Acerca de un nuevo orden internacional

.

FABIÁN FREIRE

Cuando nos referimos al orden internacional, hablamos de aquellos países que son ampliamente influyentes en la geopolítica y en la economía mundial. Tradicionalmente, estos son los países de “occidente”, lo que se traduce en Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido.

La cultura occidental es la que se ha impuesto en la mayoría del mundo gracias a la globalización, tanto es así que el modelo democrático-liberal es considerado como el modelo de gobierno “idóneo” por la mayoría del mundo. Es necesario favorecer la libertad en todos sus sentidos, tener países democráticos y defender los valores progresistas para que occidente te considere “amigable” y te reconozca internacional y comercialmente. Valores de este tipo son defendidos principalmente por los países europeos, Estados Unidos ha sabido distanciarse, sobre todo en el ámbito del progresismo.

El ascenso de China, de las potencias petroleras árabes, India, Rusia y otros países “no occidentales”, está cambiando el orden internacional totalmente. Las cosas ya no son como antes, el cambio es inevitable y hoy, más que nunca, occidente está “perdiendo” su rumbo. Es cierto que los países de occidente son sinónimo de progreso y modernidad para muchos, algo que en parte es cierto, pero también es verdad que estos países ya no tienen el poderío geopolítico de antaño. Atrás ha quedado el tiempo en el que lo dictado por occidente debía ser “inmediatamente acatado”. En la actualidad, quitando a Estados Unidos, el poderío de occidente está cada vez más cuestionado.

El poderío de China es cada vez más grande y significativo, se batirá en los próximos años con Estados Unidos por el puesto de primera potencia mundial. De igual forma, la economía china es “monstruosa”, produce de gran manera y se ha vuelto el “prestamista” mundial por excelencia. En términos de influencia, China es la potencia indiscutible de su región y “expande cada vez más sus tentáculos” en temas globales, no por nada su presencia es cada vez más significativa en las regiones latinoamericana y africana.

Por su parte, Rusia con Vladimir Putin y tras dejar el modelo comunista, ha visto su poder geopolítico en crecimiento y su “amenaza” sobre la Unión Europea es cada vez más significativa. Rusia ha “soportado” las sanciones económicas europeas y es más que probable que se imponga a Ucrania, lo que se traducirá en una derrota occidental. Para Rusia fue fundamental abandonar el comunismo para poder obtener una nueva posición en el orden internacional, y cambiar su modelo económico le ha permitido explorar nuevos mercados y, sobre todo, obtener grandes beneficios del comercio internacional.

Por último, tenemos a los países árabes que, en lo personal, son mi ejemplo favorito para ilustrar el “cambio” del orden internacional. Principalmente, destaco a Arabia Saudita por su “similitud” con nuestra Bolivia, un país rico en recursos naturales, pero que, a diferencia nuestra, ha logrado sacar provecho. Para ser específicos, Arabia Saudita cuenta con petróleo, recurso que los ha convertido en una potencia que se codea con los países occidentales, pese a representar todo lo que éstos “detestan”. Bolivia, por su parte, ha contado con múltiples recursos naturales a lo largo de su historia, pero no ha sabido aprovecharlos, los ha malgastado, lo que se traduce en nuestro estancamiento actual.

El poder de las “nuevas potencias” es cada vez más grande, y de seguir con la tendencia actual sobrepasarán las economías y el poder geopolítico de los países occidentales (excepto a Estados Unidos). Es en este contexto de oportunidad para países no occidentales, que Bolivia debería buscarse “un hueco”, buscar formas de incrementar su poder económico y geopolítico, pues las posibilidades están presentes. Será un camino largo y complejo, que se lo puede lograr extirpando al socialismo y a la ridícula idea de la “soberanía de los pueblos” de la nación. Es hora de empezar a pensar en grande, en una Bolivia que sí pueda “relucir” y destacar en la región.

FABIÁN FREIRE
Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21