Urge elección de magistrados por una tercera fórmula

LUIS ANTEZANA

El intento de elección de magistrados por vía popular, ideado por la voluntad irracional del expresidente Evo Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, procedimiento introducido durante la Asamblea Constituyente de 2008 en la nueva Constitución, fue un ostensible error, que fue respaldado, además, por un referéndum, porque simplemente jamás había sido siquiera experimentado, ni en las más extremas revoluciones de la historia de la humanidad.

Ese procedimiento era irrealizable y si alguna vez se intentó aplicarlo, terminó en desastre. Era tan absurdo, como querer llegar a la luna en bicicleta, no solo por intentar elegir a dedo a los candidatos a magistrados, sino también porque el objetivo consistía en que el pueblo elegiría a los magistrados previamente escogidos por sus amigos, para tener en esa forma el absoluto control sobre el Órgano Judicial. Algo así como si alguien que disfruta del sagrado privilegio de votar por un hombre, votase por el elegido por otro.

Pese a todo, esa novísima Constitución fue adoptada y acatada a pie juntillas por los llamados partidos de oposición y continuó en aplicación hasta el presente, cuando chocó con la dura realidad que no permitió que se repita el engendro. A la vez, se impuso que dicha elección popular de magistrados no vuelva a realizarse en ninguna circunstancia y sea borrada de la Carta Magna.

En efecto, el año pasado la nueva elección popular de magistrados encontró oposición general y fue objeto de interminables discusiones en todo nivel y, enseguida, el debate en los órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, sin que se pueda encontrar solución al embrollo y terminó con que esos órganos terminen dándose cabeza con cabeza y se revele que el Estado Plurinacional estaba en agonía.

Vino enseguida que el Poder Legislativo atacaba al Judicial y enseguida el Electoral al Legislativo, el Judicial al Legislativo, éste al Ejecutivo y los cuatro al mismo tiempo entraron en un conflicto mayor, echándose la culpa por el desacuerdo, lo que produjo de nuevo otra frustración y sin darse cuenta que el origen del problema no estaba en posiciones encontradas, sino en la Constitución Política, madre de todos los males que agobian al pueblo.

Finalmente, la elección popular para magistrados no encontró remedio, no por falta de voluntad de los tribunos, sino que para todos ellos era imposible resolver el problema y se trataba de encontrar la cuadratura del círculo o querer llegar a la luna en bicicleta.

Entonces, ante el desacuerdo de las partes, la elección de magistrados quedó postergada indefinidamente, así como la selección de candidatos. Y enseguida el antagonismo fue resuelto con la prórroga de los magistrados, lo que causó airada oposición, considerando la medida como inconstitucional y amenazando con enjuiciar a los magistrados (que, de paso, señalaron que no existe reelección indefinida de Evo Morales a la presidencia. por no ser derecho humano).

Pero, ahora ahí no termina el problema. Más bien, recién empieza. La oposición de Evo Morales y compañía se oponen a la solución del Tribunal Constitucional de evitar el vacío de poder en el Órgano Judicial. Además, exigen la elección de los magistrados por la obsoleta votación popular, por vía parlamentaria, etc., so pena de salir a las calles y cambiar gobierno.

Pero, vayamos al caso de que la oposición quiebre el brazo del gobierno. Entonces, se volverá a fojas cero y se reiniciarán las peleas para elegir en las Cámaras a los candidatos a magistrados a dedo, así como la fecha de elecciones, con el deseo de gastar 180 millones de bolivianos en las elecciones judiciales y todos los argumentos que crearon la caótica situación actual. Es más, con seguridad la cosa será peor. Es decir, girando en el círculo vicioso de la elección de funcionarios judiciales por decreto o por vía popular, en vez de buscar una tercera solución, que es reformar la “Farsa Magna” actual.

LUIS ANTEZANA ERGUETA
Escritor e Historiador
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