Población desesperada por hallar a “alguien nuevo”

Hace ya mucho tiempo que todos los sectores de la población piden que aparezcan políticos nuevos, el desgaste de los “dinosaurios” es evidente. Empero, aún no veo a algún político “nuevo” que tenga chances para lograr éxito electoral y, sobre todo, que sea carismático. Sin duda han aparecido nuevos actores políticos, pero no me parecen del otro mundo. Debemos preguntarnos si estos nuevos candidatos son realmente la esperanza de Bolivia o si se está cometiendo el error de sobrevalorarlos.

Con la ruptura del bloque de unidad, la población mostró un fuerte rechazo hacia los políticos tradicionales, causando que “los nuevos” vieran sus chances crecer. Es entendible que la gente esté harta de los tradicionales, más si éstos siempre han perdido ante el MAS y lo único que la gente les ruega es que se unan. Una vez más han decepcionado a la población.

Entre los nuevos, hay dos casos interesantes: Jaime Dunn y Edmar Lara. Ambos han recibido un apoyo considerable de la población, pero dudo que sea suficiente para tener chances de ganar las elecciones. El primero es popular, principalmente en redes sociales. De igual forma, el incluirlo en el gabinete del supuesto golpe ha hecho que más gente sepa quién es (jugada estúpida del MAS o muy misteriosa, el tiempo nos dirá). Los sectores más libertarios de la población son leales seguidores de Dunn, quien ha sabido imponerse a otras figuras de esta corriente.

Le seré honesto al lector: Dunn tiene un currículum envidiable, sobre todo en temas financieros, pero como político nada me genera, tampoco me parece carismático. Si bien es cierto que su visión de país es liberal, no veo más cosas que rescatar y tengo mis dudas sobre si alguien sin experiencia política pueda afrontar con éxito una gestión tan dura como la venidera y salir victorioso. Su aumento de popularidad responde a la desesperada necesidad de la población de que aparezca alguien nuevo.

Yéndonos a términos aún más políticos, como discursos, propuestas y manejo de “estrategias”, nada especial veo en Dunn. El mismo Tuto, quien siempre se ha caracterizado por ser un hombre técnico y no de masas, está logrando convencer más a sectores populares por nuevas dinámicas de discurso y nuevas tácticas. Algo que a Dunn no le he visto hacer y que deberá trabajar para, aunque sea, quedar en el top 5 en las elecciones. Lo que sí le reconozco es que tiene una visión de país clara y establecida, pero de ahí a ser alguien como Milei, es algo muy difícil. El presidente argentino logró con sus propuestas “radicales” y comportamiento alocado convertirse en alguien popular y carismático, ganando así el respaldo de varios sectores de la población argentina. Por su parte, Trump, gracias a su tono directo y relajado, y su forma de ser, logró rápidamente también cautivar a muchos sectores de la población estadounidense. Lo que estos dos tienen, no lo tiene Dunn y dudo que lo adquiera con el pasar del tiempo, por lo que su popularidad es solo producto de la desesperación de la gente por tener a alguien nuevo.

Sumado a esto, no tiene estructura en caso de ganar las elecciones, algo que se construye con el tiempo y que cuesta mucho.

Respecto a Lara, tampoco veo a alguien carismático. Si bien, a diferencia de Dunn, llega mucho más a sectores populares, a cambio no cuenta con una clara visión de país. El apoyo al capitán está justificado en que la gran parte de la población está cansada de la “verde olivo” y sus abusos. Lara representa toda esa frustración y cómo la gente quiere autoridades que no sean corruptas y que sí protejan a la gente.

Si los tradicionales siguen con sus idioteces y peleas de adolescentes, los nuevos seguirán ganando aprobación y apoyo de la gente. Empero, no creo que sea suficiente para ganar la elección. Como dije, lo más viable es un top 5, y más aún viendo cómo el voto útil seguirá siendo “ley” en nuestro país.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21