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Un familiar de dos hermanos fallecidos en la comunidad San Silvestre, cercana a Rurrenabaque, del departamento del Beni, denunció a los medios que las muertes se debieron al consumo de pescado contaminado con mercurio. Otras dos personas resultaron hospitalizadas.
“Perdí a mi tío y hace horas perdí a mi padre. La contaminación esta grave. Ellos estaban en la comunidad San Silvestre de Rurrenabaque. Comieron pescado y de mucha sed tomaron agua del arroyo, eso me contó mi padre antes de morir”, declaró Carlos Nay Bernal, hijo de uno de los fallecidos a la radio Patujú.
Un tercer hermano continúa hospitalizado en Trinidad, mientras que el cuarto salió del hospital. La minería de oro que afecta a grandes zonas de la Amazonía boliviana echa toneladas de mercurio cada año a los ríos, lo que contamina las aguas, los peces y otra flora y fauna de la región.
Los cuatro hermanos fueron evacuados desde el municipio de Rurrenabaque, la pasada semana, hasta la capital del Beni para ser atendidos en centros médicos tras sentirse mal, sufrir vómitos, fiebres y otros síntomas.
Uno de los hermanos falleció el pasado jueves en el hospital Germán Busch de esa capital departamental y el otro falleció la noche del martes en el hospital Obrero, según informó Patujú en su página de Facebook.
Carlos Nay pidió a las autoridades mayor control en la explotación minera. “Fue por intoxicación de mercurio, por esta contaminación que hay en el agua y estos mineros que están haciendo todo a su querer y por esta razón perdí a dos familiares esta semana y el gobierno no hace nada”, denunció.
La Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) realizó una investigación mediante muestras de cabello de personas de 36 comunidades de seis pueblos indígenas: ese ejjas, tsimanes, mosetenes, lecos, uchupiamonas y tacanas. Las muestras fueron enviadas a laboratorios de la Universidad Mayor de San Andrés.
De las 302 muestras analizadas, el 74,5% (225 personas) presentaron niveles superiores a las permitidas por instancias internacionales con un promedio de 4,04 partes de mercurio por millón en sus organismos.
En los últimos diez años, entre 2012 y 2022, la importación de mercurio en Bolivia aumentó en 60%, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). En ese período pasó de 15,8 toneladas en 2012 a 94,7 toneladas en 2022, ubicando a Bolivia entre los principales países importadores de mercurio en el mundo. El Convenio de Minamata establece que se debe reducir o eliminar el uso de mercurio para la minería de oro, algo que en Bolivia no se cumple.
Los mineros cooperativizados que explotan oro en los ríos de la Amazonía son aliados políticos del MAS y ello ha hecho que sea muy difícil su control. Per cápita, Bolivia es el país que más contamina sus ríos con mercurio, lo que genera severos problemas a la salud de las personas y al medioambiente.
En el marco del Convenio Minamata, el 14 de junio de 2023 el gobierno aprobó el Decreto Supremo 4959 que tiene como objetivo establecer el registro de los importadores y exportadores de mercurio y generar una “autorización previa” para la importación y exportación de mercurio. Los expertos señalan que son medidas de escaso impacto real.
Recientemente un reporte de la Agencia de Noticias Ambientales (ANA) denunció que Bolivia se ha constituido en el centro de operaciones de mafias organizadas que se dedican a la importación de mercurio, que burlan el control poco eficiente de las instituciones nacionales, para ser distribuida en el país para la explotación ilegal de oro.
El informe refiere que las empresas peruanas que operan en Bolivia tienen nexos con Antenor Alexis Luque, denominado el “chapo del mercurio”, que es investigado en Perú por la comercialización de mercurio y por utilizar sus compañías para el lavado de la explotación de oro.