China alivia medidas contra el Covid-19 tras protestas ciudadanas

Más ciudades chinas relajaron este jueves algunas restricciones contra el COVID-19, a pesar de que el número de casos se acercó a niveles récord, mientras la policía patrullaba las calles para evitar protestas como las de la semana pasada.

Guangzhou, en el sur; Shijiazhuang, en el norte; Chengdu, en el suroeste, y otras grandes ciudades anunciaron que relajarían sus requisitos de pruebas diagnósticas y controles de movimiento. En algunos lugares se reanudaron los servicios de autobuses y abrieron los mercados.

Los anuncios de las autoridades de salud no mencionaban las protestas, que incluso llegaron a demandar la renuncia del presidente Xi Jinping, en una rara demostración del gran descontento en el país por los repetidos confinamientos.

A pesar del elevado número de casos, el viceprimer ministro Sun Chunlan, quien supervisa los esfuerzos contra el COVID, dijo que la capacidad del virus para causar una enfermedad se estaba debilitando, reportó la prensa estatal.

Sun exhortó también a una mayor “optimización” de los test, los tratamientos y las medidas de cuarentena. Las declaraciones contrastaron con mensajes anteriores de las autoridades sobre la mortalidad del virus.

Este jueves no había indicios de protestas, en medio de una fuerte presencia policial. Había quejas en medios sociales de que la policía paraba a la gente al azar para comprobar sus celulares, posiblemente en busca de apps prohibidas como Twitter, en lo que algunos usuarios describieron como una violación de la Constitución china.

Los manifestantes han empleado Twitter y otros medios sociales extranjeros para publicitar sus protestas, mientras el Partido Comunista borra videos y fotos de servicios en China.

El gobierno de Xi ha prometido reducir las molestias por su estrategia de “cero COVID” con cuarentenas más cortas y otros cambios. Pero afirma que mantendrá una política que ha cerrado escuelas y negocios, y cortado el acceso a vecindarios enteros.

Las estrictas medidas han reducido la actividad económica de China este año y su efecto se ha propagado a otros países con interrupciones en la cadena de suministro.

Hay expectativas en el exterior de que China pudiera reabrirse en algún momento del año que viene una vez que alcance mejores tasas de vacunación entre los ancianos.

Los especialistas de salud han advertido que todo podía empeorar si no se cumplen esas metas de vacunación.

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