Salvatierra y Rivero aceptaron que la sucesión recaiga en la oposición, confirma Quiroga

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Adriana Salvatierra y Susana Rivero fueron las dos masistas que encabezaron al oficialismo durante las reuniones en la Universidad Católica Boliviana (UCB) el 11 y 12 de noviembre de 2019, luego de haber renunciado a las presidencias de Senado y Diputados, respectivamente. Ambas aceptaron la salida de la sucesión constitucional para dejar la Presidencia de Bolivia a la oposición.

El testimonio del expresidente Jorge Quiroga ante la Fiscalía luego se hizo público con la revelación de los chats que intercambiaron ambas legisladoras masistas con el también líder político de la bancada del Partido Demócrata Cristiano (PDC) en aquella gestión.

El encuentro fue activado por los entonces ministros de Justicia, Héctor Arce, y de Comunicación, Manuel Canelas, a quienes se sumó la de Planificación, Teresa Morales, completando la delegación oficialista.

Se buscó la mediación de la Iglesia Católica, con monseñor Eugenio Scarpellini, y representantes internacionales de la Unión Euporea, embajada de España y luego Naciones Unidas.

Por la oposición participaron los líderes de las bancadas con representación legislativa Quiroga por el PDC y Samuel Doria Medina de la alianza Unidad Demócrata, así como Ricardo Paz por Comunidad Ciudadana que había participado en las elecciones que fueron marcadas por el fraude.

Con ello se anula la denuncia de la exdiputada masista Lidia Patty y otros oficialistas que reclaman que en ese encuentro “personajes políticos” se “atribuyeron representación” sin ser parte de la Asamblea Legislativa.

“EN VIRTUD A LAS CIRCUNSTANCIAS, QUE SEA ZAMORA”

Añez asumió la presidencia del Senado y convocó a sesión a la que la bancada del MAS no asistió / ARCHIVOS

Quiroga publicó un documento llamado “Ante la tramoya I: La verdad sobre la transición constitucional en Bolivia, facilitada por Iglesia, UE, España y NNUU”, en el que confirma que ambas expresidentas legislativas aceptaron que la oposición asuma la Presidencia tras la renuncia y fuga de Evo Morales.

Morales había renunciado voluntariamente, “escuchando a la COB, a la Iglesia y a las FFAA”, la tarde del domingo 10 de noviembre desde el Chapare. Durante la noche, sobre todo en La Paz, se había desbordado la violencia con hordas que atentaron contra las antenas de transmisión de medios de comunicación, quemaron las casas de la periodista Casimira Lema y del rector de la UMSA, Waldo Albarracín, además de incendiar más de 60 buses PumaKatari en la zona sur paceña.

Quiroga recibió la llamada de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) la tarde del lunes, mientras Doria Medina fue convocado “con súplicas” de Arce Zaconeta, según reveló el político y empresario.

El encuentro se suspendió ese día por exigencias de las delegadas masistas que condicionaban sentarse a la mesa en la UCB a que Morales salga del país con todas las garantías, en un vuelo hacia México. El propio jefe cocalero daba instrucciones a Salvatierra por teléfono celular y esa noche el renunciante abandonaba el país incurriendo en la figura de ausencia definitiva al cargo.

Al día siguiente, en la reunión se habló de la sucesión constitucional y los representantes opositores pidieron que ambas legisladoras se reúnan con Scarpellini a solas para evitar, precisamente, que se hable de intromisión política o extranjera.

Al salir del diálogo reservado, Salvatierra y Rivero manifestaron que la mejor solución era algún senador de oposición asuma, sea la segunda vicepresidenta Jeanine Áñez o “con preferencia”, el segundo secretario camaral Víctor Hugo Zamora.

“Después de alrededor de una hora los congresistas se reintegraron a la mesa, donde las dos parlamentarias del MAS señalaron, sin dar mayores detalles de la reunión pequeña, que en virtud a las circunstancias que atravesaba el país lo más conveniente era que asuma un senador de oposición, eso mostraba que ellas declinaban asumir el cargo; en esa línea señalaron que no tenían problema alguno con la senadora Añez, pero preferían al senador Zamora”, reveló Quiroga.

“Después de ver las dificultades legales que conllevaba elegir en la sucesión a un secretario, en lugar de una vicepresidenta, las representantes del MAS acordaron apoyar esa tarde a la senadora Añez en consulta con su bancada, como lo señala la memoria de la Iglesia. Después no lo hicieron y se ausentaron del Congreso”, agregó Quiroga.

La noche del 12 de noviembre, luego de la convocatoria a sesión que había hecho Áñez, la bancada oficialista recibió la instrucción de no asistir, incluso se habló de renunciar en bloque, como explicó el exsenador del MAS, Omar Aguilar.

Al día siguiente, Salvatierra acusó a Áñez de haberse “autoproclamado”, mientras Rivero se retractó de su renuncia y borró el tuit en el que había mostrado su carta de dimisión firmada.

Monseñor Scarpellini falleció por Covid-19 en 2020, pero algunos pormenores de esa reunión se encuentran en la Memoria que publicó la CEB. El documento, sin embargo, fue rechazado como prueba de defensa de la expresidenta Jeanine Áñez en el juicio “golpe II” que concluyó con diez años de sentencia.

Rivero calificó la Memoria de la Iglesia Católica como una mentira e incluso exclamó “que Dios los perdone por mentir”.

La exdiputada beniana, tras conocer el testimonio de Quiroga aceptó que se buscó una salida constitucional, pero ahora acusa que en esa reunión se aplicó un “plan b” desde la oposición con “apoyo” de militares y policías.

“Reunión en la Católica 12/11/19 es prueba irrebatible de inexistencia de vacío de poder y de intento de procurar salida legal y constitucional a la crisis. Intentamos a pesar de semejante situación y no lo logramos, tenían plan b con apoyo de militares y policías”, tuiteó.

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