El capitalismo es el único sistema racional de producción

El capitalismo en sus inicios era muy impopular porque destruía los privilegios, sobre todo de los nobles y los terratenientes en favor de los campesinos y productores, hoy en día su superioridad moral y material y su principal logro, sacar de la pobreza de manera permanente a millones de personas cada día, hace imposible incluso al izquierdista más radical injuriar al capitalismo sin exhibirse disfrutándolo al mismo tiempo, siempre y cuando sus votantes se mantengan en la pobreza relativa o la prosperidad moderada que se les permita.

Estamos acostumbrados a entender la pobreza al revés, la población humana vivió miles de años en situación de extrema pobreza, Europa eran pobres, Inglaterra, Suiza, Francia; en Europa hasta el siglo XVIII y principios del IXX había una hambruna cada 20 años. Cuando había hambruna en las costas del Atlántico de España y había comida en Alemania no había forma física de llevar esa comida a España, hablando del siglo XVIII para atrás. El capitalismo comienza a haber a finales del siglo XVIII iniciando el IXX en USA, Inglaterra, Francia, vale decir, producción con capital. Lo que diferencia un país rico con un país pobre, es básicamente la dotación de capital per cápita. La diferencia entre un campesino suizo con un campesino boliviano, es la pobreza, porque el campesino suizo no tiene pobreza y el boliviano sí, uno de los más pobres de Sudamérica, es por la propiedad de la tierra y por la forma de trabajarla, ya no solamente en la mecanización, sino también en el uso eficiente de la tecnología y lo que hace que la fuerza de trabajo de un campesino suizo, sus músculos, se multipliquen por 1,000 o por 10,000 y en un día hace el trabajo de 200 hombres de antes, por tanto, produce trigo o quinua exponencialmente más de lo que producía antes. Esa multiplicación de esfuerzos se traduce en mayor producción y acumulación de riqueza, en cambio, el campesino boliviano sigue trabajando como trabajó siempre, es decir la forma no capitalista, no capitalizada, con un buey flaco o con las manos y arados de madera, por tanto, su productividad es exponencialmente menor. Así, en unos países de Europa se  comenzó a trabajar con capitales, eran países enormemente ahorradores, enormemente frugales, enormemente capitalistas,  capitalizaron sus esfuerzos, ahorraban y compraban máquinas y empezaban a trabajar en vez de con las manos, con maquinaria y tecnología, para el transporte y comercialización, y así cada trabajador se hizo más rico, y eso se fue expandiendo como una mancha de aceite, lo que se debe explicar es la riqueza no la pobreza, porque la pobreza fue siempre la condición de la humanidad, la esperanza de vida de 30 años que tenían los hombres no se superó hasta el siglo XX, sólo con medios capitalistas de producción, ahorro, mercado y cálculo, se pudo poco a poco superar la pobreza y poco a poco la riqueza se está expandiendo por el mundo, lentamente pero se está expandiendo por el mundo. La pobreza hoy en día es menor que nunca en la humanidad incluso en los países pobres a pesar de sus gobiernos socialistas y hablando en cualquier aspecto.

Cuba en el año 1958 tenía la renta per cápita de Francia y la de Austria, tenía el doble de renta que Italia y el doble de renta que España, hoy compite con Honduras y Bolivia en los últimos puestos a nivel latinoamericano, ese es el logro del socialismo.

Por otro lado, en el año 1960, Sudán y Corea del Sur tenían exactamente la misma renta, Sudán siguió como estaba y Corea del Sur abrazó el capitalismo más o menos salvaje, multiplicó la renta por 30 y el otro quedó como estaba. Corea tiene la misma renta que España o Francia y Sudán quedó como estaba, esta es la solución a nuestro retraso bicentennial y no hay otra solución.

Capitalismo, ahorro y trabajo duro no hay otra cosa.

Estamos en una sociedad agónica. Y lo que vemos son los últimos restos putrefactos que sobresalen y se hacen visibles a todos.

 

Una Bolivia distinta va a ser imposible repitiendo los mismos errores. No podemos pretender resultados distintos haciendo siempre lo mismo, es irracional dejar la solución de los problemas en manos de quienes los generaron en primer lugar. Por eso los únicos que proponemos una solución verdadera somos nosotros, los liberales, que proponemos un cambio de 180°, para llegar a los valores de la libertad, y que esto sirva para ponernos de pie y que de acá a 20 años seamos por primera vez en nuestra historia un país competitivo y un destino de inversión y prosperidad.

El poder absoluto, como dicen, corrompe absolutamente, por eso la historia de la democracia liberal es, en buena parte, la historia de la imposición de límites creativos al Estado.

Promovemos el retorno a la República de Bolivia, en su existencia plena dentro del marco de la defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada, un sistema político sustentado en las ideas de la libertad y el respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo y los principios de no agresión institucional.

A lo largo de los siglos, se desarrollaron límites al poder estatal: las elecciones periódicas que permiten a los ciudadanos destituir a los líderes de sus cargos cuando se vuelven impopulares, la separación de poderes que ayuda a garantizar que las elecciones sean libres y justas. Pero estas innovaciones institucionales no son suficientes para garantizar que los ciudadanos lleven una vida significativamente libre, porque una mayoría intolerante puede empujar incluso a los gobiernos electos justamente a oprimir a los grupos minoritarios, por lo tanto, se necesita una tercera característica para proteger a los grupos minoritarios tanto del Estado como de la tiranía de la mayoría: el reconocimiento de que existe una esfera de la vida en la que todos deberían poder hacer lo que quieran sin tener que preocuparse por la opinión de los demás.

El gobierno masista no es el gigante invencible, es solamente un grupo de personas pertenecientes a una determinada élite. Si fuera así de grande, poderoso, por qué tiene que obligar a todos a seguir un solo lineamiento de conducta y especialmente a los niños con la educación, implantar en el imaginario de la mente de todos, una sola línea de pensamiento, un solo camino de desarrollo, una sola vía de prosperidad que es la del Estado.

El fracaso de este gobierno cuya superioridad es imaginaria radica en que han delegado a una élite política el mecanismo último de resolución de los conflictos. Esa élite política no ha demostrado ser mejor que cualquier ciudadano común sin importar oficio o profesión, más bien demostraron ser mucho peor.

No olvidaremos nunca que el socialismo no puede funcionar independientemente de que fueran ángeles los que lo administren.

Los medios políticos del socialismo son la fuerza, la coerción, la violencia de una de las partes que se impone sobre la otra, una de las partes usa la fuerza, las armas y les quita parte de su dinero a los ciudadanos; la otra opción es un intercambio libre donde ambas partes tienen que ganar, si no, no hay acuerdo. El capitalismo es justo porque no usa de la fuerza, no usa de la coerción y en la que las dos partes ganan, el individuo puede escoger a quién comprar y vender a quién le interese o no le interese. Es el más justo porque remunera a cada factor de producción por lo que vale, y lo que vale es lo que deciden las demás personas que vale. El valor de cada persona es su productividad marginal espontánea pero valorada por las demás personas. Por eso, cada persona en el capitalismo tiende a cobrar lo que las demás personas entienden que merece. Nuestros productos y nuestro trabajo valen lo que las personas creen que vale, en todos los ámbitos, salarios y producción.

A diferencia de la propaganda socialista el sistema capitalista no es explotador porque le paga a cada factor de producción lo que los demás, los compradores, dicen que vale, no hay ningún tipo de explotación.

El propio sistema marxista entra en contradicción en su tesis sobre el tema, si todos los sectores ganan lo mismo pero cada sector económico tiene una composición orgánica al capital distinta, en una relación entre capital y trabajo y de ahí se deriva la tasa de explotación, sectores electrónico, textiles, sector de seguro, calzados, azúcar, cada uno tiene una composición orgánica del capital, en un sector hay mucho capital, en el eléctrico por ejemplo, tiene mayor infraestructura, maquinaria y relativamente poco trabajo y otro como el textil tiene mucho trabajo y relativamente poco equipamiento y maquinaria; luego, la composición orgánica de capital es distinta, por lo tanto cada sector tiene tasa de explotación distinta según Marx. Entonces los marxistas en su momento quisieron dar un premio a quién resolviera una pregunta, ¿cómo con tasas de explotación distintas el beneficio es el mismo? Después de más de 100 años jamás encontraron respuesta a esa pregunta y, por tanto, la escuela austriaca de economía concluye que el beneficio no depende de la explotación.

Por tanto, la única solución es el capitalismo que es justo, porque es el único sistema que existe de la no coerción porque se basa en el acuerdo libre entre las partes.

La otra alternativa es quedar en manos de un dictador que decida asignar recursos de unos para otros y lo llame “redistribución”.

De todas las formas políticas la que proponemos es la más adecuada para promover el desarrollo económico y sus valores, así, no caer de manera irreversible en aquello que Hayek definió como el camino a la servidumbre.

Vamos a devolver la ilusión de que esto puede estar mejor, estamos claros de que hay que saber dónde ir, para poder llegar.

  • MARCEL RIVAS FALON
  • Ex Director General De Migración
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