Mariúpol, la ciudad ucraniana con 80 % de las casas destruidas por las tropas rusas

 

Mariúpol, la ciudad portuaria que Rusia quiere controlar, tiene, tras 16 días de bloqueo, el 80 % de las casas destruidas, según el ayuntamiento de esa localidad. De ese porcentaje, 30 % no se puede recuperar. En resumen, la situación es «crítica», de acuerdo con una reseña de la agencia EFE.

Alrededor de 30000 personas lograron salir en unos 6500 vehículos, según cifras oficiales, pero unas 350.000 aún están en refugios antibombas. Hay poca agua, medicinas, alimentos y nada de electricidad ni gas. El escenario se vuelve más hostil en medio «de 50 a 100 bombas aéreas por día».

Tener el control de Mariúpol garantizaría al Gobierno de Vladímir Putin un corredor perfecto entre la región de Donbás (con las ciudades prorrusas Donetsk y Lugansk) y la península de Crimea, de la cual se apropió en 2014. Controlaría el sureste de Ucrania y, por lo tanto, la salida al mar de Azov. En la mira está la ciudad de Odesa para dejar a Ucrania sin acceso al Mar Negro, donde también se libra por estos días una guerra marítima.

Por este motivo los bombardeos son tan descarnados en Mariúpol sin que a las fuerzas rusas les importe la vida de civiles. Una de las evidencias es el ataque contra un teatro en esa ciudad que albergaba a más de 1000 refugiados. Era imposible ignorar que se trataba de un albergue porque en el piso, a las afueras de las instalaciones, estaba escrito en ruso, en tamaño gigante, la palabra «niños».

“Estamos tratando de sobrevivir de alguna manera”, dijo otra residente reseñada por Associated Press. “Mi hijo tiene hambre. No sé qué darle de comer”.

Agresión «inhumana»

Luego de una noche llena de incertidumbre, mujeres y niños comenzaron a salir entre los escombros tras el bombardeos en el teatro de Mariúpol. Pero con las comunicaciones casi inexistentes y el poco acceso que hay a la zona, se ha dificultado el flujo de información. No obstante, hasta el 17 de marzo 130 personas habían sido rescatadas, informó la parlamentaria Olga Stefanishina en su cuenta de Facebook.

El Gobierno de Italia se comprometió a restaurar el teatro «en cuanto sea posible», pero hasta que llegue ese momento, los habitantes de Mariúpol están desesperados por huir de los bombardeos. Por la ciudad pasa uno de los corredores humanitarios habilitados tras las conversaciones entre Moscú y Kiev, aunque al estar sitiada por fuerzas rusas, la salida se complica.

Con el suceso, los ánimos internacionales se tensaron aún más. Para la Unión Europea fue una agresión «inhumana». Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden llamó por primera vez a Putin “criminal de guerra”. Al tener este término connotaciones legales —que deben ser aprobada en organismos internacionales— la prensa de la Casa Blanca tuvo que salir de inmediato a matizar lo que dijo el mandatario. “Habló desde el corazón”, dijo la portavoz Jen Psaki.

La «joya» del Mar Negro

Odesa es una ciudad portuaria, al igual que Mariúpol, pero con acceso al Mar Negro. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró que fuerzas rusas se están preparando para bombardearla. Las barricadas rodean calles, los comercios están cerrados y los soldados ucranianos se alistan para la defensa.

Sus habitantes han optado por huir hacia la vecina Moldavia o Rumanía, pero otros han decidido quedarse. Por lo tanto, las miradas internacionales podrían enfocarse en esta localidad en pocos días. Uno de los aspectos que ha trascendido de las conversaciones que llevan tanto Rusia como Ucrania es precisamente el reconocimiento del Donbás y de Crimea como parte de Rusia. Que Moscú luego le sume Odesa y Mariúpol es una posibilidad latente.

Mientras tanto, el resto del país también atraviesa la tragedia y la masacre de la guerra. Al menos 928.000 ucranianos están sin suministro eléctrico y 259.000 sin gas, según el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric. En tanto, ACNUR calculó al 15 de marzo más de tres millones de personas refugiadas.

//FUENTE: PANAM POST//