“No me mates, mamita, soy tu compañerita”; madre asesina paseaba libre por decisión de un juez

El 7 de septiembre de 2002, un caso de extrema maldad conmocionó al país. Seferina Quispe, la progenitora de dos niños, degolló y apuñaló a ambos a orillas del río Cajones en Yungas para mantener su nueva relación con un sujeto. Ella, empleada doméstica con entonces 26 años de edad, fue condenada a la pena máxima, pero hasta hace unos días paseaba libre por decisión del ahora exjuez José Ayaviri, en el mismo modus operandi de su colega Rafael Alcón.

La web de la red progubernamental ATB realizó una crónica de los hechos, luego de la recaptura de la asesina el pasado sábado en La Paz, por la Policía y el Ministerio de Gobierno.

Crónica:

Seferina Quispe se embarcó junto a sus dos hijos, Joaquín de 10 y Vanessa de 8, en una flota rumbo a Los Yungas pero, en medio del camino, mucho antes de llegar a la población de destino, pidió al chofer que se detuviera. Bajó con sus dos pequeños a orillas del río Cajones. La noche ya estaba bien entrada pero ahí comenzó la verdadera oscuridad.

Primero les dio de comer choclo con quesillo y luego la mujer sacó un cuchillo Tramontina de mesa, como el que utilizan millones de familias en Bolivia y con él procedió a degollar a su hijo mayor. Cuando terminó la faena, se dirigió rumbo a Vanessa escuchando como ésta le decía “a mí no me mates mamita, soy tu compañerita”.

De nada sirvieron los ruegos, Seferina era la encarnación de los demonios. Luego de victimar a sus dos hijos, recogió la ropa de ellos y se fue al encuentro de su enamorado.

Cuando la Policía la detuvo, encontró precisamente estas vestimentas todavía empapadas de la sangre de las dos víctimas.

Frente a la grabadora del periodista respondió que lo hizo porque su nueva pareja le había dicho que sus hijos eran un estorbo en la relación.

Al contar su testimonio, Seferina parecía relatar un hecho común y sin importancia, tan ida de la realidad que estaba, sin embargo ante el juez, Williams Dávila, lloró al escuchar el veredicto: “30 años de cárcel sin derecho a indulto”. Su abogada y ella decidieron no apelar la sentencia. Todo estaba claro, demasiado claro. El enamorado fue encontrado inocente.

Quispe debía cumplir su condena hasta el 2033 y sin embargo, el sábado 12 de febrero de 2022 fue recapturada por la Policía fuera de la cárcel.

Había sido liberada por el juez José Ayaviri Siles, quien le dio detención domiciliaria.

Mientras tanto, el lugar donde los niños fueron victimados, a orillas del Cajones, es un espacio de peregrinación de los vecinos y sobre todo de los transportistas que, semana tras semana, van a entregar su ofrenda en flores y oraciones. Quién sabe si esos pequeños puedan rogar por nosotros, pecadores.

//FUENTE: ATB//