¿Liberales con Alcides Arguedas?

IGNACIO VERA DE RADA

Carlos Moldiz publicó un nuevo artículo para seguir polemizando mi postura en torno a la deformación que algunos intelectuales y no intelectuales hacen de nuestro pasado prehispánico. El artículo se llama “Ser racista es malo… creo” y salió en La Razón el pasado 1 de marzo.

En él, Moldiz dice: «Refuto tu reivindicación de Arguedas. Estás hablando de un tipo que creía abiertamente que el problema con Bolivia era su déficit de sangre europea, un escritor que reafirmaba los peores prejuicios sobre la población indígena y, de paso, alguien que sí escribía por encargo de una élite que no hizo más que provocar pobreza y muerte durante décadas».

Antes de hablar de Arguedas, hay que desmontar algunas falacias que hay en ese aserto. Una de ellas es la que está referida al total oscurantismo que supuestamente provocaron las élites bolivianas. Es incuestionable que las élites, afincadas en todo un establishment, fueron discriminadoras y manejaron a su gusto la política y la economía durante varios decenios. Pero no es menos cierto que, durante todo ese tiempo, el aspecto cultural boliviano se vio alimentado de muy buena manera; baste mencionar, por ejemplo, las tertulias literarias de altísimo nivel que en Tupiza organizaba la familia Aramayo (abiertas para todo el público, dicho sea de paso), o el periodismo de altísimo nivel que promovió La Razón (el diario La Razón de antaño, que nada tiene que ver con el actual), en cuyas columnas firmaban señores del pensamiento moderno como José Ortega y Gasset. Esos son aspectos históricos que Moldiz parece desconocer o pasar por alto adrede (lo cual sería más grave). Ciertamente, no todo fue «pobreza y muerte durante décadas», como él piensa o quiere pensar. Decir eso es hacer una simplificación caricaturesca de la historia.

Ahora sí vamos con Arguedas. Éste fue un intelectual cuando menos polémico, y rescatarlo no significa seguir al pie de la letra todos y cada uno de sus postulados. Creo que la obra sociológica e historiográfica de Arguedas —como parece pensar también Moldiz— está plagada de simplificaciones históricas y errores metodológicos de investigación. Pero lo que yo rescato de Arguedas no es lo prejuicioso y discriminador, sino el valor que tuvo para decir su verdad, cosa que pocos intelectuales tienen porque no quieren ir en contra de lo políticamente correcto y ser impopulares.

¿Que un liberal no puede rescatar a Arguedas? Tamaña falsedad. Soy liberal y rescato a Arguedas, así como rescato a Tamayo, o incluso al mismo León Trotski en algunas de sus ideas, pues ser liberal es justamente eso: no ser dogmático y estar abierto a una variedad de visiones sobre la política y la vida. Un liberal malo sigue solo a Smith, Ortega, Hayek, Mises, Popper y Aron, como si éstos fuesen gurús infalibles; uno bueno, en cambio, sigue todo lo que le parece provechoso para la libertad del hombre y la civilización. Dice Moldiz que Arguedas era racista y por tanto no un liberal. Esa es otra simplificación. Ciertamente Arguedas abrigaba prejuicios racistas, pero ello no le quitaba la característica liberal en la globalidad de su pensamiento. ¡No por nada llegó a ser jefe del Partido Liberal! Lo que sucede es que a Moldiz le falta juzgar a los hombres según el tiempo en que vivieron. El ser humano es complejo y sus ideas a veces están solapadas o son incluso contradictorias.

Finalmente, dice Moldiz sobre mí: «Busca confinarlo (al indígena) a una posición de subalternidad para mostrar la colonización como un favor humanitario y lo mestizo como una etapa superior a la barbarie. Señalar algunos aspectos que ahora encontraríamos condenables de las culturas prehispánicas es una cosa, pero enfatizarlos tan groseramente como lo hacen tú y Toro va más allá de querer colocarlos en su justo tamaño. Es inferiorizarlos». Jamás hice nada de eso. Lo que hice desde el comienzo fue denunciar que el vicepresidente David Choquehuanca miente cuando dice que todo lo foráneo, todo lo extranjero, todo lo de fuera es miseria y barbarie, y todo lo nativo es bondad y armonía. Eso no es así. Lo dije y lo seguiré diciendo. Cierro aquí esta polémica porque ya hay que opinar sobre otras cosas.

IGNACIO VERA DE RADA 

Politólogo y docente universitario

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de Visor21.