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, en el que explica todo el proceso que se dio en el organismo internacional, junto a los miembros para aprobar una nueva propuesta.
En 1998, la OIT adoptó el marco de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, que reconoce cuatro categorías de principios y derechos con una posición de mayor preponderancia: la libertad de asociación y la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva; la eliminación del trabajo forzoso; la abolición del trabajo infantil; y la eliminación de la discriminación en el trabajo.
Desde entonces, todos los Estados miembros de la OIT adquirieron el compromiso de aplicar los ocho convenios relativos a estos principios y derechos fundamentales, denominados convenios fundamentales, aun cuando no los hubieran ratificado, señala Bueno.
Veinticuatro años después de la adopción de ese marco, el 10 de junio de 2022 la Conferencia Internacional del Trabajo ha acordado, de manera tripartita, que el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable constituye una quinta categoría del marco de los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
Los Convenios núm. 155 y núm. 187 sobre seguridad y salud en el trabajo adquieren ahora la categoría de convenios fundamentales, por lo que los países que integran la OIT tienen el compromiso de cumplirlos, con independencia de su ratificación.
Por otra parte, la pandemia del covid-19 aceleró el teletrabajo, y el Gobierno boliviano emitió normativas para esta nueva modalidad, ya que no se tenía reglas claras para esta nueva forma de trabajar.
Sin embargo, la nueva modalidad tropezó con el servicio de internet, ya que la demanda mostró la cobertura pobre que se tiene en la región, que también se reflejó en la educación.
//FUENTE: EL DIARIO//