Don Óscar y Doña Democracia

ANDRÉS GÓMEZ VELA

Una mañana de primavera, justo el día que cumplió 40 años (10/10/2022), Doña Democracia fue a visitar a Don Óscar, de 77 años, para hacerse un chequeo de seguimiento y prevención. Su cuerpo político sentía que se había reactivado el cáncer que su pueblo extirpó el 12 de noviembre de 2019.

Don Óscar había adquirido cierto prestigio en el ámbito jurídico gracias a Doña Democracia. Confiada en esa reputación, ella lo nombró como uno de sus guardianes y le dio como misión no sólo organizar elecciones y contar votos (eso lo hace cualquier lego), sino velar por su institucionalidad.

—¿Cómo me encuentro a mis 40?—preguntó Doña Democracia con ansiedad.

—Bastante fuerte—respondió Don Óscar.

Doña Democracia quería responderle que su cuerpo político no se sentía bastante fuerte, pero prefirió primero hacer algunas preguntas.

—¿De qué modo me hace fuerte, Don Óscar, que el partido de gobierno haya aprobado un artículo (67) en su estatuto orgánico para prohibir a ciudadanos bolivianos independientes a ser “servidores públicos”?

—Ejem, ejem— carraspeó.

—¿Sabía, don Óscar, que una disposición de ese tipo es la antesala de una dictadura de partido único porque el objetivo es tener funcionarios al servicio de un partido y no al servicio de una sociedad? Debería revisar la historia de los partidos que tomaron el poder en los países totalitarios. Además, esa disposición viola los derechos al trabajo y pensamiento de otros ciudadanos. Es una discriminación.

—He escuchado por ahí algún comentario de que usted está en crisis y corre peligro, pero creo que está bastante fuerte. Hay necesidades insatisfechas, hay problemas no resueltos, la gente reclama y pide que se resuelvan y todo eso, y lo hace justamente en los marcos que usted dispuso— insistió Don Óscar en su diagnóstico.

—Don Óscar, la fortaleza de mi cuerpo político depende de la independencia de poderes cuyo objetivo es evitar la acumulación de poder en una sola persona. Expertos como el Relator Especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH, que llegaron al país, diagnosticaron la grave dependencia de jueces y fiscales al Ejecutivo. Es más, el propio presidente del Consejo de la Magistratura confesó esa execrable manipulación. ¿Acaso usted no sabe que el partido que controla a fiscales y jueces puede encarcelar sin delito alguno a sus adversarios y acabar con el pluralismo? Usted mismo dijo: la justicia es un pilar importante para medir la salud de la democracia. No quiero pensar que ustedes del TSE, guardianes míos, hayan decidido también servir al partido-estado.

—Vamos a poder salir adelante respetando las instituciones, practicando la cultura del diálogo porque usted, señora Democracia, enseña a buscar acuerdos y soluciones en la vía del consenso—replicó Don Óscar.

—Me agrada su optimismo, pero debo recordarle que democracia no sólo es dialogar, sino acatar y hacer respetar la ley. Pero el gobierno de turno fomenta la violación de la ley. Le doy un ejemplo: la Ley General de la Coca establece un solo mercado de coca en La Paz, pero el partido-estado apoyó a un militante suyo que abrió un mercado ilegal y encarceló a los que pidieron cumplir la ley. Esta práctica es característica de Doña Dictadura que encarcela a las personas por su pensamiento y no por sus acciones.

— Pero hay libertad de pensamiento sin que nadie nos tenga que cuestionar, llevarnos presos o exiliarnos –replicó Don Óscar.

—Los estándares internacionales establecen que la libertad de pensamiento se traduce en libertad de expresión y ésta se manifiesta de forma verbal, escrita, artística o a través de una marcha. Hay dirigentes de Adepcoca presos por marchar para pedir al gobierno de turno algo sencillo: cumplir la Ley. La verdad niega su diagnóstico.

—Nosotros como TSE estamos viendo sus 40 años como un solo proceso, sin entrar en el análisis de un determinado periodo, tomamos globalmente sus 40 años—dijo Don Óscar para escabullirse de la agonía de Doña Democracia entre 2014 y 2019.

—Bien sabe usted, Don Óscar, que me detectaron cáncer en 2014 cuando un gobernante rompió los marcos institucionales de mi cuerpo político con ayuda de sus militantes del TCP. Ese límite decía: una sola reelección y fue registrado en un gran acuerdo nacional. Este gobernante se burló. Mi cáncer casi entra en fase terminal cuando el mismo político preguntó en 2016 a mi pueblo si estaba de acuerdo en que se postule otra vez. El pueblo le dijo no, pero el político, en lugar de acatar la voz de Dios, se burló otra vez con la ayuda de sus seguidores del TCP y del TSE. Algo peor, hizo fraude para quedarse en el poder –remató Doña Democracia– ¿Está esperando otra vez que mi pueblo me salve o usted y los suyos van a cumplir bien su función? Extraño a Don Huáscar Cajías y a sus Notables –acotó.

ANDRÉS GÓMEZ VELA

Periodista y Abogado

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21