JORGE SANTIESTEVAN
Las discusiones entre autoridades del partido de gobierno, que aparenta un atentado contra la “sacrosanta unidad masista”, no debe ser motivo para caer en la ingenuidad, porque es una situación de conflicto interno creada por ellos, porque son personas que actúan al margen de la ley, atropellando la democracia y los derechos de los bolivianos. Es por eso que se debe evitar dirigir toda compasión sobre los autoritarios, nadie ajeno a ellos debe condenar una aparente injusticia que se hacen entre sí, como el caso de un diputado del MAS o del ministro de Gobierno, porque se trata de verdugos de la sociedad civil. Los políticos en función de gobierno tienen muy claro dos cosas, por una parte: Usufructuar del poder y del sindicalismo cocalero y, por otra, mantenerse fieles a la dirigencia oligárquica nacional, la misma que depende de otra internacional. Sin embargo, este régimen político también tiene sus debilidades que no podrán rectificar. 1ro. Es un régimen que no está apoyado en la legitimidad y 2do. Se sustentan en un socialismo carente de validez porque no tiene doctrina que los respalde; la única doctrina que tienen es el engaño, la distracción y la desinformación, porque temen despertar la conciencia nacional, la cual se dirigiría contra ellos.
Bajo esos parámetros, se debe cuestionar al sistema político como se hizo desde los reformadores que acabaron con el feudalismo, los cristianos con el paganismo en el imperio más grande, los protestantes contra católicos, que terminó con la guerra de los 30 años, (tratado de Westfalia en 1648) y permitió que la religión deje de ser esgrimida como “casus belli”, y así otras doctrinas o teorías como formas de lucha que cuestionaron sistemas. El actual gobierno enquistado en la democracia, debe ser enfrentado mediante ciudadanos de convicción firme, bajo una nueva dirección política, fuerte y significativa, sin temor al fracaso, identificando también autoridades regionales que provocan amargas divisiones que son aprovechadas por los gobernantes, y en el plano internacional no llevar la lucha ante organismos, gobiernos y foros identificados con la izquierda globalista.
Consecuentemente, no hay un atajo mágico para ganar batallas y alcanzar la victoria, sino un camino difícil para el que se precisa congregar a los trabajadores, campesinos, hombres de negocios, intelectuales y otros sectores de la población; Lo ideal es procurar la construcción de bloques políticos, que traigan a escena a nuevos líderes respaldados por la población, visando claramente lo que se quiere lograr, sobre la base de un país que deniegue bases de operaciones ideológicas, que deniegue bases de cárteles del narcotráfico y de terroristas (que utilizan el territorio nacional como centro de operaciones y área de descanso) y luchar inexorablemente hasta lograr una Bolivia libre y autogobernada con estabilización por largo periodo, hasta alcanzar el bienestar y seguridad de la sociedad. Al final la realidad llegará y arrojará un balde de agua fría sobre esos charlatanes, (de ambos lados) mostrándolos como simples veletas que intentan obtener ganancias sin sacrificios.
JORGE SANTIESTEVAN JUSTINIANO
Coronel en Servicio Pasivo. Abogado y Docente Universitario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de Visor21.