La oposición tradicional, de nuevo, ha vuelto a perder una elección y a demostrar su pésimo desempeño político. La dupla Paz-Lara, haciendo política real, teniendo un contacto directo con la gente y sin gastar grandes sumas de dinero en propaganda, ha logrado derrotar a los tradicionales.
Dentro de este grupo de los tradicionales, es importante dividir a aquellos que han estado en la política hace ya buen tiempo y han participado en una que otra elección presidencial, y a los que llevan siendo actores principales hace ya más de 30 años en las elecciones presidenciales. En la primera categoría pongo a Manfred Reyes Villa y Jhonny Fernández, quienes han participado tres veces, en el caso del alcalde de Cochabamba y dos en el caso del alcalde de Santa Cruz. En la segunda categoría, por su parte, tenemos a Samuel Doria Medina y a Tuto Quiroga, quienes han participado de manera muy regular en las elecciones desde 1997.
Manfred, sin dudas, es el más carismático de todos los tradicionales. En teoría, debió ganar los comicios del 2002, pero gracias a una campaña sucia llevada a cabo por el MNR y las declaraciones del embajador estadounidense Rocha, fue relegado a un tercer lugar. La carrera política del “capitán” ha sido muy buena. Ganó múltiples elecciones en Cochabamba y su discurso de poner orden en Bolivia es uno que comparto.
Por su parte, Jhonny ha logrado también imponerse como alcalde en Santa Cruz; empero, en las elecciones nacionales ha tenido muy poco respaldo. Su último resultado ha sido demoledor, causando el fin de UCS y seguramente también de su carrera política.
Los dos más grandes perdedores y que siempre han fracasado en las elecciones nacionales son Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina. El primero ha logrado llegar a la vicepresidencia gracias a la confianza que puso en su momento el general Banzer en él. El estado de salud delicado de Banzer generó su renuncia prematura, haciendo que, de esta forma, Quiroga asumiera como nuevo presidente.
Tuto participó en las elecciones de 2005, 2014, 2020 y 2025, obteniendo generalmente resultados malos o regulares. En 2005 se estimaba un empate técnico con Evo Morales, pero el líder cocalero terminó ganando con una amplia ventaja. En 2014 no pasó del 10% de los votos y, en 2020, al ver su pésimo desempeño en las encuestas, decidió retirarse. En 2025 logró obtener un 27%, lo que lo llevará a una segunda vuelta ante Rodrigo Paz, pero en donde tiene todas las de perder.
En todos estos años, Tuto jamás ha podido superar una votación superior al 30%, pese a que ha contado con fuertes sumas de dinero para su campaña. Es preocupante también ver cómo ha desfilado por muchos partidos políticos a lo largo de estos años y no ha podido consolidar el suyo propio. En más de 30 años en la política, sigue sin contar con un discurso claro y no ha sido capaz de llegar a las grandes mayorías.
Samuel, por su parte, ha participado en las elecciones desde 1997 como candidato a vicepresidente de Jaime Paz Zamora y como candidato a presidente en las elecciones de 2005, 2009, 2014 y 2025. En 2005 y 2009 ha tenido resultados malísimos, pero logró conservar su sigla, mientras que en 2014 obtuvo un porcentaje decente, aunque quedando muy lejos de las cifras obtenidas por Evo Morales. Este 2025, las encuestas lo daban como gran favorito, pero de nuevo ha vuelto a quedar en el camino, teniendo números más bajos que en 2014. Samuel nunca fue político, no tiene ni labia y mucho menos carisma. Con los resultados de esta elección, queda claro que su carrera política ha sido un gran fracaso. El fracaso de esta última elección se da, curiosamente, por la guerra sucia llevada a cabo por Tuto y el MAS.
La gente se cansó de los políticos antiguos y, con el final de esta elección, han quemado su último cartucho; su retiro es inminente.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
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