Fiel a su estilo, la administración Trump busca terminar de una vez por todas con la guerra entre Ucrania y Rusia. Este conflicto lleva ya mucho tiempo vigente y ha sido perjudicial para toda la comunidad internacional, poniendo un énfasis especial en Europa. La administración Trump es brillante en la hora de terminar conflictos globales; sus logros son múltiples y deben ser reconocidos, sobre todo viendo el estado en el que la administración Biden dejó al planeta.
Desde el inicio de su gobierno, Trump ha buscado un alto al fuego entre Ucrania y Rusia y ha adoptado una estrategia diplomática mucho más efectiva que la de Biden. En la misma se tienen en cuenta las peticiones de Rusia, algo que en lo personal me parece correcto; para llegar a un acuerdo de paz se necesita el consenso de todos los involucrados.
La administración Trump ha pasado de ser crítica con el gobierno de Ucrania, a sancionar económicamente a Rusia, para finalmente y luego de una extensa gestión diplomática, pasar a presentar un plan de paz de 28 puntos. La principal crítica que ha hecho Ucrania y la Unión Europea a dicho plan de paz es que es un acuerdo beneficioso para Rusia, en detrimento de Ucrania.
El plan de paz abarca múltiples campos y, si bien se le pueden hacer críticas, debo reconocer que es uno que logrará una paz duradera. Las principales críticas por parte de Ucrania y la Unión Europea son que el plan obliga a Ucrania a ceder territorio a Rusia aún no perdido, renunciar a sus intenciones de ingresar a la OTAN, celebrar elecciones en 100 días, otorgar amnistía total a ambas partes, reducir el tamaño de sus fuerzas armadas y abandonar los programas nucleares. Por su parte, también se critica cómo el acuerdo busca que Rusia sea rápidamente reintegrada a la economía mundial.
Incluso muchos han acusado que el plan de paz fue hecho con colaboración del Kremlin. Los reclamos ucranianos son válidos, sobre todo en lo que se refiere a la pérdida de su territorio, pero viendo la actual evolución del conflicto, Ucrania tiene las de perder, peor aún si Estados Unidos deja de darle apoyo militar y logístico. Sin el apoyo estadounidense, la guerra ya hubiera estado resuelta, y perderlo y depender solo de la Unión Europea es muy arriesgado para el gobierno de Zelensky.
Debemos ser realistas y, viendo la evolución del conflicto, creo que el plan de paz le es conveniente a Ucrania, mucho más si Estados Unidos ya no le da su respectivo apoyo. Una cosa es ser apoyado por Trump, otra por Macron. Creo que lo que le corresponde a Ucrania es modificar algunos puntos del plan de paz, pero también entender que deberá ceder en algunas de sus pretensiones. Es eso o sino seguir combatiendo, y Ucrania —tal como dijo Trump— estaría “apostando” no solo su supervivencia como país, sino la tercera guerra mundial. La paz es imperativa, peor viendo que se aproxima un conflicto entre China y Taiwán.
Muchas han sido las críticas a Putin, acusándolo de querer continuar en la guerra, pero hoy queda más claro que nunca que también Zelensky busca continuar en el conflicto y prolongar su mandato. Sobre todo, porque se ha vuelto el “líder mimado” de la Unión Europea y porque esta ve en Rusia una amenaza a su “libertad”. Empero, si bien Europa cuenta con logística y poder militar mucho más grande que Rusia, sin Estados Unidos están en una posición delicada.
Rechazar el plan de paz es un error por parte de Ucrania que, influenciada por líderes mediocres como Macron, está jugando con el futuro de la humanidad. Deben renegociar algunos puntos del plan de paz, pero estar listos a ceder también; al final, en una guerra siempre hay pérdidas. En lo personal, creo que deberán escoger entre reducir su equipamiento militar y el tamaño de sus fuerzas armadas o ceder algunos territorios.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
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