En la lucha a la pobreza, el riesgo es la contaminación ambiental

RODOLFO FAGGIONI

El planeta tierra está actualmente poblado por algo más de 7.888 mil millones de habitantes. Cincuenta años atrás éramos 4 mil millones y dentro de cincuenta años seremos diez mil millones. Los casi 8 mil millones actuales del planeta tierra no viven en una situación homogénea. 2 mil millones viven en países desarrollados, los demás, 6 mil millones viven en los llamados países del Tercer Mundo. En substancia, si dividimos la población mundial entre cinco, una parte vive en el área rica y cuatro partes viven en el área pobre, y la diferencia entre las dos áreas es enorme. Se vá de los 35.000 a 40.000 dólares de rédito “pro capite” al año en los Estados Unidos a los 400-600 dólares de rédito “pro capite” al año en algunos Países asiáticos, africanos o latinoamericanos, y entre estos últimos hay personas que viven con menos de un dólar al día.

Este es, como se puede imaginar el primer problema.  Muy distintos y muy distantes los estilos de vida, así como son muy diversos los intereses. Encontrar puntos de convergencia entre el habitante de la tierra que vive con 35–40.000 dólares al año y el que vive con 400-600 dólares no es simple. Mejor dicho es imposible.

Pero hay otro problema mucho más importante. Se trata de la contaminación ambiental. Ya ahora, se dice, que el ecosistema está amenazado por todos los residuos combustibles que los países ricos descargan sobre el ambiente. Es verdad. Pero se descuida un hecho importante: que sobre la tierra los que usan muchísimo combustible son en realidad pocos. De hecho, un quinto cerca de la población. El resto de la población, cuatro quintos,  usa tan poco combustible que es como si no viviese ni siquiera sobre este planeta.

Para darse cuenta, basta leer las estadísticas sobre los consumos de petróleo “pro capite”. Un estadounidense consume en media 26 barriles de petróleo al año. Un indú, India se encuentra al 20° lugar como graduatoria de consumo “pro capita” en el mundo, consume solamente 0.71 barriles de petróleo al año. En práctica, un estadounidense gasta 36 veces más petróleo que un indú. En Europa la media “pro capite” es de cerca 15 barriles de petróleo al año, más de 15 veces de lo que gasta un habitante de India. Si tenemos en cuenta que India es un País bastante desarrollado en comparación con los Países africanos se llega a la conclusión que sobre la tierra 4.8 mil millones de personas, los que viven en los Países pobres, seguramente gastan en media “por capite” menos de un barril de petróleo al año.

Aquí está todo el problema. Una política de desarrollo que lleve estos 6 mil millones de personas a consumir aunque sea un solo cuarto de petróleo de lo que consume el continente europeo, provocaría un terremoto tal en el mercado de la energía y del inquinamento del ambiente, que muy dificilmente se podría evitar una grave explosión social y económica.

A este punto sería necesario que prevalezca la conciencia por parte de varios sectores de la sociedad mundial respecto al rol que cubren, para construir un futuro en el cual los recursos “globales” sean garantizados a todos los ciudadanos del mundo sin distinción de clases. Enormes ventajas se podrían obtener si estos países utilizasen en grande escala la energía renovable como las fuentes de energía alternativa y la disponibilidad que ofrecen los recursos naturales como son la alimentación, el agua, la asistencia médica, el estudio y la vivienda.

RODOLFO FAGGIONI
Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21