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Puede que el mundo esté sacudido por la guerra en Europa del este, pero eso no significa que el ejército estadounidense esté buscando fortalecerse ante eventuales conflictos. Al contrario, la decisión ha sido flexibilizar los estándares de una prueba física para hacerla más «inclusiva». La prueba conocida como Army Combat Fitness Test (ACFT) abandonó el estándar de aptitud física neutral para dividirlo por género y edad con el objetivo de facilitar las posibilidades de aprobar.
Uno de los datos que identificó Rand Corporation —organización creada en 1948 para analizar el desempeño de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos— fue que tras un estudio de 460.000 soldados, eran las mujeres las que más fallaban en la prueba. En total, del 48 % de las mujeres alistadas en servicio activo y el 28 % de las oficiales mujeres en servicio activo no pudieron pasar la prueba, detalló el portal Army Times.
Por este motivo el mismo informe planteó dos preguntas. «¿Deberían todos los soldados, independientemente de su edad y sexo estar sujetos a los mismos estándares de aptitud física (que dan prioridad a la preparación para el combate), o deberían establecerse las pruebas y las políticas de tal manera que todos los soldados tengan una posibilidad razonable de aprobar?». El ejército eligió la segunda opción, cambiando ejercicios o disminuyendo su intensidad.
El combate pasa a segundo plano
Atrás quedó la importancia del combate y de niveles de eficiencia que realmente eran neutrales con los mismos números para ambos sexos. Hace dos años, bajo la administración del expresidente Donald Trump, se consideró incluso endurecer la ACFT.
“El combate es neutral en cuanto a edad y género”, recordaba para ese año el mayor general Lonnie Hibbard, comandante general del Centro de Entrenamiento Militar Inicial del Ejército.
“Entonces, independientemente de su género, o lo que es más importante, su [profesión militar], debemos asegurarnos de que todos estén preparados para el combate”.
Para ese momento se identificó que la flexión de piernas era uno de los seis ejercicios con mayores dificultades de ser superados dentro del ejército estadounidense. Los soldados deben «colgarse de una barra con los brazos extendidos antes de levantarse usando los músculos abdominales y de los brazos», detalló entonces The Washington Post.
La nueva ACFT, más «inclusiva», refleja estándares mínimos más bajos para las mujeres y estándares mínimos más altos para los hombres. Además, en reemplazo de la flexión de piernas estará la prueba de fuerza en posición de tabla. También se agregó una caminata de 2,5 millas como un evento aeróbico alternativo para las tropas cuyos perfiles médicos les impiden correr.
Guiños a la moda «woke»
Las preocupaciones en torno a la formación del ejército estadounidenses aumentaron cuando a través de un video para captar reclutas la institución hizo guiños a la igualdad social a través de marchas, preferencias sexuales y formas de crianza en la familia, socavando así la confianza en la institución.
En consecuencia, la moda «woke» que infiltraron grupos como Black Lives Matter (BLM) llegaba a la estructura de gobierno. El escritor estadounidense John Hawkins de inmediato hizo comparaciones con los rusos «enfocados en matar gente y romper cosas», mientras que EE. UU. se centra «en explicar las microagresiones y la teoría crítica de la raza».
Fue durante el año fiscal 2021 cuando el Congreso ordenó al Ejército detener la ACFT hasta que se hicieran revisiones, pero desde 2019 ya se venían estudiando cambios. La nueva prueba a modo de diagnóstico comenzará el próximo 1 de abril. Luego se activará escalonadamente en varias tropas del ejército estadounidense hasta que sea incorporada como motivo de expulsión, posiblemente para abril de 2023.
//FUENTE: PANAM POST//