El país se estremece con feminicidios de Wilma y Valeria

 

El hallazgo de los cuerpos sin vida de Wilma Edith Fernández Quispe, de 39 años, y de Valeria Mercado, de 28 años, en menos 48 horas por parte de la Policía conmocionaron al país. En La Paz, en lo que va del año se cometieron 11 feminicidios de los 23 registrados en Bolivia en lo que va de 2022. Cada cuatro días una mujer es asesinada.

En 48 horas, la Policía hizo el levantamiento legal de ambos cadáveres. Ayer, los restos de Wilma fueron encontrados en una quebrada cerca de Chuspipata, camino antiguo a Coroico, en los Yungas, a unos 56 kilómetros de La Paz. La joven había llegado a Bolivia procedente de Inglaterra hace un mes para realizar trámites universitarios y viajar a Copacabana.

“La prioridad en las investigaciones nos condujeron a encontrar el cuerpo sin vida de Wilma Fernández Q. Identificando también al autor del feminicidio, devolviendo justicia a la familia, a quienes transmitimos nuestras condolencias”, publicó ayer la Policía en las redes sociales.

Wilma era administradora de empresas, profesión que logró ejercer en Europa. Desapareció el 22 de marzo, ese día salió de su casa de Bajo Llojeta rumbo a la Universidad Católica Boliviana, en la zona Sur.

Ayer, el comandante de la Policía,  Jhonny Aguilera, informó que Jashiro Hayakawa fue identificado y detenido como el autor confeso del asesinato. Antes había sido también aprehendido Williams Villarroel, su expareja.

El hallazgo de Valeria

El cadáver de Valeria Mercado fue hallado el jueves en una casa de la zona de Los Rosales, en la sede de Gobierno. La Policía aprehendió a su expareja José Luis Almanza Frontanilla, de 27 años, que -según las autoridades- actuó con dolo y planificó el crimen.

Mercado llegó a La Paz con su hijo el 6 de marzo desde Cochabamba para encontrarse con su expareja. Dos días después, la pareja se dirigió a una casa en Chicani, sin embargo, el 10 de marzo la pareja tuvo una pelea y el hombre la mató e y ocultó su cuerpo en un tanque de agua, envuelto en nylon.

23 asesinatos en el año

Los feminicidios de Wilma y Valeria elevaron a 23 los asesinatos de mujeres en Bolivia en 2022. El promedio indica que cada cuatro días una mujer muere en el país. El año pasado, en el mismo periodo, 31 mujeres fueron asesinadas.

Los datos muestran que 11 de los 23 casos se dieron en La Paz, seis en Santa Cruz, tres en Cochabamba, dos en Beni y uno en Potosí. Pando, Tarija, Chuquisaca y Oruro, sin casos.

Ante los dos nuevos casos, la feminista y activista por los derechos de las mujeres Patricia Flores apuntó ayer al Estado. “No es casual que jueces permitan la libertad de feminicidas y eso es algo que debe llamar la atención a la sociedad boliviana. El Estado es cómplice de los feminicidios”, aseveró la activista.

PUNTO DE VISTA

Mónica Bayá

Experta en DDHH

“Sistema judicial es ineficiente”

Si bien ambos casos están en investigación, esperamos que se realicen con la misma diligencia y de forma exhaustiva para poder determinar las causas, porque la brutalidad y la forma cómo murieron ambas es terrible.

Entendemos que están identificados los posibles autores, pero sabemos que hay contextos por lo menos distintos al tipo de feminicidios que se han ido dando en el país. Si bien hay un involucramiento de parejas, también  terceros han intervenido como cómplices.

Hay una serie de acciones que se deben realizar, algunas están mencionadas en la Ley 348 en términos de los procesos educativos que transformen las relaciones desiguales entre hombres y mujeres.

Pero en Bolivia no se avanzó todavía en una verdadera estrategia de la prevención de la violencia que toque las raíces estructurales y las desigualdades que alimentan los hechos de violencia.

Existen medidas concretas  en la Ley 348, en términos de estrategia de comunicación que no se han implementado, lo único que se hizo es la difusión de la existencia de la ley y los mecanismos de denuncia, pero no se ha ido más allá.

Uno de los más grandes déficits de la norma está vinculado a la prevención y por supuesto en términos de acceso a la justicia, las señales que da la justicia en términos de impunidad da un mensaje a la sociedad de que aunque se cometan estos delitos, el sistema continúa siendo tremendamente ineficiente y negativo, y la violencia continúa.

//FUENTE: PÁGINA SIETE//