Usurpación a la prensa: Los ataques de grupos parapoliciales a periodistas durante el conflicto Adepcoca

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Con credenciales falsas y por medio de páginas de fans en Facebook (fanpage), denigran la labor de los medios de comunicación independientes, distorsionan la información según el adoctrinamiento “revolucionario” que reciben en el MAS, además de generar discursos de odio que militantes de ese partido reproducen con agresiones contra la vida y derechos de los trabajadores de la prensa.

“La violencia contra la prensa fue progresiva (durante la gestión del MAS). Prácticamente no respetan nuestro trabajo, nos creen sus rivales políticos y no es así, nosotros estamos ahí para informar sobre los hechos que suceden”, relató el editor de la Agencia de Prensa Gráfica (APG), Daniel Miranda. El fotógrafo fue víctima de innumerables agresiones a lo largo de su carrera, pero asegura que la violencia contra los periodistas se incrementó con el discurso político que se estableció en el gobierno de Evo Morales, cuando se llegó a etiquetar a los medios de comunicación independientes con el adjetivo del “cártel de la mentira”.

“A mí me dispararon en la pierna (en septiembre de 2022) con esos cartuchos de pintura (pinball), los que el viceministro (Téllez) dice que sólo duelen como un sopapo. Su disparo me llegó cuando hablaba con mujeres cocaleras, no había protestas en ese momento, no se puede justificar la violencia de la Policía, pero lo hicieron y mi pierna estuvo con un moretón muy grande por varios días”, relató una periodista herida por los policías.

Este medio entrevistó a trabajadores de la prensa, entre camarógrafos y radialistas, que cubrieron el conflicto del Gobierno contra cocaleros de los Yungas por el control de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) en 2021 y 2022. Los periodistas fueron víctimas de proyectiles de gas lacrimógeno, balines de goma y de pintura, además fueron amedrentados con insultos de por medio.

Varios de los afectados pidieron la reserva de su identidad y del medio de comunicación en el que trabajan, por temor a mayores represalias tanto del Gobierno como de los grupos de choque del MAS.

“El discurso ‘revolucionario’ que manejan estos señores al llamarnos periodistas golpistas, pititas de derecha o vendidos pasa del insulto a las agresiones, tanto en las calles como en el aparato estatal. Desde negarte (la adjudicación de contratos de) publicidad, que se paga con dinero de todos los bolivianos y no con plata del MAS, hasta agredir al periodista, lo peor es que lo hacen en complicidad de la Policía”, lamentó un periodista que cubrió dicho conflicto.

El discurso ideológico

“Es una crítica que hago a todos los compañeros y me la hago a mí mismo, no hay que dejar que el aparato burgués te trague y te convierta en una máquina para olvidar ser un militante revolucionario que estaba en las calles, que debe seguir en las calles, a pesar de cumplir una función pública”, es la definición política que lanzó el director de Régimen Interior del Ministerio de Gobierno, Marco Antonio Cuentas Flores.

El autodenominado “militante comunista de Columna Sur” –según sus redes sociales– dio esa opinión como “invitado especial” de una fanpage del MAS, en la evaluación a los 100 días de gobierno del presidente Luis Arce, el 17 de febrero de 2021. En noviembre de ese mismo año, un reportaje de Página Siete lo identificó como el líder de un “grupo parapolicial” y en septiembre de 2022 también se lo descubrió a él y otros funcionarios y militantes de Columna Sur infiltrados entre los periodistas, con credenciales falsas, para realizar transmisiones en vivo por una fanpage de ese grupo.

Las imágenes tomadas por los periodistas revelaron que, durante del conflicto de Adepcoca, tanto en 2021 como este año, en varios casos los policías implantaban cartuchos de dinamita o armas blancas a los cocaleros arrestados. Este fue otro motivo para que los “infiltrados” de Cuentas y uniformados obstaculicen el trabajo de los medios de comunicación, incluso llegando a disparar proyectiles de gases lacrimógenos contra camarógrafos, como lo relataron Marco Mejía, Piter Quispe, Kevin Chipana y periodistas de las radios de Yungas.

En la evaluación de 2021, tanto Cuentas como su interlocutor y administrador de la fanpage, Gabriel Rodríguez, acusaron a los medios de comunicación independientes de ser “hegemónicos” y recibir dinero, de forma ilegal, para apoyar la gestión de la expresidenta Jeanine Añez. Sindicaron a los medios de comunicación como generadores de violencia, de reproducir “brutamente la línea de derecha (sic)”, dictada por la embajada de los Estados Unidos y encubrir la muerte de 19 personas que fallecieron durante “las masacres” de Sacaba y Senkata en 2019, de las 37 en total que perdieron la vida en noviembre de ese año en diferentes regiones.

“Estaban metidos los diarios, los medios de comunicación, hasta el final, dándole el apoyo a Jeanine Añez, porque antes de tener diferencias el objetivo final era destruir al Movimiento al Socialismo (MAS) y no lo lograron, por la conciencia y trabajo político que se hizo”, concluye Cuentas en esa intervención.

Del Facebook a las calles

El discurso de Cuentas se transformó en acciones y en agosto de 2021 apareció en las calles de La Paz, en horarios de oficina, junto a funcionarios de diferentes ministerios para liderar las agresiones de grupos de choque del MAS contra ciudadanos que protestaban, por ejemplo, contra la Fiscalía General, por cerrar el caso del “fraude electoral de 2019”. Los ataques también se reprodujeron contra los periodistas, quienes debían soportar insultos como “prensa golpista”.

En septiembre del mismo año, las acciones de los “militantes revolucionarios de Columna Sur” pasaron de polémicas a delictivas, como lo denunció el senador de Creemos, Erik Morón, quien en noviembre de ese año hizo una petición de informe escrito (PIE) al fiscal general, Juan Lanchipa, para conocer qué medidas asumió luego de que se identificara a “grupos parapoliciales” en los operativos de represión contra los socios de Adepcoca, en la zona Villa Fátima.

La presencia de estos grupos irregulares fue descubierta gracias a las publicaciones de medios de comunicación como ATB, Unitel, Radio Éxito, Red Uno, Gigavisión y las radios yungueñas como FMBolivia y Radio Yungas, que en sus redes sociales recopilaron evidencia de esos hechos. Página Siete sistematizó el material y confirmó las denuncias por medio de reportes y testimonios de jefes policiales, además de que se recopiló varias publicaciones de Facebook realizadas por los grupos de Columna Sur.

“Informe usted cuáles son las acciones de investigación iniciadas (…) respecto a la participación del Director de Régimen Interior del Ministerio de Gobierno, Marco Antonio Cuentas Flores, en grupos de choque, lanzando dinamitas y operando junto a funcionarios policiales en el conflicto de Adepcoca”, señala una de las cinco preguntas que Morón hizo a Lanchipa y que hasta la fecha no tuvo respuesta, según un colaborador del legislador.

Precisamente, vecinos de Villa Fátima –donde se registró el conflicto– identificaron a Cuentas como líder de los civiles encapuchados (presuntos funcionarios del Ministerio de Gobierno), que como “agentes de caos” operaron infiltrados en filas policiales sin que los comandantes de la Policía cuestionaran estos hechos.

Falso periodista

Lo más grave se dio en septiembre de 2022, cuando Cuentas y un grupo de funcionaros se hicieron pasar por periodistas. Con credenciales falsas realizaron transmisiones para la misma fanpage en la que él y el responsable de comunicación del Ministerio de Gobierno, José Llorenti, figuran como “analistas”. Las transmisiones se realizaron entre el 23 y 24 de septiembre de este año, pero los videos fueron borrados de Facebook luego de que Página Siete publicara una nota con los videos descargados de este portal.

En dichas transmisiones, además de hacer proselitismo, Cuentas señaló que los periodistas de Unitel, Red Uno y otros medios distorsionan la información y los liga al supuesto golpe de Estado de 2019. Dicha postura la replicaron los cocaleros afines al MAS, que agredieron a los trabajadores de la prensa usando similares discursos radicales.

Dicha fanpage, La Zurda Radio, bajo la línea de “medio de comunicación alternativo”, promociona la gestión del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, y reproduce como hechos informativos las publicaciones de Twitter que realizan los miembros de esos grupos de adoctrinamiento, muchas veces sin asumir la responsabilidad, pues usan seudónimos de animales.

Esto lo denunció el diputado del MAS Gualberto Arispe. “El señor José Daniel Llorenti (sobrino del exministro de Gobierno Sacha Llorenti) administra las páginas (de redes sociales) Piojo Bolivia, Soy un Cocodrilo, Las Noticias de Bolivia, Bolivia Cibernética, La Resistencia Audiovisual, El Choclo”, afirmó el asambleísta.

Los reclamos del legislador se dieron en medio de la pugna interna que existe entre los denominados “renovadores”, que apoyan a Luis Arce y los masistas del “ala dura”, liderados por Evo Morales.

El diputado denunció que desde esas páginas Llorenti también se dedica a denigrar al MAS, al expresidente Morales y a los senadores y dirigentes cocaleros del Chapare, Leonardo Loza y Andrónico Rodríguez, a los que implica con el narcotráfico. “Eso lo publicó en Piojo Bolivia, la fuente es La Zurda Radio. Ojo, el director de esa radio (Gabriel Rodríguez) trabaja en el Ministerio de Gobierno, en comunicación”, acusó Arispe, aunque dicho nombre no figura en la Contraloría General.

Página Siete buscó a Llorenti para tener su versión y pedir una entrevista con el ministro de Gobierno, pero desde la Unidad de Comunicación de esa cartera de Estado se informó a este medio que Llorenti se comunicaría con el periodista; sin embargo, esto no ocurrió.

De la misma forma se buscó al viceministro de Régimen Interior y Policía, Ismael Téllez, para consultar sobre las peticiones de informe hechas por legisladores sobre las acciones de Cuentas y su grupo “Jichis”, pero tampoco se atendieron las consultas. El 8 de noviembre de 2021, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, y el ministro Del Castillo, desfilaron en plaza Murillo con dicho grupo, liderados por Cuentas, quien llevaba el cartel de ese “cuadro político” derivado de Columna Sur, cuyo nombre hace referencia a un animal mítico, una serpiente del oriente.

La usurpación del trabajo de los periodistas, por parte de Cuentas y su grupo, en los conflictos de Adepcoca fueron denunciados tanto por la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia como por las federaciones del gremio de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

Además de exigir que el mismo sea procesado, los dirigentes pidieron una reunión con Del Castillo, pero tampoco recibieron respuesta.

Las imágenes tomadas por el lente del fotógrafo Daniel Miranda evidenciaron que durante el conflicto de Adepcoca existía complicidad entre policías y los “infiltrados” dirigidos por Cuentas. Éstos no sólo fueron señalados por arrojar dinamitas a vecinos de Villa Fátima, sino también el momento en que emboscaban y golpeaban a vecinos y cocaleros de los Yungas.

Los socios de Adepcoca golpeados, que hasta ahora mantienen su demanda del cierre del mercado ilegal de coca que dirigen afines al MAS, fueron entregados a policías para que sean procesados por portación de explosivos o daños a propiedad del Estado, “con informes falseados”, como lo denunció ante tribunales y la Fiscalía la abogada de los detenidos, Evelin Cossio, quien desmintió estos extremos con videos de los periodistas que fueron víctimas de las agresiones de los “grupos parapoliciales”.

  • Esta investigación fue realizada con el apoyo del Fondo Concursable de la Fundación para el Periodismo (FPP) en el marco del proyecto Red de Apoyo y Protección a Periodistas (RAPP), con el respaldo The Global Media Defence Fund-Unesco

//FUENTE: PÁGINA SIETE//