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EL DIARIO, a pesar de constituirse en el máximo baluarte de la defensa de los intereses nacionales, para el que fue creado por el Dr. José Carrasco Torrico un 5 de abril de 1904, hoy al cumplir 120 años de trabajo periodístico perseverante está sumido en grave crisis económica debido al hostigamiento gubernamental que de manera deliberada excluyó a esta casa periodística de la distribución de la publicidad oficial desde hace 16 años.
El Decano de la Prensa Nacional a lo largo de su existencia, con un trabajo independiente e imparcial, enfrentó desde una intervención política, ataques a sus instalaciones, un embargo y en los últimos años está frente a una asfixia tributaria planificada, organizada y meditada que busca silenciar a uno de los pocos medios que reclama por la libertad de expresión.
La agresión que sufrimos es contraria al artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también conocida como el Pacto de San José de 1969: “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquier otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”.
Se violenta la equidad en el tratamiento publicitario a medios privados, se incurre en un castigo financiero directo y se usa el poder estatal en “la asignación arbitraria y discriminatoria de publicidad oficial”, tal como señala el artículo 13 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Con estas acciones incurridas por los administradores de turno, se vulneran los derechos laborales y empresariales, con efectos negativos contra las familias de quienes desempeñan funciones en esta empresa con muchos de trayectoria.
CIDH RECOMIENDA
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a mediados de marzo de este año, en su informe de Cohesión Social recomendó la adopción de un “marco normativo integral sobre la distribución de la publicidad oficial”. Además, sugiere que la misma se aplique “sin discriminación y sin interferencia en las políticas editoriales de los medios” y que incentive a los medios de comunicación a ser “independientes de la política de publicidad oficial del Estado”.
Esta recomendación surge en medio de constantes denuncias de algunos medios de comunicación que no tienen el mismo trato, de parte del Gobierno de turno, en la distribución de la publicidad estatal y sufren de una “asfixia económica”.
La CIDH también sugiere “diseñar e implementar una campaña pública de información sobre el respeto a la legitimidad e independencia de la labor periodística, como manera de fortalecer el Estado de Derecho y la confianza ciudadana en la institucionalidad democrática”.
Además, recomienda adoptar una ley para garantizar el derecho al acceso a la información, que vincule a todos los órganos del Estado en todos sus niveles.
Por otro lado, plantea adecuar el “derecho interno para que la protección al honor y a la reputación no ocurra por medio del uso del derecho penal, de tal forma que, garantizando la libertad de expresión y de prensa, las eventuales responsabilidades ulteriores a la libertad de expresión transcurran en otro ámbito jurídico, distinto al criminal”.
ABSOLUTA INDEPENDENCIA
La independencia editorial es nuestra carta de presentación y su valor es reconocido por la sociedad que nos elige por esa cualidad. Este principio ha permitido a los lectores de EL DIARIO la aproximación a noticias y opiniones diversas, pero también provocó incomodidad entre los gobiernos de las últimas décadas.
“Independientes, absolutamente independientes, no tenemos fines políticos sino sociales. No aspiramos a otra cosa que a sostener con imparcialidad los verdaderos intereses nacionales”, escribió el primer Director y fundador, Dr. José Carrasco Torrico, en un editorial publicado en el año 1904. El principio se mantiene inalterable desde hace 120 años.
EL DIARIO, en este nuevo siglo, se encuentra bajo la dirección de la quinta generación. Jorge Carrasco Guzmán y Antonio Carrasco Guzmán continúan la labor meritoria de sus antecesores, consolidando a este matutino como el periódico más importante de Bolivia y un referente confiable en el ámbito internacional.
//FUENTE: EL DIARIO//