Deuda pública representa entre 80 y 99% del PIB

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En su último informe sobre indicadores de la economía boliviana, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, afirmó que la deuda pública de Bolivia se encuentra cercana al 50% del Producto Interno Bruto (PIB) y desestimó las versiones de analistas y economistas que indican que ese porcentaje es mayor, que llegaría al 80% de lo que produce la economía boliviana.

“El nivel de endeudamiento es sostenible y tener indicadores del endeudamiento público del 80%, es no considerar la consolidación que tiene que tener la deuda pública, que nosotros la tenemos en menos del 50% (…). Si nuestras empresas públicas no tuvieran una economía sostenible, no podrían aportar al bono Juancito Pinto; la mayoría de las empresas públicas siguen aportando a este bono”, puntualizó.

Al mismo tiempo, señaló que “no tenemos que responder a los analistas. Tenemos que decirle a la población boliviana que nuestro endeudamiento es sostenible, considerando, además, que el año 2021 no se han aprobado créditos en la Asamblea (Legislativa), entonces el promedio de endeudamiento, más o menos por año, per cápita debería ser de mil millones de dólares”, consideró.

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, en contacto con EL DEBER, afirmó que realizó una investigación sobre el tema y concluyó que al mes de agosto la deuda pública nacional representa el 99% del PIB, es decir, que la suma entre deudas interna y externa resulta $us 44.064 millones, mientras que el PIB registrado en 2022 fue de $us 44.315 millones.

Según el economista, su estudio se basa en datos oficiales, tanto del Banco Central de Bolivia (BCB), como del Ministerio de Economía, y detalló que la deuda externa es de $us 13.587 millones; la deuda externa del Tesoro General de la Nación (TGN), $us 12.375 millones; la deuda interna del BCB con el sector privado, $us 672,78 millones y la deuda interna del TGN, $us 17.429 millones.

“Esta cifra puede superar tranquilamente el 100%, si tomaríamos en cuenta, por ejemplo, los Derechos Especiales de Giro (DEG), que son pasivos internacionales que no tienen un contrato, pero se tienen que devolver, incluyendo una tasa de interés específica fijada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero la más importante, que no habría que dejar a un lado, es la deuda que tienen las empresas públicas con el BCB, que a la fecha son más o menos 5.083 millones de dólares”, precisó Romero.

René Martínez, analista de Presupuestos Públicos de la Fundación Jubileo, sin embargo, consideró que la deuda pública nacional ronda el 70% del PIB, sin contar la deuda de las empresas públicas con el BCB, lo que subiría el porcentaje al 80%. “Es una deuda muy alta, porque la referencia que se tiene normalmente, como umbral de sostenibilidad de la deuda es el 50% del PIB”, afirmó.

Martínez planteó que el país se encuentra en una “situación compleja y complicada”, no por el reflejo en el PIB, sino porque el servicio se tiene que pagar con divisas (dólares). Explicó que en años anteriores el servicio de la deuda fue subiendo de $us 500 millones en 2012 a $us 800 millones en 2021, en interés y capital, pero en 2022 se pagó aproximadamente $us 1.800 millones debido al primer vencimiento de los Bonos Soberanos emitidos el año pasado. “Actualmente todavía estamos en la situación en la que el Gobierno está cumpliendo sus compromisos, pero esto (la deuda) está presionando mucho a las reservas internacionales”, añadió.

Para el economista Darío Monasterio, con el presupuesto de 2023 se pudo observar que el déficit fiscal se mantiene por décimo año consecutivo, lo que significa que existe un problema estructural de la deuda pública, que está sobrepasando el 80% del PIB.

“La pregunta es: ¿hasta cuándo se va a sostener este este pago la deuda? Porque si llegamos a incumplir la deuda externa entraríamos en problemas default y el cierre de los mercados internacionales de capital y de los organismos internacionales. El no pago de la deuda interna está principalmente relacionada a los fondos de la jubilación, tendríamos unos problemas sociales terribles”, advirtió.

Por su parte, el analista Germán Molina coincide en que la deuda pública boliviana alcanza el 80% del PIB, de acuerdo a datos a diciembre de 2022, cuando el mayor porcentaje lo tenía la deuda interna, que es de un 50%.

Germán Molina subrayó que el país se encuentra en un contexto que puede llevar a una crisis financiera. Se refirió a la balanza comercial deficitaria: “Se ha importado maquinaria, en gran porcentaje, destinada a la constitución empresas públicas, como la Siderúrgica del Mutún.

Las exportaciones están cayendo porque los precios internacionales están bajando y la cantidad que exportamos están disminuyendo. Esto debido a los factores adversos que tiene nuestra economía, como por ejemplo, el tema de las cuotas de exportación, el tema del relativo a avasallamientos de las tierras y una serie de desincentivos que se tienen”, consideró.

El economista Fernando Romero, agregó que el Gobierno debería hacer un reajuste importante en su política económica. “Pero eso es difícil, porque se gobierna ideológicamente y no de manera pragmática. Tener un tipo de cambio fijo quita competitividad, alienta el contrabando y, si sumamos el subsidio de carburantes, seguimos gastando más en importación de diésel y gasolina”, opinó.

El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, destacó que la deuda pública externa continúa a la baja, gracias a las políticas económicas implementadas en el actual Gobierno. Con gráficos en mano, indicó que en 2020 se registró una deuda del 33% en porcentaje del PIB, en 2021 bajó a 31,2%, en 2022 llegó a 30% y los resultados parciales, a julio del presente año, registran una deuda externa de 29,8%.

“Bolivia estará entre las economías de mayor crecimiento en este entorno tan difícil y complicado de desaceleración de la economía mundial, presiones inflacionarias, altas tasas de interés, desempleo a nivel global”, declaró.

Detalló que, luego de un crecimiento negativo en 2020 de -8,7%, la economía boliviana logró una recuperación en 2021 con un Producto Interno Bruto (PIB) de 6,1%, mientras que en 2022 se logró una expansión de 3,5% y al primer trimestre de 2023 se tiene un 2,3%.

“Si no hubiera estas variables, la economía boliviana estaría en estos momentos con una tasa de variación negativa. Es la demanda interna la que permite sostener la economía nacional”, remarcó, mientras ponderó que a septiembre de 2023, la inflación en Bolivia se sitúa en 1,5%.

La Cepal, en su último informe, ubicó a Bolivia en el puesto 11 de las economías en crecimiento en 2023, con un 2,2%.

//FUENTE: EL DEBER//