RODOLFO FAGGIONI
La corrupción en la política es un fenómeno que existe en todas las sociedades del mundo, y que se alarga en todas las direcciones del planeta habitado por los bípedos impunes.
Naturalmente no prolifera en todas partes con la misma intensidad y no siempre este fenómeno desvastante se presenta del mismo modo. Ninguna organización política es inmune de este “cáncer social”. La corrupción no tiene color, símbolo o bandera. Se anida en los lugares más impensables e interesa desde el más desconocido empleado municipal, al más “iluminado” ministro de la república.
Entre estos países donde la corrupción es mayor, se encuentran casi todos los países africanos y muchos latinoamericanos, esto significa que la corrupción inperversa entre los países del Tercer Mundo. En la clasificación mundial de los países donde la corrupción es mayor, Venezuela se encuentra en el lugar n° 176 entre los 180 países del mundo, Nicaragua en el n° 151, Guatemala en el n° 149, Paraguay y República Dominicana en el n° 137, Mexico y Bolivia en el n° 124, Perú, Brasil, Ecuador y Colombia en el n° 94 y Argentina en el n° 78. Chile y Uruguay son los países menos corruptos de la región.
Dado que en estos últimos tiempos la corrupción política en los países de América Latina está aumentando, no es difícil que dentro de poco se encuentren entre los últimos del mundo corrompido junto a Somalia que ocupa el último lugar en la clasificación mundial.
Cierto es, que si se continua de este paso, mejor dicho, si los hombres y las mujeres que representan las administraciones gobernativas continúan con el afán de la corrupción para un beneficio personal, las personas honestas se sentirán frustadas e impotentes ante el dilagar de este fenómeno antisocial. La gente percibe que la corrupción es visible en las diferentes instituciones públicas del aparato gubernamental y advierte que por lo general los actos de corrupción quedan en la absoluta impunidad y encubrimiento.
No obstante que la Convención Interamericana contra corrupción haya constituído un compromiso internacional para promorcionar el buen gobierno y el sistema más amplio de cooperación contra la impunidad firmada en Caracas el 29 de marzo de 1996, la corrupción en muchos países latinoamericanos continúa.
RODOLFO FAGGIONI
Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21