Fabio Bascopé de la RJC: “Siempre estaremos listos para cuando el pueblo nos necesite”

Redacción V21.- La Resistencia Juvenil Cochala (RJC) fue el grupo de jóvenes que se reunió para asumir la defensa de Cochabamba durante los conflictos de 2019. Como sucede hoy, las huestes del Movimiento Al Socialismo (MAS) que tiene en el trópico a su bastión dominado por Evo Morales, salieron a amenazar con bloqueos y violencia, porque se había descubierto el fraude electoral de octubre de aquel año. En las calles, los jóvenes en motos comenzaron a hacer vigilancia vecinal sin saber que aquello les costaría su libertad.

Uno de los integrantes de la RJC, Fabio Bascopé, retornó a su hogar el pasado 13 de abril. “Feliz día del niño…”, fueron sus palabras al despertar y sorprender a sus dos hijos en un emotivo reencuentro, luego de cuatro años privado de libertad y alejado de los suyos en el penal de San Roque en Chuquisaca.

Junto a Fabio, su hermano Mario Bascopé y Yassir Molina fueron sentenciados a seis años por haber llevado una protesta en Sucre, en agosto de 2020, cuando también se pedía la renuncia del entonces fiscal general Juan Lanchipa. Un par de vidrios rotos, una puerta pintarrajeada y una llanta quemada en la calle fueron las “pruebas” del Ministerio Públicos, Ministerio de Gobierno, Gobernación de Chuquisaca y Alcaldía de Sucre, para calificar su derecho a la protesta como delitos de tenencia de armas, impedir el ejercicio de la función pública y destrozo de bienes del Estado.

Junto a ellos también fueron procesados Milena Soto, Mario Salazar y Aida Loayza, que quedaron absueltos en ese caso.

En otro proceso, la RJC fue procesada por los hechos de 2019, en los que se les trató de tipificar como organización criminal, terrorismo, racismo y otras figuras que el gobierno de Luis Arce y su ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, supieron utilizar como una narrativa política para estigmatizar a toda la oposición civil al MAS.

Fabio Bascopé Revuelta, ya en libertad, respondió a las consultas de VISOR21, evaluó la lucha de hace seis años, remarcó el valor de la juventud cochabambina y hoy asume que la unidad de la oposición es el camino para alejar al MAS del poder.

¿Cómo evalúa el tiempo que estuvo privado de libertad?

“Creo que fue una etapa demasiada dura en mi vida, donde llegas a un lugar que te das cuenta  que no hay amigos en las malas, y la única gente que queda a tu lado es la familia. Fueron casi 4 años alejado de mi hogar, alejado de lo que más amas, por solo pensar diferente, pero nunca nos dimos por vencidos y no caímos en vicios o en la soledad. Supe ser fuerte y salir con más  ganas de ser mejor persona y mejor ser humano, pese a todo lo que sufrimos dentro unas cuatro paredes”.

¿Valió la pena la lucha y resistencia de 2019, luego de seis años de los hechos?

“Yo creo que sí valió la pena, porque al fin se escuchó la voz de los jóvenes, la garra de salir a defender en las calles y dejar los celulares atrás. Tal vez nunca pensamos en las consecuencias  de unos jóvenes que nunca buscaron fama o un cargo político. Si salimos fue por convicción a nuestro país y, sí, valió la pena porque se pudo sacar del poder a un presidente enfermo del cargo de Presidente junto a su cúpula masista. Nadie creía que un pueblo se levantaría en contra un gobierno y si me preguntan si lo volvería a hacer, por supuesto, porque al lado mío estaba un pueblo y mis hermanos que nunca me dejaban atrás”.

¿En qué quedó la RJC. Qué piensa de sus compañeros y los rumbos que cada uno tomó?

“La RJC en sí, quedó al olvido de la ciudadanía cochabambina, nos dejaron solos, pero pese a todo nosotros seguimos en contacto, porque una hermandad nunca deja de olvidarse. Llegamos a formar una familia y si cada uno tomó rumbos diferentes, unos políticamente, son decisiones  personales, pero siempre tuvimos la mentalidad, y la seguimos teniendo, de que si el pueblo nos necesita siempre volveremos a salir. Todos están pendientes al llamado, para que nunca puedan decir que los jóvenes no están presentes para defender a sus ciudades. Si Yasser y mi hermano Tonchy siguen pasándola duro en sus celdas de cada prisión, también están con esa mentalidad de nunca agachar la cabeza ante un gobierno corrupto. Como dice Tonchy: ‘morir antes que esclavos vivir’, y como dice Yass: ‘los tiempos de Dios son perfectos’; así que siempre estaremos listos para cuando el pueblo nos necesite”.

¿Las elecciones de agosto darán solución a los problemas del país?

“Yo creo que sería un nuevo comienzo, porque nuestro país está en la misma línea de Venezuela o Cuba,  porque nuestra gente está sufriendo por la canasta familiar, donde la plata y el sueldo mínimo no alcanza a nuestra gente que no genera ingresos, las colas interminables de gasolina, estamos en un punto ya sin retorno y creo que la oposición debería tomar un solo rumbo, pero seguimos con intereses personales. Estoy muy seguro que al final la unidad es la única opción que los bolivianos tenemos y si el pueblo no les obliga a unirse nos convertiremos  en la siguiente Venezuela, así que todos los jóvenes tenemos que exigir solo votar por el candidato que pueda derrocar al MAS. La unión nos liberará de este momento que Bolivia sufre”.

¿Ha pensado en tomar acciones a corto o mediano plazo contra quienes lo acusaron y juzgaron?

“Claro que sí, porque fuimos presos injustamente por más de 4 años. Nadie nos devolverá el tiempo que nos separaron de nuestras familias, nos metieron procesos por razones absurdas,  sin pruebas, vulnerando todos nuestros derechos. Nos alejaron hacia otras ciudades donde no podíamos tener contacto con muestras familias, nos privaron de poder generar ingresos para nuestras familias, tenemos que solo seguir con la cabeza en alto y ya tenemos a nuestros  abogados para tomar las medidas acordes a las violaciones de todos nuestros derechos. Falta muy poco para poder demostrar en qué forma nos sentenciaron sin una sola prueba, sin un testigo que nos apunte que nosotros les causamos algún daño, son pura calumnias y mentiras  para un proceso que duró muchos años y que seguimos en estos  momentos, mi persona con arresto domiciliario y mis otros hermanos con detención en los respectivos centros penitenciarios, pero nunca nos daremos por vencidos, seguimos fuertes y con más lucha que dar”.

¿Algo que decir para finalizar?

“¡Qué viva mi patria Bolivia!”.