Excluidos del cinturón “bioceánico”

JORGE SANTIESTEVAN

El corredor bioceánico que uniría al atlántico con el pacífico, partiendo desde Brasil, pasando por el chaco paraguayo, luego por argentina, para finalmente llegar a puertos chilenos, ahorraría 8 mil kilómetros o seis días de navegación, permitiendo potenciar las importaciones y exportaciones principalmente con china al formar parte de la ruta de la seda.

Según el trazado de la ruta bioceánica el epicentro es la república del Paraguay y ¿cuál es la razón para no tomar en cuenta a Bolivia? Desde el punto de vista de la importancia geoestratégica es la precaria situación Geovial, la anarquía política, la inseguridad, pero principalmente es la falta de visión de los gobernantes que impiden convertir a Bolivia en uno de los pilares vitales de una estructura sudamericana de seguridad, integración y cooperación comercial, de tal forma que el país quedaría postergado y cada vez más lejos de adentrarse a los océanos cuando Argentina, Brasil, Paraguay y Chile, como piezas principales del trazado bioceánico terrestre, pretenden dejar aislada a Bolivia pese a su posición geopolítica como “tierra corazón”.

Estos cuatro actores del acuerdo bioceánico, conformarán un bloque con dominio geopolítico terrestre, donde concurrirán interacciones políticas, económicas, comerciales, incluso culturales, constituyendo un cinturón geopolítico sudamericano, sin tomar en cuenta a Bolivia por considerarlo “país tapón” que podría impedir el acceso a las áreas de importancia, con repercusiones negativas al desarrollo comercial de los actores geoestratégicos.

Por otra parte, Bolivia (sus gobernantes) no ha puesto interés en la situación regional, debido a la “desorientación” política e ideológica que posterga proyectos y programas de comercio e integración promoviendo a cambio pugnas, crisis y conflictos. El nuevo cinturón geovial, potenciara a los Estados que forman parte del mismo, impulsando capacidad y voluntad para ejercer poder e influencia más allá de sus fronteras, modificando el orden existente en la región. Ese cinturón bioceánico, a la luz de la evolución del mundo globalizado, producirá importantísimos flujos de personas, mercancías e ideas, en un entorno regional y global de economía de mercado. Una vez más, en la historia de nuestro país, los conflictos ideológicos motivados por partidos políticos, ponen en juego a los factores geográficos en contra de los intereses del Estado, perdiendo la capacidad de armonizar las relaciones de cooperación e integración.

Últimamente, los avances tecnológicos y comerciales se han producido a un ritmo mayor al de los tiempos pasados, reduciendo los conceptos de espacio y tiempo como no se había conocido hasta ahora. En este orden del establecimiento de un eje de cooperación, será interesante ver cómo se van a configurar los Estados como actores de búsqueda de grandeza nacional y engrandecimiento económico, consiguientemente Bolivia, debe superar el relajamiento moral y el error de mando político recurrente, para la prosecución del fin supremo que es el bien común y la felicidad, tomando en cuenta el equilibrio de las aspiraciones e intereses de los Estados de la región.

JORGE SANTIESTEVAN JUSTINIANO

Coronel en Servicio Pasivo. Abogado y Docente Universitario.

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21