Morales, su cúpula y chavistas montaron el caso Rózsa, coinciden Valverde y Prado

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El asalto al hotel Las Américas en Santa Cruz, las ejecuciones extrajudiciales, el atentado al cardenal Julio Terrazas, todo fue armado por el Gobierno del expresidente Evo Morales en complicidad con la administración venezolana. El objetivo era involucrar en ilícitos a personeros de Santa Cruz, sostienen el periodista e investigador Carlos Valverde y el abogado Gary Prado.

Este tema sale a luz tras filtrarse el informe de Fondo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sobre la muerte de tres presuntos terroristas y la detención de dos, que fueron objeto de torturas en manos de efectivos policiales de la Unidad Táctica de Resolución de Crisis (Utarc).

El documento afirma que, en el operativo del 16 de abril de 2009, se cometieron ejecuciones extrajudiciales y torturas, entre otros, que representan la violación a los derechos humanos: que va desde el derecho a la vida hasta la dignidad y defensa que tienen las personas, todas establecidas en la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos, documento del que es signatario Bolivia.

“No tengo duda de que el Gobierno trajo a Eduardo Rózsa. Hemos mostrado hasta los pasajes que le pagó un venezolano, funcionario del gobierno de Hugo Chávez Frías. Yo nunca me saqué de la cabeza que el Gobierno de Evo Morales fue el que lo trajo”, aseguró Valverde en contacto con Los Tiempos.

De manera coincidente, el abogado Gary Prado Arauz, hijo del general Gary Prado Salmón, involucrado en el caso Terrorismo, además representante de otros sindicados, refiere que el Gobierno de Morales fue el que trajo a Rózsa.

“El Gobierno de Bolivia trajo a Rózsa, lo utilizó para contaminar cruceños a los que entrevistaba, buscaba, hablaba, indicándoles de que él podía defender Santa Cruz, podía ser el jefe militar de Santa Cruz (…) porque tenía experiencia; los contaminaba con chats, correos electrónicos, cosas por el estilo; se fotografiaba con armas en lugares donde estaba Evo Morales (…) para dar cuenta de una conspiración contra Evo Morales y al final participó en un atentado contra un exviceministro de Evo Morales que no tuvo consecuencias políticas y, cuando parece que estaba decidido a irse, el Gobierno entra al hotel Las Américas y lo mata después de que otras personas atentan contra el cardenal Terrazas”, manifestó a este medio.

Morales, por su parte, contestó que quieren redireccionarle el caso en su contra. “Operadores del plan negro al ver que fracasó investigación y acusación con cartas falsificadas para proscribir al MAS-IPSP y su dirigencia nacional, ahora tratan de direccionar caso de Terrorismo separatista en nuestra contra”, escribió en un tuit el pasado lunes.

El cardenal como excusa

Uno de los argumentos que utilizó el Gobierno para seguir al grupo de Rózsa y el operativo en Las Américas fue que se trató de un atentado a la residencia del cardenal Terrazas.

“(El atentado) se hizo en un auto que pertenecía a Labor Quintana, que es padre de Juan Ramón Quintana. Entonces ya es muy raro. Escúcheme esto: el auto lo recogen de Diprove, lo recoge el famoso El Viejo, Ignacio Villa Vargas, recoge el auto, que es el que maneja él y que los dos policías son los que lo acompañan junto con Clavijo de acuerdo a las declaraciones de El Viejo”, indica Valverde.

En tanto, Prado Arauz califica este hecho como “un atentado falsa bandera”. “Es decir, atribuirle al enemigo un atentado del Cardenal para justificar la persecución política a través de la justicia que se desarrolló durante 14 años”, dijo.

Valverde recordó la entrevista a Mario Tadic, uno de los sobrevivientes, a las dos semanas del hecho. “Nosotros tenemos una carta escrita de puño y letra en la que dice que Eduardo Rózsa y Raúl García Linera eran amigos”.

Morales sabía todo

De acuerdo con Valverde, Morales conocía todos los movimientos en torno al llamado caso Terrorismo, aspecto que se conoce cuando en conferencia de prensa en Cumaná, Venezuela, donde se desarrollaba la Cumbre del ALBA, habla sobre este operativo.

“Me informan que esta madrugada ha habido un tiroteo donde han caído tres extranjeros y dos detenidos (…). Metieron bomba y bala. Resistieron (…). Antes de viajar, di la orden”, decía Morales en  conferencia en que compartía con el fallecido Chávez y Raúl Castro.

“Evo Morales que tiene una lengua muy larga y las ideas muy cortas, parafraseando a Joaquín Sabina, comete una infidencia de un hecho que todavía, teóricamente, no se lo conocía. Cuando él dice querían ir a matarme al lago Titicaca, esa noticia sale 14 días después del hecho, del asalto al hotel Las Américas, esa noticia la publica el Gobierno 14 días después”, señaló.

Simulacros de la Utarc

Para preparar el operativo, el grupo de élite de la Utarc realizó un simulacro para que sea exitoso. “Se hizo incluso con casetas de madera cómo era el cuarto piso donde estaban ellos para que puedan entrar como si estuvieran en el hotel siendo comandados por el capitán Walter Andrade”, refiere Valverde.

Incluso, el periodista indica que Luis Norberto Clavijo fue alojado en el mismo piso que Rózsa, y que fue él quien les dio la ubicación de cada uno de ellos. “Hay una conversación de Raúl García Linera con Clavijo por chat dando ubicaciones” y mediante una llamada sin contestar que hizo a Rózsa identificó su locación para avisar en qué habitación estaba.

¿Por qué lo querían muerto?

Valverde asegura que uno de los motivos para eliminar a Rózsa es que “estaba pensando dejar Santa Cruz”, pero “él podía contar una historia que no le convenga al poder político de Evo Morales”. “Para mí, ésa es la razón por la cual lo matan, lo matan porque él decide irse y por lo que podía contar, además había fracasado el intento que tenían Raúl García Linera, Álvaro García Linera, Evo Morales”, indicó.

Junto a Rózsa húngaro-boliviano, fallecieron Árpád Magyarosi, húngaro-rumano, y Michael Marte Dwyer, irlandés.

Asimismo, fueron arrestados Mario Tadic, boliviano-croata, y Elod Tóásó, húngaro.

Convenientemente, para sustentar su teoría, el Gobierno hizo aparecer armas en el hotel, además de un arsenal de fusiles y explosivos en un estand de la Cooperativa de Teléfonos de Santa Cruz (Cotas).

//FUENTE: LOS TIEMPOS//