Izquierda brasileña emprende agenda anticristiana en año electoral

 

Una turba de comunistas irrumpió en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en Curitiba, Brasil, en plena misa, gritando consignas políticas. La acción fue liderada por un «vereador» (el equivalente a un concejal) del Partido de los Trabajadores (PT), agrupación del expresidente Luis Inácio Lula da Silva, quien pasó 580 días en prisión tras haber recibido dos condenas por corrupción, pero el Supremo Tribunal Federal –con mayoría de jueces designados por su partido– le anuló las sentencias y lo habilitó para que pueda ser nuevamente candidato a la presidencia. A Lula se le atribuye haber convertido a Brasil en el corazón del socialismo internacionalista desde la caída del Muro de Berlín, por medio del Foro de Sao Paulo.

La excusa para invadir una iglesia en plena misa fue el reclamo de justicia para dos jóvenes negros que fueron asesinados en Río de Janeiro. Pero la acción demostró tener una motivación política, pues los manifestantes gritaban consignas como «fascistas» y «racistas» mientras ondeaban las banderas de sus partidos: el PT y el PCB (Partido Comunista de Brasil).

Siguiendo la línea de los disturbios ocurridos en octubre de 2019 en Chile y desde finales de mayo de 2020 en EE. UU., la izquierda brasileña atentó contra la fe cristiana, en particular contra la Iglesia católica, con el fin de manifestar su creciente culto al Estado. Como socialistas no admiten competencia. Por ende apuntan a destruir la institución que provee un código moral por fuera del Estado.

Repudio y acciones judiciales

En vista de que el Supremo Tribunal Federal le restituyó los «derechos políticos» a Lula da Silva, el presidente Jair Bolsonaro exclamó que el ataque contra la Iglesia sucedió porque el PT cree «que volverá a tomar el poder».
«La izquierda vuelve a mostrar su verdadero rostro de odio y desprecio por las tradiciones de nuestro pueblo. Si estos criminales no respetan la casa de Dios, lugar sagrado, y ofenden la fe de millones de cristianos, ¿a quién respetarán?», espetó Bolsonaro.
El diputado Eduardo Bolsonaro ya anunció en su cuenta de Twitter que inició acciones judiciales contra el político de izquierda que irrumpió en la misa. Agregó además que dicha transgresión es sujeta a prisión, amparándose en el artículo 208 del Código Penal por vilipendio al culto de la religión que profesa la gran mayoría de los brasileños.

«Para los comunistas el ataque al cristianismo es la regla»

El rol del PT en el ataque a la Iglesia y su influencia sobre las elecciones venideras se evidencian en las            declaraciones del consejero internacional de Bolsonaro, Filipe G. Martins:

«Para Lula, el criminal que lideró la invasión a la iglesia del Rosario en Curitiba y vilipendió la fe de millones de brasileños es ‘el rostro’ de la juventud del PT (que lucha por ocupar los espacios de poder) y portador de ‘un futuro más justo’. ‘Ese es el futuro que Lula quiere para Brasil’».

«Los símbolos levantados durante la invasión a la iglesia en Curitiba ayer por la tarde son un recordatorio de que el ataque al cristianismo es la regla y no la excepción en la conducta comunista, una ideología que asesinó a millones de cristianos en todo el mundo y que los persigue hasta el día de hoy», exclamó Martins.

«La invasión de ayer fue realizada por el mismo grupo que rompió crucifijos y violó imágenes sagradas introduciéndolas por el ano, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Río de Janeiro, cuando varios militantes también invadieron una misa en Copacabana y atacaron a quienes participaban del rito», agregó.

«La invasión de ayer estuvo a cargo del mismo grupo que ensalzó las manifestaciones de la izquierda chilena que profanó y destruyó iglesias en 2019, todo mientras Lula decía públicamente que quería repetir en Brasil lo que la izquierda estaba haciendo en Chile», continuó.

 

El marxismo y la subversión de los valores cristianos

Brasil fue justamente el primer país que visitó el papa Francisco, en julio de 2013, para quizá la Jornada Mundial de la Juventud más multitudinaria de la historia. Se estima la asistencia de casi 3 millones de personas en el país con más católicos en el mundo con cerca de 170 millones de creyentes.

En el caso de Chile y EE. UU., las iglesias fueron incendiadas y las estatuas profanadas, incluso templos evangélicos sufrieron la furia de la izquierda radical.

Y no es casual, la lucha contra la Iglesia está en las bases mismas del ideario izquierdista. Karl Marx era un fervoroso detractor de la religión. Pues la base de su ideología es la ingeniería social que requería subvertir los valores que el cristianismo profesa. La «redistribución de la riqueza» que el socialismo exige atenta contra el mandamiento de «no robarás». De igual manera, en muchos casos la resistencia al robo en forma de «redistribución» ha producido la muerte de sus detractores, lo cual viola el «no matarás».

El caso más destacado es el Holodomor, que significa hambre artificial en ucraniano. Como Ucrania era el granero de la región, el primer Estado que implementó las ideas de Marx, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ordenó expropiar la cosecha. Ante la resistencia de los campesinos ucranianos, fueron condenados a un año de hambre, lo que mató a alrededor de 7 millones de personas, forzadas a cosechar sin poder comer lo cultivado.

La Iglesia excomulgó a los comunistas

El enfrentamiento entre la Iglesia y el comunismo es tal, que pregonar dicha ideología es motivo de excomunión. La obviedad del antagonismo entre ambos fue claro por décadas. Pero tras la infiltración de la teología de la liberación en la Iglesia hay cada vez más miembros del clero afines al socialismo.

Tanto que hasta el Cardenal Zen, quien fue preso político bajo el comunismo chino, lamentó cómo el papa Francisco «se vendió a los comunistas». Puesto que le dio al Partido Comunista de China el poder de elegir obispos, lo cual permitiría convertir a la Iglesia en una herramienta de propaganda al servicio del régimen, en lugar de cumplir su rol sagrado.

Sin embargo, Francisco sí reconoció a 127 mártires de la Guerra Civil Española, tiempo en el cual los comunistas mataron a 10.000 religiosos y destruyeron 22.000 templos y estatuas religiosas.

Bolsonaro consagró a Brasil para protegerlo del comunismo

Ya en 1917, año en el cual el comunismo finalmente toma el poder en la Unión Soviética, se reporta la aparición de la Virgen de Fátima, quien auguró en su mensaje que el comunismo sería el peor peligro para la humanidad. Ante eso, llamó a las naciones a consagrarse al Inmaculado Corazón de María para protegerse ante este mal.

Jair Bolsonaro lo hizo una vez que asumió la presidencia de Brasil. «Dios encima de todo», fue el lema de su campaña y lo cumplió una vez llegó al poder.

Por eso ahora es clave que la izquierda se posicione tan fervorosamente en contra del cristianismo como señal de ser una auténtica oposición a él.

Así lo destaca el Capitán Assumcao, diputado estatal y bolsonarista: «Vea eso, cristiano. Para usted que estaba pensando en votar por el candidato del partido de las tinieblas».

Brasil es el país con más católicos en el mundo. A su vez, la unidad entre cristianos de todas las denominaciones ha fortalecido a la nación frente al avance del socialismo. De modo que este ataque le puede pasar factura a la izquierda en las urnas electorales.

//FUENTE: PANAM POST//