Para salvar Bolivia se debe eliminar el socialismo

Bolivia está sumida en una crisis económica cada vez más grande, y pienso que, desgraciadamente, ésta solo empeorará, causando estragos en las familias bolivianas. Todo esto es culpa del socialismo y sus funcionales, quienes han llevado a Bolivia a la hecatombe y habrá que trabajar arduamente y sin descanso para reconstruir la nación. La situación puede llegar a ser igual o peor que en la década de los ochenta, todo dependerá de si las medidas económicas de emergencia adoptadas pueden ser bien instauradas o no.

Más allá del problema económico, también tenemos un gran problema político. La nación está dividida por culpa del MAS y sus discursos de odio, y todas las instituciones están totalmente destruidas. No es exagerado decir que se tendrá que reconstruir la patria desde cero, el socialismo actúa de esta forma: destruye e instaura la miseria, para de esta forma quedarse en el poder indefinidamente.

La siguiente gestión será decisiva para salvar a Bolivia y una de las más complejas de nuestra historia. En caso de ganar la oposición, no puede fracasar o el MAS retornará y se instaurará una dictadura socialista perpetua. No hay lugar para titubeos y menos para negociar con los socialistas, o se actúa de manera contundente y patriota o Bolivia perecerá, algo que debemos evitar a toda costa.

Supongamos que en las próximas elecciones no habrá fraude y la oposición se alza con la victoria. Se encontrará en una situación delicada, con nulo margen de acción y con un país quebrado, por lo que es entendible que antes de sanear la economía de Bolivia, el gobierno entrante termine “acortando su mandato”. El socialismo no es un rival fácil como muchos piensan, al combatirlo se debe ser totalmente duro y no debe haber espacios para dudas y menos retrocesos. Milei no se equivoca en decir que al “zurdo no se le puede dar ni un milímetro” para que opere. Repito: o se destruye al socialismo a cualquier costo o Bolivia se convertirá en la nueva Venezuela, solo que, sin petróleo, lo que llevará a la destrucción de nuestra patria. No es alocado decir que estamos en una especie de guerra en contra del socialismo y sus regímenes, quienes por mucho tiempo ya han decidido el destino de Bolivia, despojándola de su soberanía. Liberarse del socialismo significa recuperar la libertad, el orden y nuestra soberanía. No podemos seguir permitiendo que Bolivia siga siendo peón del maldito socialismo y los dictámenes de la izquierda internacional.

Desgraciadamente, ninguno de los candidatos opositores me parece capaz para acabar con el socialismo y devolver la libertad y prosperidad a los bolivianos. Ninguno parece entender que no solo el tema económico es fundamental, sino el político, y que en caso de que el MAS y sus organizaciones sociales salgan del poder, convulsionarán e incendiarán el país con el único objetivo de retomar el poder. Se necesita mucho carácter y determinación para acabar con el socialismo. No debe haber titubeos ni consideraciones con todos aquellos que han destruido la patria. Son tiempos decisivos para la nación.

Los gobiernos neoliberales cometieron el grave error de ser tibios frente a los crecientes disturbios liderados por organizaciones sociales que solo buscaban convulsionar el país para “tumbar” a los gobiernos de turno. Todo esto nos llevó al 2003 y la caída de “Goni”, que marcó el triunfo del socialismo frente a la institucionalidad. Si bien no justifico las acciones del gobierno de Goni, es innegable que las organizaciones sociales buscaron derrocarlo e imponer lo que hoy conocemos como la dictadura sindical que ha destrozado nuestro país.

Es una situación muy tensa, y más allá de sanear la economía, la principal tarea es eliminar al socialismo y a todos sus bastiones de poder. Si no, cualquier política adoptada fracasará. Lo diré de forma simple: o se erradica el socialismo o Bolivia perece.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21