El MAS se apoderó de las FUL y de los puestos clave de las «U» públicas

 

 

Durante los anteriores 10 años, el Movimiento Al Socialismo (MAS) se apoderó de a poco de las federaciones universitarias locales (FUL) y puestos clave de las universidades públicas, con el apoyo del máximo dirigente de la Confederación de Universitarios de Bolivia (CUB), Max Mendoza, quien ocupa ese cargo durante ese mismo periodo.

“El señor Max Mendoza ha logrado que el Movimiento Al Socialismo tenga injerencia en casi todas las FUL del país”, dijo a Página Siete el exdirigente de la FUL de Oruro Jonás Flores.  Explicó que en la actualidad “casi todos los dirigentes de las 11 universidades del sistema público de Bolivia” -que eligen al titular de la Confederación Universitaria Boliviana- fueron  “designados” por Mendoza.

Exdirigentes y estudiantes indicaron que ahora Mendoza -y por ende el MAS- perdió  la FUL de Chuquisaca. Y en el caso de Santa Cruz, pese a muchos intentos, no logró conseguir la máxima dirigencia.

En el país hay 11 universidades públicas: Mayor de San Andrés de La Paz, San Simón de Cochabamba, San Francisco Xavier de Chuquisaca, Técnica de Oruro, Tomás Frías de Potosí, Juan Misael Saracho de Tarija, Gabriel René Moreno de Santa Cruz, Amazónica de Pando, José Ballivián de Beni, Siglo XX de Llallagua y la Pública de El Alto.

Una universidad funciona en cogobierno paritario entre representantes de los docentes y los estudiantes, cada uno elige a sus representantes. En el caso de los universitarios, ellos eligen a sus representantes de carrera (centros de estudiantes), de facultad (centros facultativos) y de universidad (FUL).

Después, los dirigentes de las 11 FUL estatales del país conforman la Confederación de Universidades de Bolivia (CUB) y ellos eligen a su presidente. En los anteriores 10 años Mendoza ocupó ese máximo cargo.

El exejecutivo de la FUL La Paz Ismael Peralta contó a Página Siete que Mendoza se perpetuó en el cargo por el poder que tenía dentro de la CUB. “Hacía toda clase de maniobras” para que sus allegados fueran los representantes de las FUL y de los centros facultativos (Cefacs). Así evitaba a contestatarios, indicó.

Por su parte, Flores agregó que si un dirigente universitario ganaba una FUL, pero no era de las filas de Mendoza, “él iba y lo sometía económicamente”, le ofrecía dinero y otros privilegios. “Si aún así se resistía, comenzaba a buscar problemas y peleas para llevarlo al tribunal de honor dentro del CUB”, dijo.

Dentro de ese comité -según Flores- Mendoza era juez y parte. “Por lo tanto, una vez que él presenta una queja, esa instancia sacaba su resolución al día siguiente sin investigar el caso y emitía una resolución en la que suspendía al dirigente y ponía “al universitario que él quería” o de su confianza.

Peralta sostuvo que Mendoza también amenazaba a los dirigentes opositores con procesos “por conducta antiautonomista” para que puedan ser expulsados, no sólo de la dirigencia, sino también de la universidad.

¿Por qué el interés de un partido político en copar el poder de las dirigencias universitarias?     El rector de la UMSA, Óscar Heredia, dijo a Página Siete que una de las razones es porque cada uno de los universitarios tiene influencia sobre sus familias y eso repercute en las elecciones nacionales o regionales.

Heredia dijo que una familia promedio tiene cinco miembros, entonces el universitario tiene “una capacidad de influenciar en ellos”, por lo tanto, el estudiante tiene una capacidad de influencia amplia en la sociedad y en el Estado boliviano. Indicó que los partidos políticos hacen prebenda entre los universitarios. “Los compran con aportes a las campañas electorales o los convencen de alguna manera en función de sus propias limitaciones económicas, de sus ambiciones y proyecciones”, sostuvo.

Además, los partidos políticos venden a los universitarios “ilusiones dirigenciales en los partidos a nivel municipal, departamental o nacional”, declaró.

Heredia explicó que no todos actúan de esa forma y recordó la época en la que él fue secretario ejecutivo de la FUL y no cobró ni un boliviano. “A mí ni un partido me ha convencido”, dijo. Resaltó que el verdadero dirigente “defiende y vive para sus bases”, pero cuando existe un interés, incluso pierde sus posiciones ideológicas. “Es grave”.

El exejecutivo de la FUL de la Gabriel René Moreno de Santa Cruz Alcides Vaca Suárez dijo que un dirigente tiene todo el derecho de ser simpatizante de un partido político, pero “eso no debe afectar a sus funciones como dirigente”.

Pero, Mendoza -el actual presidente de la CUB- hizo penetrar los “tentáculos” del MAS a la universidad estatal boliviana, indicó Vaca Suárez.

“Por eso incluso él hacía reuniones con los dirigentes y se los llevaba a las diferentes actividades políticas del Movimiento Al Socialismo”, explicó.

Por esa razón, Vaca Suárez  aseguró que todas las FUL  debían “ser serviles” a Mendoza. “Los que no estaban de acuerdo eran desconocidos y él ponía a gente de su confianza a dedo”, sostuvo.

Vaca Suárez señaló que al único ejecutivo de la FUL al que Mendoza no pudo sacar fue al de la Gabriel René Moreno. “A diferencia del resto de universidades, esta casa de estudios tiene una corte electoral permanente compuesta por docentes y estudiantes. (Esta instancia es) elegida por el Honorable Consejo Universitario por una gestión de cinco años”, aseguró.

“Es en la única universidad  en la que no podía desconocer ni poner a dedo a sus simpatizantes”, mencionó antes de aclarar que después en todas las universidades de Bolivia, logró “sacar” a sus detractores y poner a uno de sus simpatizantes, desconociendo planchas completas elegidas por voto popular.

Denunció que uno de los recientes sucesos fue el de la FUL Chuquisaca. Su representante Freddy Núñez Zegarra fue desconocido por no ser afín a Mendoza y en vez de él, colocó a otra persona que ni siquiera pertenecía a la plancha del ganador.

Por ese motivo, Núñez presentó un amparo constitucional en  contra de Mendoza en el Tribunal de Justicia de La Paz y lograron restituirle todos los derechos que le fueron vulnerados.

“Mendoza es uno de los dirigentes que desde siempre fue apadrinado por el expresidente Evo Morales. Es bien cercano a él”, apuntó Vaca Suárez e indicó que eso le dio mucho poder, “hasta en estrados judiciales, por eso cuando se iniciaba un proceso en su contra, no prosperaba”.

Núñez afirmó que algunos rectores o exrrectores “coordinaban sus actividades políticas con Mendoza”. Indicó que para sacar a un exrrepresentante de una FUL, el actual presidente de la CUB coordinaba con altas autoridades de las universidades. “En complicidad con ellos, se desconocía  a los dirigentes  e hizo divisionismo”.

El nombre de Mendoza comenzó a cobrar relevancia  hace unos días,  pues  el Comité Cívico de Potosí lo acusó de estar detrás del atentado que ocurrió  el lunes en Potosí, donde cuatro personas murieron y más de 85 resultaron heridas, en una asamblea  estudiantil en la que dirigentes afines al MAS buscaban evitar la convocatoria a elecciones de la FUL y, a su vez, frenar las elecciones en el CUB.

Los exdirigentes y Núñez coincidieron en que Mendoza busca quedarse en el poder “porque ya lo ha visto como un modo de vida”, pues él gana 21.870 bolivianos sin ser profesional.

“Según el artículo 27 del Reglamento Interno de la CUB, cualquiera de los miembros no puede ejercer dualidad de funciones”, dijo y  afirmó que ahora Mendoza debe dejar el cargo.

Ahora, estudiantes de base y varios dirigentes desconocieron a Mendoza.  “Él ya no tiene el respaldo de las universidades,  porque estamos cuestionando su trabajo”, aseguró Núñez.

//FUENTE: PÁGINA SIETE//