Actualmente los partidos políticos atraviesan una situación crítica de manera global, su declive es algo preocupante y evidente. Los que son, según múltiples autores de derecho, pero también de ciencia política, las “piezas fundamentales” de la democracia representativa y los intermediarios entre el pueblo y el poder, hoy más que nunca están cuestionados. Además, también se nota cómo muchos han dejado atrás su doctrina e ideología política para optar por el pragmatismo. Reitero, esta es una tendencia global, aunque de cierta forma en ciertos países y a la cabeza de ciertos líderes se ha revertido, por ejemplo, con movimientos como el MAGA de Donald Trump o de corte nacionalista como Viktor Orbán.
En Bolivia, la situación es aún peor y mucho más crítica, lo que explica por qué hoy el nivel político es deplorable en todos los sentidos. Atrás quedaron las épocas de Falange o el MNR, cuando se formaban cuadros políticos notables, pero también se combatía arduamente por una Bolivia mejor. Hoy los partidos políticos bolivianos, en vez de tener una dirección e ideas claras, fungen más como un negociado, donde lo último que importan son las posturas políticas y las visiones de país, algo que deja al electorado con una oferta política deplorable.
Este declive es especialmente más notable en los movimientos que se han opuesto al MAS. Es cierto que el masismo es causante de la destrucción de Bolivia, pero también se debe reconocer que cuenta con una ideología clara y han logrado formar cuadros políticos; no por nada han ganado de manera contundente múltiples elecciones.
Será fundamental en los próximos años que se formen nuevas agrupaciones políticas que sí tengan visión de país e ideas claras, pero que se enfoquen en mejorar a Bolivia en todos los ámbitos. Es necesario crear movimientos políticos que consoliden la nación boliviana, fomenten una sola identidad nacional y, de una vez por todas, impulsen un nuevo Estado Nacional. También que se enfoquen en resolver los grandes problemas estructurales del país; la crisis económica actual es solo la punta del iceberg. Solo con partidos con objetivos claros y con una mentalidad ambiciosa, Bolivia saldrá adelante.
Poco queda de los partidos políticos con doctrina clara y con visión de país bien estructurada; hoy los nuevos partidos políticos son un mero negociado. Curiosamente, son los partidos formados en el Siglo XX los únicos que conservan un poco de sus ideas políticas; los otros son meros instrumentos “sin alma”, que solo sirven para lucrar a los dirigentes.
Los partidos nacientes en este último año sin dudas muestran el grado mediocre al que ha llegado la política en el país. Me enfoco específicamente en Nueva Generación Patriótica, MORENA y ahora LIBRE, partidos sin alma y visión que solo muestran el estado paupérrimo en el que se encuentra el país en términos políticos. A esta lista también podríamos añadir al FRI y a Unidad Nacional, quienes son un mero negocio o instrumento de sus “líderes” para participar en la vida política sin aportar a Bolivia.
Respecto a MORENA, es sin dudas el partido más vergonzoso y nefasto que ha existido en Bolivia, y que una persona como Eva Copa lo haya creado muestra la clase de aberración política que es. Lo peor de todo es que, con base en engaños, han logrado sacar su personería jurídica; múltiples son los bolivianos que han sido inscritos como militantes sin saberlo, algo que debería ser sancionado. Por amor a la patria, MORENA debería desaparecer del espectro político.
Lo mismo pienso de LIBRE, me parece otra aberración política, solo un poco más “decente” que MORENA. Lo peor es que llega en el declive de Jorge Quiroga, el cual cree que seguirá siendo protagonista político en los próximos años, pero que en realidad por dignidad debió retirarse hace mucho.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
- *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21


