Áñez: “Sicariato judicial es implacable, pero les llegará el momento de rendir cuentas”

Lleva varios meses presa y con varios procesos en su contra. La expresidenta Jeanine Áñez escribió su testimonio sobre su vida política, su ascenso a la Presidencia y su encarcelamiento. Desde el penal respondió este cuestionario, también lo hizo de puño y letra.

Después de la visita que ha recibido de autoridades internacionales, ¿hubo cambios en su situación jurídica y carcelaria?

“La única visita que me han permitido recibir ha sido a la delegación “in loco” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Con decirle que desde mi secuestro el 13 de marzo de 2021 hasta ahora, soy la única presa política prohibida de recibir visitas que no sean mis familiares con apellido Añez, mi hijo y a veces, mi hija. A los autoritarios les importa poco la imagen negativa que tenga la comunidad internacional en su evaluación por violaciones a los derechos humanos.

En cuanto a mi situación jurídica reitero que estoy en completa indefensión. El sicariato judicial es implacable. Me acosan de manera sistemática con audiencias, me obligan a estar presente bajo advertencia de sanciones disciplinarias si me niego a hacerlo. Fiscales, jueces y vocales al servicio del gobierno cumplen de manera militante las instrucciones del Ejecutivo. La CPE y las leyes son un eufemismo para los presos políticos como yo. Cometen prevaricato sin el más mínimo pudor, sabiendo que hoy son intocables y que si los demando, eso no prosperará porque tienen el aval del gobierno. Piensan equivocadamente que esta situación nunca cambiará, pero nada es para siempre y a ellos les llegará el momento de rendir cuentas de sus malas acciones.

¿Qué pasó desde que usted decide dejar de declarar y de defenderse?

No me he “resistido” a declarar, les he manifestado mi rechazo a reconocerlos como fiscales y jueces competentes para juzgarme. Fui Presidente de Bolivia por sucesión constitucional y si alguien tiene una denuncia sustentada en pruebas, corresponde el trámite por medio de la Fiscalía General del Estado, con autorización de dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional y el proceso debido ante el Tribunal Supremo de Justicia en la ciudad de Sucre.

Me desconocen como expresidenta. Por eso se declaran competentes para juzgarme en la vía ordinaria, violando mi derecho constitucional al juez natural y a un juicio de responsabilidades.

Obviamente esto ya en la nueva estrategia del gobierno, ya que al inicio recordarán que el Fiscal General del Estado envió cuatro proposiciones acusatorias a la Asamblea pero de manera inverosímil, jueces de instrucción le piden al Tribunal Supremo de Justicia que se inhiban de conocer esas denuncias y les remitan obrados a sus juzgados. Es como si un teniente del Ejército le dé instrucciones a un general y éste obedezca las instrucciones. Esa es la justicia que tenemos. La primera que incurrió en esta aberración jurídica fue la ex jueza y hoy vocal, Claudia Castro, que oficiosamente (en el caso EBA) quien dijo que nada acreditaba que fui Presidente, con el mismo libreto de los masistas. El año 2020 al parecer estaban en Narnia que no se enteraron quién era la Presidente. Claro, mi gobierno sólo tiene validez para reconocer la ley de convocatoria a elecciones generales que tuvieron como resultado que Arce hoy sea presidente.

Puedo decir que administradores de esta injusticia se promueven con mis procesos, primero jueces, que hoy son vocales y que ahora pretenden ocupar los altos cargos de la magistratura como premio a sus buenos oficios. Me niego a reconocer esas arbitrariedades. No seré parte de sus patrañas, no tengo abogado, me imponen abogado de oficio solo para cumplir sus formalidades, abogados de oficio que no defienden nada. Podrán mantenerme presa pero estoy convencida que en algún momento mis derechos serán restituidos y todos los actos de los administradores de justicia serán nulos.

Analistas la ven como un trofeo para el MAS ¿Qué opina?

Desde el primer día que montaron un megaoperativo, como no lo han hecho para combatir al narcotráfico, a pedófilos y violadores, con el fin de dar inicio oficial a la época de caza de opositores, el ministro de Gobierno y el comandante de la Policía participaron de mi secuestro, exhibiéndome como un trofeo de cacería, como un trofeo de una guerra en la que el MAS se ha dedicado a atentar contra la democracia, la libertad, la justicia, la economía de los bolivianos, a implantar un modelo totalitario de poder perpetuo. Una guerra que es sólo de ellos contra el pueblo y contra la democracia, porque a mí me tocó pacificar el país y evitar que esa guerra sea fraticida como quería Evo Morales.

El masismo está cobrando venganza por los cobardes que huyeron el año 2019, luego de intentar consolidar un fraude electoral para que Evo Morales pueda perpetuarse en el poder. Esa persona ambiciosa, que no imagina su vida sin poder, él, Evo Morales fue quien no respetó la CPE y fue el verdadero responsable de todo lo que sucedió en nuestro país, pero a él la “justicia” no le llega, está en total impunidad, él es el verdadero terrorista que incitaba a la violencia, a incendiar La Paz, a hacer explotar la planta de Senkata, claro, desde la comodidad de su exilio en México mientras exponía a su gente.

¿Cree que podrá salir de prisión mientras Luis Arce gobierne?

No habrá libertad para los presos políticos en tanto los administradores de justicia sigan respondiendo al Órgano Ejecutivo, a los operadores de la injusticia a la cabeza de Iván Lima, Wilfredo Chávez, Eduardo del Castillo y Juan Lanchipa. Bolivia se encuentra a merced del sometimiento que suplanta el derecho y la garantía de justicia y a la independencia del Órgano Judicial; a merced del amedrentamiento y hasta la muerte, que suplantan el derecho a la libertad. Soy una mujer de fe, mi vida está más allá del masismo y sus instrucciones, mi vida está en manos de Dios y en él esperaré.

¿Qué opina del ministro de Justicia, Iván Lima?​

Es un traficante de la justicia, un operador que ha demostrado su servilismo para aferrarse a un cargo. Su falta de capacidad y de voluntad para reconocer el clamor del pueblo boliviano de cambiar la justicia quedó demostrada cuando se dedicó a atacar la iniciativa popular de reforma judicial. Ahora conduce el nuevo fracaso de la elección judicial, contaminada por el masismo. Nefasto.

¿Y del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo?

Del Castillo es uno de mis secuestradores y carcelero. Otro nefasto como Lima.

¿Usted ha pensado que hará cuando salga de prisión?

Abrazar a mi madre, que pronto cumplirá 95 años y quiera Dios me lo permita, a mis hijos, a mi familia, en libertad y por todo el tiempo que el masismo me ha privado de ese derecho. Mi madre aún no sabe que estoy presa, a pesar de su edad es muy lúcida. Me dolió el corazón al saber que no quería “irse” sin verme.

Algunos políticos de oposición tienen en mente postular para las elecciones de 2025. ¿Qué propone usted?

A los líderes políticos les pido unidad. Les pido hacer los esfuerzos necesarios para construir unidad, sólo así vamos a terminar con esta tiranía. No sólo lo pido yo como víctima de este régimen, lo pedimos todos los bolivianos que ansiamos una Bolivia libre y democrática. Hay momentos en que debemos priorizar el bien mayor. Aprendamos de nuestros errores. Está en sus manos cambiar el destino de nuestro país. No debemos desperdiciarlo.

¿Qué lecciones ha aprendido en este encierro?

Estar en la cárcel es una experiencia muy dura, y más cuando una no ha cometido delito alguno. Ser una presa política es peor que estar presa por un delito cometido. Tener como enemigo a un gobierno autoritario es una terrible experiencia. Después de esto, yo ya no le tengo miedo a nada, sólo a Dios. Sin embargo, esta desafortunada situación me ha permitido cumplir otro de mis sueños. No he decepcionado mis sueños de niña, primero tener hijos, tengo dos hijos maravillosos, siempre me gustó ser comunicadora y estuve en la pantalla chica como presentadora de noticias en Trinidad, en un canal local pero luego he estado en la pantalla chica a nivel nacional siendo protagonista y ahora en este duro encierro cumplí otro de mis sueños que era escribir un libro y lo hice.

Lo que jamás imaginé era que escribiría mi propia historia. No fue fácil por las limitaciones que tengo y fue así, “De puño y letra”, como el libro titula y que ahora se publica Plasmé lo que viví, mis sentimientos, mis emociones, mis errores y mis aciertos. Probablemente he omitido cosas, pero desde la cárcel no tengo mucha información ni acceso a ella, es lo que recuerdo. He aprendido que para sobrevivir hay que reinventarse y el leer, tejer, costurar, bordar y un poco de ejercicios me han ayudado mucho y espero que Dios no deje de inclinar su rostro sobre mí”.

//FUENTE: EL DEBER//