Política monetaria, una clase muy especial

Era pasada media mañana cuando el ex presidente Luis Arce Catacora cruzó la puerta de nuestra aula y nos saludó. Ya cerca a nuestra prueba final del año hicimos una pequeña recapitulación probablemente eso explicaba la poca asistencia éramos tan solo 6.

El profesor Arce inició su clase:

Bueno jóvenes veamos que la importancia de la política monetaria radica en su sumisión a la política fiscal. Recordemos lo que hicimos en el gobierno durante el COVID nosotros atendimos las necesidades a punta de gasto público el resultado fue importante todo por el beneficio de las bolivianas y los bolivianos.

A pesar de la caída de nuestras exportaciones y los efectos recesivos de la pandemia logramos reponernos. Primera pregunta para ver que tan atentos están: ¿Qué responsabilidad tuvo durante todo este proceso el Banco Central?

Nos miramos y uno de nosotros levanto la mano. Profesor Arce yo creo que se encargó de dar liquidez al gobierno para que este pueda resolver éstas necesidades de manera oportuna.

Correcto pero olvida un pequeño detalle, el Banco Central asume la orden emanada desde el Ministerio de Economía y Finanzas porque deben coordinar y eso es clave para ejecutar el modelo económico no es verdad? Todos asienten ligeramente con la cabeza.

Bueno esa liquidez extra en la economía es importante para impulsar la demanda agregada como bien vimos clases anteriores eso hace que podamos compensar la caída en las exportaciones y el PIB siga esa tendencia de crecimiento. Ese blindaje qué nos protege de los shocks de los mercados internacionales.

Pero profesor no es acaso contradictorio qué inyectemos liquidez para impulsar el consumo cuando al mismo tiempo nos prestamos dinero para la inversión pública. ¿Esto acaso no tiene efectos inflacionarios?

Buena pregunta, ya parecen neo liberales. Nadie se ríe solo Arce.

No tendría efectos inflacionarios porque estamos generando producción y a su vez el consumo qué la absorba eso nos da un equilibrio qué neutraliza cualquier efecto inflacionario además tenemos controles de precios de la canasta familiar que nos permiten evitar cualquier proceso de especulación.

Los alumnos asentían nuevamente pero esta vez con algo de incredulidad porque eran conscientes de que solo bastaba con girar la cabeza y ver tras los ventanales del aula una realidad totalmente distinta. Antes el presidente del Estado Plurinacional venía a darles la clase hoy era distinto era simplemente el profesor. Esos aires de poder de dueño de la verdad absoluta se desvanecieron y hoy solo veíamos a un hombre aferrado a la Retórica qué le dio paz ante la incertidumbre qué no es lo mismo que tener la razón.

Profesor Arce yo he leído otros autores que me señalan que el argumento que usted da es totalmente contradictorio por no decir imposible. Muy aparte de que puedo ver que allá afuera sus palabras se esfuman rápidamente ante la contundencia de la realidad. Estamos en una crisis y la solución no puede ser endeudarse para mantener nuestro estilo de vida debe haber un cambio, la negación del fracaso del modelo nos está desangrando como economía.

Basta por favor voy a tenerle que cortar primero porque lo que menciona nada tiene que ver con la materia y segundo porque la clase ha terminado y tengo que atender a la prensa así que me disculparan nos vemos la próxima clase

Luis Arce Catacora sale apresuradamente de clase mientras los estudiantes no pueden dejar de intercambiar miradas cómplices qué entrelineas transmitían un solo sentir.

Y este caballero fue gobierno durante 5 años y acompaño como ministro de cartera por otros 15 años al Gobierno de Evo Morales. ¿Es esto lo único a lo que podemos aspirar?.

El atractivo barniz del poder puede disimular las más obvias de las cicatrices e imperfecciones del ser humano, desgraciadamente para algunos este se desvanece una vez los “amigos”, la realidad y el inmisericorde paso del tiempo hacen su magia para conspirar en contra de aquel que lo detente.

Existe un camino más accidentado no para cubrir esas cicatrices e imperfecciones sino reconocerlas como parte de uno mismo, trabajar en un proceso de sanación interna que permita que la resiliencia genere una coraza protectora frente a los placebos circunstanciales de las que el hombre común es presa.

Probablemente Arce Catacora ahora en su faceta de hombre común se decida por estos placebos, que la cátedra universitaria aún le permite consumir en dosis leves, esa sensación pasajera de superioridad intelectual que tiene un alto coste: el sentido común, la objetividad y sobre todo la fibra moral que nos permite respirar, pensar, decidir y actuar en consecuencia a tus principios a pesar de las presiones exteriores.

Seguir los rastros de su propio pasado para terminar por justificar sus acciones debe ser una tarea agotadora, contradictoria e improductiva. Pero solo es una excusa ante la cobardía que lo atormenta.

  • CARLOS ARMANDO CARDOZO LOZADA
  • Economista, Máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Presidente de la Fundación Lozanía
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21