Un proyecto al servicio del país

Vivimos un tiempo de esperanza y conflicto.

En ese aspecto nuestra tesis es una sola y es clara, el socialismo es malo y el capitalismo de mercado libre de intervención es bueno, es la única opción.

Gracias al capitalismo cada vez hay menos pobreza en el mundo. Cuando arrancó el capitalismo había en el mundo un 95% de pobreza que vivía con menos de un dólar diario, hoy ese número es menos del 8%.

Por otro lado, es importante juzgar al socialismo por sus resultados no por sus intenciones. Hay varias definiciones clásicas de socialismo necesarias conocer para entender a plenitud nuestra visión: Según Ludwig Heinrich Edler von Mises (economista austriaco): “Socialismo es todo sistema en el cual los medios de producción están en manos del gobierno”. Según Hans-Hermann Hoppe (filósofo y político alemán): “Es todo sistema de agresión institucional contra el derecho de propiedad”. Y según Jesús Huerta del Soto (economista español de la escuela Austriaca): “Todo sistema de agresión institucional en contra del libre ejercicio de la función empresarial, definición centrada en la acción humana”. Es decir, el socialismo es el ejercicio coaccionado contra la libertad humana a través del Estatismo.

EL ESTATISMO SOBRE LA ECONOMÍA ES EL VIRUS MÁS LETAL

El socialismo no es libre, el socialismo es totalitario porque sin propiedad privada no hay libertad, no puede haber libertad de expresión, ni libertad de movimiento, ni ningún otro tipo de libertad humana, una definición subjetiva y sometida a la voluntad de un régimen como la llamada «función económica social», no puede jamás limitar esa propiedad privada que se activará o no en función de los intereses del gobernante de turno.

Cuando hablamos de socialismo hablamos de todos los tipos de socialismo, no solo del socialismo marxista, sino también de la corroída socialdemocracia y su «progresista» intervencionismo Estatal y de todas las formas que incorporan algún tipo de coerción, impidiendo a los seres humanos comerciar o actuar libremente entre ellos.

Libres somos todos, en nuestras cabezas somos libres, en nuestra propia persona no puede mandar nadie, interiormente cada uno de nosotros tenemos las ideas que queremos, lo que sí se nos puede impedir es expresarlas y llevarlas a cabo y para poder expresarlas, para poder llevarlas a cabo, necesitamos de libertad y necesitamos de propiedad privada. La expresión de libertad requiere siempre de una base material, para poder expresar la libertad necesitamos un medio de comunicación, necesitamos papel, tinta, necesitamos de una imprenta, un celular, una computadora, necesitamos una logística de distribución, es decir, necesitamos de bienes materiales. Si queremos explicar este tipo de ideas necesitaremos un auditorio, un local, luz, agua, etcétera, que nos permita expresar y llevar a cabo nuestra idea. Si queremos hacer un programa de radio, necesitamos un sitio donde poder realizar el programa, equipos, etcétera, poder filmar, para emitir el programa, necesitamos internet. Si el Estado posee o controla todas las decisiones sobre esos medios de producción y difusión, si queremos hacer un programa de tv, ¿dónde lo hacemos? Necesitamos pedir permiso al dueño o a quien controla esos espacios, y lo mismo pasa con la publicidad.

En la práctica no hace falta censurar o que exista una ley mordaza, simplemente a través del control del Estado «nacionalizar» el papel de prensa y repuestos de los equipos o controlar el flujo económico fuente de ingresos de los medios de comunicación, incluso cuando este es de origen privado mediante coerción y amenazas. A partir de ahí, simplemente le dan papel, o publicidad a los suyos. Es decir, privar de la base material a la libre expresión. Si todos los medios de producción son del Estado o controlados por el Estado, si no te gusta tu trabajo ¿a dónde vas?

¿A dónde voy si todas las empresas son del Estado o le venden al Estado o viven del Estado? Si todo es del Estado, de propiedad colectiva o controlado por el Estado, la libertad depende del capricho del árbitro del gobernante. Es el gobernante el que decide qué libros se editan, qué currículo se debe enseñar, qué se puede exportar y en qué cantidad y cuáles no pueden hacerlo, qué conferencias se pueden dar y cuáles no, qué religiones pueden existir y cuáles no. Si no hay propiedad privada no hay libertad porque la libertad requiere siempre de una base material. La expresión de la libertad política y económica requiere siempre de base material. Igualmente, en el ámbito de la libertad de empresa, si todo está manejado bajo el ala del Estado, si quieres comprar una cosa o venderla necesitas la autorización administrativa que te puede ser dada o negada. Por tanto, el socialismo no puede ser libre, porque desde el momento que se debe pedir permiso para hacer algo no existe libertad.

El socialismo es explotador, el capitalismo no.

Cuando un socialista o un marxista critica el sistema de libre mercado no lo critica por el fin que los individuos dan a su dinero, para ellos la esencia del mal radica en cómo se genera el dinero, es decir, sin la intervención del Estado en alguna parte del proceso que impide que ellos saquen la comisión política de la transacción.

Las sociedades socialistas solamente se pueden permitir pagar sus obras públicas pagando menos a los obreros, si no ¿cómo se pueden permitir un excedente?

Por tanto, los bienes públicos tienen que ser financiados a costa del salario real de los trabajadores, el socialismo le paga al trabajador menos de lo que él merece, así es por definición. Y para eso utiliza herramientas como la inflación, limitaciones al salario, y otro tipo de impuestos ocultos.

Dentro del capitalismo de libre mercado al no existir ningún tipo de intervención estatal, el trabajador recibe siempre en cada momento lo que él merece. Dentro del socialismo hay una explotación forzada de unos colectivos a otros. Los privilegios de la clase gobernante dentro el socialismo siempre se financian a costa de pagarle menos al trabajador, a través de salarios forzosos, por eso dentro el socialismo los salarios no son libres.

Por eso al socialismo no le importa en qué se gasta tu salario, sino cómo se obtiene el dinero, el sistema socialista es un sistema explotador por definición. Al fijarse los salarios no por el libre juego de la oferta y la demanda, no por la voluntad recíproca de ambas partes, sino, al ser fijado por una de las partes y el Estado hay una explotación de tal forma que unos trabajadores ganan más de lo que deberían y otros menos de lo que deberían, los salarios son fijados políticamente y aquellos que cobran menos están financiando a los que cobran más, no queda otro remedio para sostener un sistema socialista. Por ello el socialismo es el sistema más explotador que existe.

El socialismo es radicalmente injusto por naturaleza, básicamente porque no da a cada uno según lo que merece, es decir cobra lo mismo el que trabaja que el que no trabaja porque tiene un sistema de igualdad salarial y aumentos anuales predeterminados políticamente.

Cada persona no recibe lo que merece porque no lo sabe, el salario se asigna políticamente, los salarios, las recompensas, los premios son asignados por méritos de afinidad política o por méritos de otro tipo, pero desde luego no responde a que las demás personas piensen que merece, así, el socialismo es injusto porque no premia a las personas por lo que hacen, sino que da a todos igual, y no existe nada más injusto que tratar, económicamente hablando, igual a los desiguales. Como poner la misma nota a todos los estudiantes independientemente de lo que hagan, independientemente de lo que trabajen, si aprobamos indistintamente a aquel que no trabaje, que esté durmiendo en clases con la misma nota de quién estuvo trabajando en clase, que se esfuerza, que se levanta temprano, que cumple sus deberes y su rendimiento es por tanto mayor que el otro es absolutamente injusto. El sistema que retribuye y premia a todos por igual, es un sistema en esencia injusto de manera radical.

Gran parte de la injusticia en esencia está en que los medios socialistas son medios políticos. Desde el momento que usan un aparato de coerción, desde que fuerzan a las personas a hacer algo o que no les permite hacer algo utilizando violencia ilegítima contra esas personas decimos que es un sistema radicalmente injusto, porque no les deja a las personas hacer lo que ellas entienden pertinente en cada momento, sino que hay que forzarlas, hay que coaccionarlas, hay que impedirles que se muevan.

La idea propia de planificación de la vida de los demás, la idea propia de que haya un plan con un consejo superior del plan que decide, es impedir la libertad de las personas, se trata de que haya una racionalidad por encima de la racionalidad individual a la cual deben supeditarse los individuos, por tanto, es forzoso, es injusto, porque impide a las personas hacer aquello que desean, vivir como desean, expresarse como desean, pensar como desean, es un sistema radicalmente injusto de origen.

Y además esto que es lo principal, el socialismo no puede existir, no solamente que sea bueno o malo, simplemente no puede existir, es un sistema que es imposible, como nos demuestra la historia de los sistemas económicos, porque es un sistema que no puede calcular. Hace mucho que se estableció el debate de la imposibilidad económica del socialismo. A principios del siglo pasado un grupo de estudiosos el economista estatista ruso Boris Brutskus, Maximilian Weber historiador y politólogo alemán, que escribió economía y sociedad, un primer ministro de Holanda llamado Nicolás Pierson, y Ludwig Von Mises economista austriaco, debatieron la posibilidad de si un sistema socialista es posible o no, no si es bueno o malo, no si es justo o injusto, sino, si puede existir o no un sistema socialista. La conclusión es que, aunque fuera el sistema más ético del mundo, aunque fuera el sistema más explotador del mundo o, aunque fuera el sistema más justo del mundo, el sistema socialista no puede existir, porque sin propiedad privada efectiva no hay precios, sin precios o con distorsión de precios por las subvenciones, no hay cálculo económico y sin cálculo económico el sistema se derrumba, no puede ser coordinado, por ello el socialismo es imposible. Es un sistema que al impedir la libre actuación empresarial y al impedir la formación de precios, no puede sostenerse.

Por último, el capitalismo es el único sistema que puede calcular, tiene un sistema de establecer precios y tiene un sistema de beneficios, precios y beneficios son los faros que nos orientan en la noche, dirigen la inversión, dónde llevar el capital, quitarse donde ganan menos y dirigirlo hacia donde gana más. Es un proceso de perpetua alusión, el capital es siempre invertido de la mejor forma posible, si no hay restricción estatal. Y los precios siempre refrescan toda esa enorme cantidad de información que hay detrás. Los precios nos dicen qué hay que producir, cuánto hay que producir, cuándo hay que producir, cómo hay que producir, dónde hay que producir, de qué calidad, qué cantidad, quién debe producirlo, obreros poco calificados de bajo salarios u obreros muy calificados de salarios altos, todo eso nos los dicen los precios que nos permiten el cálculo.

  • MARCEL RIVAS FALON
  • Ex Director General De Migración
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