El Gobierno anuncia la intervención de la zona limítrofe entre Potosí y Oruro, luego de haber retomado el control policial y militar en el municipio de Llallagua. La violencia ejecutada por los denominados ayllus evistas, con cuatro policías muertos, tendría relación con la protección al narcotráfico y el contrabando, afirman ministros.
“Los lugares donde se están produciendo los sucesos que están enlutando al pueblo boliviano no son lugares cualquiera, estamos hablando del norte de Potosí, narcotráfico, contrabando, autos chutos y estamos hablando del Chapare donde también hay narcotráfico”, expresó el ministro de Justicia, César Siles.
Según el ministro, los grupos que operan en estas regiones dejaron de ser actores sociales que protestan y responden a estructuras delictivas organizadas, con capacidad de acción armada y respaldo económico.
“Son mercenarios, francotiradores, organizaciones criminales que pretenden -a través de acciones concretas- como disparar a los uniformados y a la población civil, evitar que se ingrese a esos lugares”, explicó.
En ese marco, recordó que durante los operativos desplegados en esos lugares se logró la aprehensión de varias personas con armas, otras portando dinero presuntamente destinado a financiar actividades “terroristas”.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, fue más allá e identificó a la zona conocida como «México chico», en el norte de Potosí, de ser el lugar donde existe narcotráfico y comunarios armados.
“Se habla de financiamiento del narcotráfico por ‘México Chico’, justamente, por eso está la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico. Anteriormente, teníamos reportes, informes sobre la plantación de marihuana que se tiene en sectores aledaños al municipio de Llallagua”, dijo.
Según informes preliminares, esta área fue identificada como una “zona roja”, debido a la presencia de plantaciones de marihuana, laboratorios de cocaína y grupos armados que habrían causado la muerte de efectivos policiales.
El operativo será ejecutado de manera conjunta, como parte de una estrategia más amplia de control territorial y lucha contra el crimen organizado.
El comandante general de la Policía Boliviana, Augusto Russo, confirmó que la institución establecerá presencia permanente en la región y en otras zonas conflictivas del país donde se cometan delitos graves.
“Se tendrá control de México Chico y de todos aquellos sectores donde se genera violencia, donde se cometen delitos. El delincuente, la persona que transgrede la norma, tiene que pagar. Será identificada, aprehendida y puesta a disposición de las autoridades competentes”, afirmó.
En 2010 ya se conoció a la zona de «México chico» por el linchamiento de cuatro efectivos policiales, quienes fueron denunciados por los comunarios de Saca Saca de cometer «extorsiones» a los lugareños dedicados al contrabando de vehículos indocumentados. Los ayllus, de esa forma, evadieron un proceso penal por esas muertes y el caso se archivó por el «pacto de silencio» entre los denominados qaqachacas.
El narcotráfico también tendría su zona roja en esa región altiplánica, tal como sucede en el trópico de Cochabamba o en el municipio de Yapacani en el límite departamental con Santa Cruz.
- ///V21 con textos de ABI///