Vocero niega muertes por bloqueo al oxígeno en 2020 y riesgos en planta de Senkata de 2019

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El vocero presidencial Jorge Richter negó responsabilidades del Movimiento Al Socialismo (MAS) y sus organizaciones sociales en el bloqueo al paso de oxígeno de 2020, en plena pandemia de Covid-19, y las protestas de 2019 en El Alto, cuando se arriesgó la seguridad de la planta de Senkata.

En entrevista con FM La Paz, el vocero se refirió al paro cívico de más de 30 días en Santa Cruz y reitetó que “quienes causaron perjuicios y vulneración de derechos deben ser investigados y procesados”. En contraste, Richter justificó otras movilizaciones promovidas por su partido y aliados que, en calidad de oposición durante el gobierno de Jeanine Áñez, provocaron tensión social en Bolivia.

En una suerte de etiquetar “bloqueos buenos y bloqueos malos”, el vocero deslindó responsabilidades a las acciones del masismo y en ambos casos apuntó contra el gobierno constitucional de transición.

“NADIE MURIÓ POR FALTA DE OXÍGENO”

Sobre el bloqueo de carreteras y caminos de agosto de 2020, el vocero dijo que aquel discurso fue un “constructo deformado de la realidad” atribuido al exministro de Gobierno, Arturo Murillo, en campaña contra el MAS, que al final no dio resultado pues el entonces candidato Luis Arce ganó las elecciones con 55% de los votos.

Justificó esa manifestación como “legítima”, porque los movimientos populares solo pedían la “restitución del sistema democrático” en el país.

Agregó que el oxígeno “sí pasó y llegó” a los hospitales y por ello no existe un listado de pacientes afectados como se acusó desde el gobierno “de la señora Áñez”.

En agosto de 2020, los llamados “movimientos autoconvocados” realizaron bloqueos, sobre todo en las carreteras que comunican a Cochabamba y Oruro, afectando el paso de los camiones transportadores de oxígeno medicinal para los centros hospitalarios. La medida se dio contra la postergación de la fecha de las elecciones de septiembre a octubre de ese año.

Los “autoconvocados”, que incluso dinamitaron cerros en las carreteras, provocaron la muerte de una treintena de pacientes con Covid-19 en el pico de la primera ola de la pandemia que marcó la gestión de Áñez desde marzo de 2020. Luego se supo, por voz del jefe masista Evo Morales, que esos grupos de bloqueadores coordinaban sus acciones con el propio expresidente asilado en Argentina.

El objetivo, según expresó Morales en un video difundido en junio de 2021 era dejar que la gestión de Áñez se desgaste para beneficio del candidato Arce; por ello, se rechazó a los dirigentes sociales la sugerencia de presionar para que la presidenta renuncie y que asuma la entonces titular del Senado, Eva Copa, o que se entregue el mando del país a un militar.

“¿Quieren elecciones o no quieren elecciones?, descartado entonces (Copa o un militar) ‘¿Qué hay que hacer entonces, compañero Evo?’, me dicen. Hay que cuidar a Áñez con tal que garantice las elecciones”, reveló Morales.

EN SENKATA “NUNCA HUBO RIESGO” DE EXPLOSIÓN

En tanto, al recordar los hechos de violencia de noviembre de 2019 en la ciudad de El Alto, el vocero Richter negó que las acciones sobre la planta de hidrocarburos de Senkata haya tenido algún riesgo como se alertó entonces.

El Gobierno de Jeanine Áñez había alertado sobre la posibilidad de una catástrofe de magnitud porque las protestas lleguen a afectar la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), con una explosión que destruya una parte de esa urbe con centenas o miles de muertos.

El vocero señaló que “aquella vez” se descalificó y “menospreció” a los movimientos populares, al catalogarlos como hordas y que ese riesgo “nunca existió”, tal como concluyó el informe del Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI).

Nueve personas perdieron la vida cuando se trató de tomar la planta de Senkata, víctimas de disparos cuyo origen todavía se investiga. El MAS atribuye las balas a los militares desplazados en El Alto por orden de Áñez, mientras la oposición maneja la posibilidad de infiltrados en esa marcha, pues los primeros informes descartaban que las balas hayan sido de calibre oficial.

Videos registrados aquel 19 de noviembre de 2019, confirman la presencia de gente armada en El Alto, también la quema de un vehículo a metros de la pared de la planta y, finalmente, se observa cuando uno de los muros cae tras una explosión que provocó los primeros disparos de los conscriptos que estaban custodiando aquel reservorio que disteibuye camiones de gas y cisternas de gasolina.

En el paro reciente de Santa Cruz, cuando los sectores del MAS cercaron la refinería de YPFB en Palmasola, hubo grupos vecinales y cívicos que fueron a despejar la avenida para permitir el paso de los hidrocarburos. La Policía intervino para evitar un enfrentamiento y alertó riesgos de una explosión porque los cruceños movilizados manejaban cohetes y petardos.

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