Un renovado y pujante liberalismo ha logrado mover los cimientos de la política boliviana. Aunque, por diversos motivos, no le alcanzó para competir con nombre propio en las elecciones de agosto, las ideas (que al final son las que importan) se hicieron carne en la población y permearon todas las candidaturas.
Como no se había visto antes en la política boliviana, las diferentes propuestas compitieron por mostrar quién reduciría más impuestos, quién eliminaría más cupos a las exportaciones, quién otorgaría más seguridad jurídica, quién reduciría más el déficit fiscal, quién eliminaría más subsidios o quién atraería más inversión extranjera. Y esto incluía incluso a las candidaturas oficialistas que habían hecho exactamente lo contrario en función de gobierno. Fue realmente un hecho histórico, las ideas de la libertad lideraron transversalmente la elaboración del proyecto de país que queremos después de 20 años de pesadilla masista.
Ahora, de cara a la segunda vuelta, la gente espera que esas mismas ideas se vuelvan a discutir con seriedad y determinación. Ahora que hemos podido derrotar al MAS y vemos con esperanza la luz al final del túnel, la gente espera decisión, no improvisaciones. No será sencillo, la crisis económica es profunda y el ajuste fiscal necesario dolerá. La reducción del gasto y el fin de la fiesta del derroche no son populares, pero son el fundamento de la recuperación y la proyección de mediano plazo. La gente lo sabe y está dispuesta a caminar el camino correcto si encuentra un liderazgo ético, capaz y decidido.
Hay muchas cosas que se deben hacer. La tarea es monumental, pero propongo a continuación un programa liberal mínimo que no solo resuelva la crisis económica, sino que también siente las bases de crecimiento y progreso en el mediano plazo. Si el nuevo gobierno no avanza en esta dirección habremos perdido una oportunidad de oro para devolverle al país esperanza de días mejores.
1. Reducir agresivamente el gasto fiscal de tal forma de reducir significativamente el déficit fiscal en un plazo no mayor a tres años. Esto implica entre otras medidas:
a. Eliminar empresas públicas ineficientes o vender aquellas que generen algún interés en el sector privado.
b. Cerrar varios ministerios, viceministerios y agencias públicas.
c. Eliminar el subsidio a los hidrocarburos.
2. Establecer los mecanismos legales para que:
a. El Estado no pueda nunca más pedir créditos al Banco Central para cubrir déficits fiscales.
b. El parlamento no pueda aprobar presupuestos generales del Estado si estos producen un déficit fiscal alto.
3. Implementar una profunda reforma impositiva eliminando impuestos y simplificando procedimientos con el fin de hacer fácil y barata la actividad económica en el país. Eliminar o reducir significativamente los aranceles de importación y otras cargas aduaneras haciendo que el contrabando ya no sea lucrativo.
4. Eliminar todos los mecanismos de control de precios y todos los cupos a la exportación, de tal forma que todos los precios reflejen la libre interacción de oferta y demanda en los mercados.
5. Eliminar regulaciones en el mercado laboral que hacen caro y difícil contratar trabajadores de manera formal.
6. Implementar la propiedad plena de los predios agrícolas eliminando la inembargabilidad e indivisibilidad de predios chicos y la Función Económica y Social para predios grandes.
7. Iniciar una profunda reforma judicial que reestablezca el imperio del estado de derecho y un nuevo procedimiento para la nominación de magistrados.
8. Iniciar profundas reformas en salud y educación que cambien los incentivos de los actores abriendo un serio debate sobre la descentralización y otras soluciones, incluso de mercado.
9. Llevar adelante una revolución de la propiedad privada que le entregue a los agentes económicos ahora informales (gremiales, transportistas, comerciantes, etc.) la propiedad efectiva de sus activos y negocios.
10. Promover la reforma de la Constitución Política del Estado para limitar el poder del Estado frente al ciudadano, atraer inversión extranjera, dejar que los mercados funcionen libremente, establecer las condiciones para poder reformar los sectores de salud, educación y pensiones, y establecer que todos somos bolivianos iguales ante la ley independientemente de nuestro origen étnico.
El futuro del país solo será promisorio si entendemos Bolivia y nuestro accionar como bolivianos a partir de la libertad individual, el respeto a la vida y a la propiedad privada.
- ANTONIO SARAVIA
- ECONOMISTA LIBERAL. PHD. EN ECONOMÍA
- *NDE: LOS TEXTOS REPRODUCIDOS EN ESTE ESPACIO DE OPINIÓN SON DE ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO COMPROMETEN LA LÍNEA EDITORIAL LIBERAL Y CONSERVADORA DE VISOR21