Áñez entrevistada, cuenta su lado de la historia (segunda parte: candidatura errada)

  • Redacción VISOR21

La época electoral en Bolivia está más encendida que nunca, con los anuncios de los binomios que participarán en los comicios generales de agosto y la conclusión del plazo de inscripción de candidatos para este lunes en el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Una de las preocupaciones dentro de la oposición es la falta de unidad y la carencia total de un proyecto único. Aquello retorna a la memoria las elecciones de octubre de 2020, cuando el MAS volvió al poder, luego del fraude cometido en 2019, y cuando se presentaron diez candidaturas, casi como las cinco alianzas y cinco partidos habilitados para estar en la papeleta de este año.

En ese contexto, la expresidenta constitucional Jeanine Áñez, entrevistada por la comunicadora Sandra Parada en el streaming Cara a Cara, mediante el uso de Inteligencia Artificial que personalizó el cuerpo y voz de las respuestas escritas que dio la exmandataria desde el penal de Miraflores, reconoció los errores en su gestión para el regreso del masismo al poder.

“Hubiera insistido más aún de lo que insistí en 2020, para que la oposición se uniera y no fuera dividida a las elecciones generales”, sostuvo.

Áñez llegó al gobierno por sucesión constitucional el 12 de noviembre de 2019, tras la renuncia de Evo Morales y toda la línea de poder que debía asumir la Presidencia del Estado. Con el respaldo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y la posterior salida del país del jefe cocalero que gobernó durante casi 14 años, incurriendo en la figura de ausencia definitiva del cargo, la entonces senadora por Beni se proclamaba mandataria de Bolivia. “No había tiempo para formalidades, el país estaba viviendo una convulsión social y la violencia en las calles”, acotó.

Su misión constitucional se limitaba a terminar el periodo constitucional hasta el 22 de enero de 2020, pero los plazos para la convocatoria a nuevas elecciones desde el Tribunal Supremo Electoral (TSE) requerían de mayor tiempo.

Tras “pacificar el país”, como sostiene siempre Áñez, se logró acuerdos con el propio MAS y las dirigencias de los denominados movimientos sociales. La prórroga de mandato de todas las autoridades y representantes electos, desde el Ejecutivo, Legislativo hasta los gobiernos departamentales, municipales y regionales, se procedió a entrar en una nueva etapa electoral.

“Pedí que se convoqué a la oposición a unirse, a ir unidad a las elecciones para impedir el retorno del MAS al gobierno, pero mi pedido fue infructuoso”, recordó.

El 5 de diciembre, la presidenta de transición, como fue denominada, afirmó que no sería candidata ni haría campaña por ningún candidato presidencial. Sin embargo, uno de los primeros miembros del gabinete que fue relevado en menos de un mes, Jerjes Justiniano que ocupó la cartera del Ministerio de la Presidencia, había alertado que Áñez pretendía postular a la primera magistratura del país. Aquello se confirmaría el 25 de enero de 2020, cuando la presidenta anunciaba su candidatura con la alianza Juntos.

“De acuerdo con varios análisis que se hicieron, yo tenía una alta aprobación y favorabilidad en la población y acepté ser la candidata de la unidad opositora boliviana. Sin embargo, tras unos meses vi que no era lo que el pueblo boliviano esperaba y públicamente renuncié a continuar con la candidatura, insistiendo en que también se bajaran los que no iban a conseguir la mayoría que se necesitaba para lograr que ganara un gobierno diferente al MAS”, expuso en alusión a su posterior declinación en septiembre de ese año.

En inicio, las elecciones fueron programadas por el nuevo y recompuesto TSE para el 3 de mayo.

Juntos encabezó la lista de candidaturas, que llegaron a diez con: Acción Democrática Nacionalista (ADN), Comunidad Ciudadana (CC), Creemos, Frente Para la Victoria (FPV), Libre 21, Movimiento Tercer Sistema (MTS), Partido de Acción Nacional (PanBol), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el MAS, que no perdió su sigla pese al fraude de 2019, porque la normativa nacional solo califica esa figura como una “falta electoral”.

En marzo, cuando el escenario político comenzaba a prepararse para la campaña electoral, llegaron los primeros casos de coronavirus o Covid-19.  Áñez tuvo que decretar emergencia sanitaria primero, y luego un periodo de cuarentena que debería concluir después de la fecha de las elecciones. El TSE anunció la modificación del verificativo electoral por un par de semanas.

La pandemia, empero, comenzó a llevarse vidas y a colapsar el sistema de salud que, tras 14 años de gobierno del MAS, “era inexistente”, como señala Áñez en la entrevista.

“Estábamos en plena pandemia, mi misión era convocar a elecciones lo antes posible, pero los expertos en salud, quienes eran los que en el mundo entero hacían seguimiento a este virus terrible que apareció a sorprender a todos y a llevarse a tantos seres queridos, con mucha razón ponían la salud primero, porque el riesgo de contagios era muy grande”, agregó.

Ambas decisiones le cobrarían una alta factura. Anunciar su candidatura y decretar cuarentena, fueron acciones que la oposición y el MAS supieron capitalizar para dañar la imagen de la presidenta. Las denuncias por corrupción en plena pandemia, terminarían por sellar el destino de Áñez.

Luego de levantarse la cuarentena, pero aún con restricciones sanitarias, la fecha de las elecciones fue movida para agosto. Áñez, a través de sus ministerios en Salud, Presidencia y Gobierno, elevó informes al TSE y se especuló con postergar los comicios hasta octubre o noviembre.

El MAS, dirigido por Morales desde su asilo en Argentina, comenzó a convulsionar al país con bloqueos de caminos y marchas, pese al riesgo de contagio de Covid-19. Dirigentes e incluso diputados masistas llegaron a decir que el coronavirus era un “invento del Imperio”. Los bloqueos, a su vez, fueron tan críticos, que se cortó la distribución de tanques de oxígeno a los hospitales. Una decena de muertes por falta de oxígeno fue denunciada por el Gobierno, pero ni un solo caso llegó a juicio por falta de sustento legal.

Luego de mucha tensión y la renuncia de Áñez a su candidatura, la fecha final fue fijada para el 18 de octubre de 2020.

Morales confesaría luego, en una de sus primeras concentraciones políticas tras su regreso al país, que consultó con sus organizaciones sociales sobre pedir la renuncia de Áñez o aceptar la nueva fecha. “Hay que cuidarla”, fue su postura, pues la presidenta tenía una imagen tan desgastada que “derrocarla” la hubiera beneficiado. “Tiene que garantizar las elecciones”, fue la conclusión de la dirigencia masista y tanto los bloqueos de caminos como las marchas en las calles urbanas se levantaron.

Junto a Áñez, el candidato de Libre 21, Jorge Quiroga y la postulante de ADN, María Cruz Bayá, declinaron en participar, incluso con las papeletas ya impresas. El MTS y el PDC jugaron sus cartas aparte y dejaron la elección formalmente.

De los cinco partidos participantes, solo tres lograron representación parlamentaria y dos no llegaron a la votación mínima de 3% para mantener sus siglas, aunque fue recién en este mes de mayo de 2025, cuando el TSE informó sobre la cancelación del FPV y Panbol, que habían postulado a Chi Hyung Chung y Feliciano Mamani como presidenciables.

El MAS ganó la elección con su binomio Luis Arce y David Choquehuanca y 55% de los votos; mientras Carlos Mesa de CC y Luis Fernando Camacho de Creemos, quedaron muy por debajo con 28% y 14%, respectivamente.

Áñez intentó, sin ningún éxito, ser gobernadora de Beni, pero apenas logró el tercer puesto en la votación de las elecciones subnacionales del 7 de marzo de 2021. Cinco días después, en horas de la noche, cuando la expresidenta se encontraba en su domicilio en Trinidad, un contingente policial la aprehendió y trasladó hasta la sede de gobierno por denuncias de “sedición, terrorismo y conspiración”.

El 13 de marzo de 2021, Jeanine Áñez era ingresada al Centro de Orientación Femenina de Obrajes y luego trasladada al penal de Miraflores, donde todavía se encuentra encarcelada, con otras acusaciones activas y una sentencia de diez años por incumplimiento de deberes.

“Gracias por la oportunidad de contar mi lado de la historia, también gracias al equipo de producción por hacer posible el uso de la tecnología para estar presente. Buenas noches, Sandra, y buenas noches al pueblo boliviano”, dijo Áñez, al terminar la primera entrevista en medios nacionales que fue íntegramente producida con IA.

https://youtu.be/R-L5pLHTEaE