Desnudando a María Galindo

HORACIO POPPE

Muy bien María. Recoges aplausos por todo lado. Todos habríamos querido hacer lo que hiciste en estos últimos meses: acorralar a la burocracia y latiguearla en su propia casa.

Te has ganado la admiración de muchos, porque simplemente no hay nadie en este país que se sienta a gusto con el Estado.

Pero no solo hay admiración, sino también envidia, porque no es posible hacer lo que vos haces y correr con tu misma suerte.

Porque vos tienes esa sospechosa licencia de pintarrajear paredes, de “faltar a la autoridad”, de incendiar la calle, de chicotear policías, de “profanar templos”, de humillar a la gente, etc., sin que por ello tengas que pagar el delito que a otro ciudadano, contrario al gobierno, le harían pagar. Ejemplos sobran.

Eres una mujer muy bien preparada. Y tu método del escándalo y la irreverencia normalmente deja atónitos a tus interpelados. Porque la sociedad boliviana es así, temerosa, tímida y siempre preocupada de no resbalar ante las mafiosas autoridades. Desde niños aprendemos a escaparle al miedo que está en todo lado. De eso te aprovechas.

Tu postulación a Defensora del Pueblo nos ha sorprendido a muchos. A mi en lo particular me sorprende que siendo “anarco-feminista” decidas de un día al otro gestionar tu lucha desde el Estado, para depender económicamente del presupuesto económico de esta institución que, como vos sueles decir, “no es nada despreciable” (casi Bs. 40 millones por año). ¿Ese no es un oxímoron ideológico? ¿No que el anarquismo estaba reñido con el Estado? María, qué pasa, ¿quieres ser anarco funcionaria?

Siempre me he preguntado de dónde recibes tan jugosos incentivos a tu lucha, que es imposible pagarla con la “venta de refrescos” como alguna vez dijiste.

Sabemos que tu bandera es harto rentable en estos tiempos. Hace unos días te escuché decir en la TV que recibiste, aunque no quisiste decir cuánto (lo que a tus entrevistados no les permites esconder), una atractiva suma económica del Museo Reina Sofía por una de tus obras (quién diría, una anarco-feminista recibiendo el cheque de un museo que lleva por nombre el de la Reina Sofía, casi como ver a un nazi recibiendo el premio “Simon Wiesenthal”).

Dices que el feminismo es bastardo porque no tiene una única genealogía, que el feminismo europeo no puede asumir la paternidad del movimiento, pero no piensas lo mismo cuando quien financia tus alborotos es precisamente ese feminismo, el europeo.

Esa casa que tienes en la calle 20 de Octubre de La Paz, solo esa casa, debe estar valiendo cerca a medio millón de dólares. La publicidad que generas con tu radio tampoco debe ser “nada despreciable”, como dices. Pero entiendo que con ello ayudas a muchas otras mujeres. Al César lo que es del César.

Te quejas de que muchas oenegés lucran con la pobreza y vos, ¿con qué lucras?

Lo que tampoco entiendo es cómo siendo vos anarquista estés eternamente a la cabeza de tu movimiento, cual caudillo. ¿Dónde quedó la “despreciable jerarquía social” que es dogma anarquista? ¿Son menos las que te acompañan?

Pídele en la calle a cualquier persona que te dé los nombres de otras tres integrantes de tu “sociedad” y con seguridad encontrarás a todos mudos. Es que no hay más nombres. Es que tu personalidad, tu control de las cosas, tu soberbia intelectual, tu altanería, tu avasallamiento verbal y tu caudillismo, son absorbentes. Que en una “sociedad anarquista” todo sea absorbido por un caudillo, es otra contradicción ideológica, o como diría Spengler, resultado de una teoría deshumanizada

¿Para quién trabajas? Pocos, poquísimos, deben recordar que vos moviste cielo, mar y tierra para que Álvaro García Linera salga de la cárcel, encerrado allí por sus crímenes cometidos con su guerrilla (EGTK). Y veo que también aún guardas una estrecha relación con Raquel Gutiérrez, su exesposa, también exguerrillera.

Tu encuentro con Linera en Barajas pudo ser casual, pero la causa es la misma, ¿o no? ¿Progres, o no?

Es que tu relación con ellos no es pública, es conspirativa, subterránea, como les gusta a ustedes los subversivos de la extrema izquierda.

¿A qué viene todo esto? A que a mí y a muchos otros no nos van a fumar. Vos quieres lavarle la cara a ese proceso de cambio utópico. Quieres reconducirlo. Pero antes quieres purgar a los culpables de su degeneración. Vos quieres asumir el mismo papel que en su momento, allá a principios del 2000, asumió Linera frente a las clases media y populares, a las que atrapó con su ágil lenguaje desde el Juguete Rabioso o desde el Pentágono.

De allí que sea la misma gente la que hoy (“agudamente ingenua” como vos dices), te aplauda, te llene de alabanzas y te tenga como a su máxima guerrera, como a “la hembra muy macha de la barricada”.

De hecho, has logrado algo también sorprendente, que los antimasistas vuelvan a apoyar políticas que en el fondo también son masistas. La ignorancia juega de tu lado y la aprovechas muy bien.

Pero ya sabemos cómo termina toda esta historia. La tarea de ensuciar lo que se considera puro y de lapidar lo que es respetado, no “descoloniza” ni “despatriarcaliza”, tira todo por tierra pero no edifica nada. Así de penosa es tu tarea.

Por último, si logras conseguir los votos que siempre juraste que nunca los ibas a buscar, no seas tan resentida, aprende de la caída de tu par Linera. Porque seguro ya tienes en mente apiñar frente al paredón a todos los “cómplices del Golpe de Añez” (mentira que vos ayudaste a montar), porque los de la “derecha golpista” para personas como vos o Linera “no son pueblo”, no se merecen derechos, ¿o no?

Un saludo.

HORACIO POPPE
Exdiputado nacional, excandidato a la Alcaldía de Sucre por República 2025

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de Visor21.