Contra el cáncer y en la batalla por la APDHB, Carvajal es asediada por grupos de choque del MAS

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La octogenaria mujer debe tomar unas pastillas diarias para su tratamiento, no tiene acceso al baño y tuvo que usar la terraza del inmueble en la Av. 6 de Agosto
Redacción VISOR21 

Con 84 años de edad y un cáncer de mama que se reactivó tras una década, Amparo Carvajal, lidia una dura batalla por recuperar la sede de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), tomada por asalto el 2 de junio por el cabecilla de la instancia paralela y oficialista, Edgar Salazar. Desde la noche del martes, grupos de choque del Movimiento Al Socialismo (MAS) la asedian ante la mirada pasiva de un contingente policial.

“Estamos luchando, aunque no les guste, por la Asamblea. La Asamblea es la que está herida de muerte (…) no voy a salir de aquí, la Policía no tiene que estar adentro, porque esta casa es privada, está escrito en el boletín oficial del Estado, para donación no a mí, a la Asamblea. (…) Me decían estás pasando 40 días en vigilia porque quieres, yo decía no porque quiero, sino por los derechos humanos”, exclamó la octogenaria activista.

Cerca al mediodía del martes, cuando se cumplían 35 días de la vigilia instalada por la toma de la Casa de los Derechos Humanos, Carvajal, con una escalera, burló la guardia policial y se apostó en la terraza del edificio en la avenida 6 de Agosto de La Paz.

“Han abierto ahí su candado (de la puerta) para que yo me baje con ellos. Quieren sacarme (…) me sacarán muerta”, gritó y rechazó los intentos de persuasión de efectivos policiales y bomberos.

En respuesta al hecho, el cabecilla de la APDHB paralela y afín al MAS, Edgar Salazar, envió mensajes intimidantes al funcionario de la APDHB, Armando Camacho, que colabora y cuida de la integridad de Carvajal.

“Con todas las imágenes, tú dependes laboralmente de la señora Amparo Carvajal. Estás cometiendo delitos penales”, se lee en el chat enviado por Salazar a Camacho.

VISOR21 buscó la contraparte a esta denuncia; no obstante, Salazar sólo respondió: “mañana haré una conferencia virtual” y evitó responder al respecto en una llamada,  indicando que estaba enfermo.

Camacho también denunció que personas particulares se acercaron a él para advertirle que “podría ser arrestado”.

El miembro de la APDHB remarcó el grave estado de salud de Carvajal y lamentó que ella ni siquiera tiene acceso al baño. Asimismo, apeló a la solidaridad de algunos policías para que colaboren a la activista a armar una carpa.

“Tiene una pastilla para el cáncer, no tiene acceso al baño, ha tenido que hacer pis en la terraza. Hay policías buenos y otros no, los buenos nos han permitido pasarle una carpa y frazadas, esperemos que los policías que están ahí arriba le ayuden y puedan armar la carpa”, señaló.

GRUPOS VIOLENTOS

Aproximadamente a las 20:30, un grupo de choque del MAS se concentró en el frontis de la Casa de los Derechos Humanos, en respuesta a una convocatoria a nombre del comité ejecutivo de la APDHB de Salazar, que circuló por diferentes grupos de WhatsApp, con el objetivo de “defender” las instalaciones ante la presencia de la activista de 84 años.

“¡Amparo, dónde estabas cuando nos mataban!”, gritaron en referencia a los muertos de Senkata y Sacaba.

A unos días de la toma de la Casa de los Derechos Humanos, Salazar afirmó que ingresó al lugar con “apoyo” de familiares de las víctimas de Senkata y Sacaba, pero fue desmentido mediante un voto resolutivo de las asociaciones mencionadas.

Salazar hizo la toma de la sede de la APDHB el 2 de junio junto a grupos del Partido Comunista y “activistas” que fueron identificados como funcionarios públicos.