No fue el único robo clamoroso que acaeció en uno de los más famosos museos del mundo, el Louvre de Paris, con las joyas de Napoleón como sucedió pocos días atrás.
La noche del 21 al 22 de agosto 1911, el Louvre estuvo cerrado por mantenimiento. Un hombre, vestido de obrero, entró al Salón Carré, donde se exibía uno de los retratos más famoso del mundo. Se escondió en los rincones más oscuros del museo y en cuestión de segundos quitó la tabla del marco, la obra maestra de Leonardo da Vinci, la Mona Lisa desapareció. Fue el inicio del robo más famoso de la historia del arte. Un robo clamoroso que trasformó la Mona Lisa en ícono mundial.
Vincenzo Peruggia, pintor de Dumenza, en Provincia de Varese (Italia), estaba detrás del robo. Convencido, erróneamente, de que el famoso cuadro había sido robado por el Emperador Napoleón Bonaparte, decidió traerla de nuevo a Italia e ideó un plan tan simple como audaz. Trabajando para la empresa encargada del mantenimiento del museo, conocía las costumbres y las medidas de seguridad del personal. Ese día, desmarcó la tabla, la escondió bajo su abrigo y desapareció por una puerta secundaria sin ser molestado.
La desaparición se descubrió al día siguiente. Al principio, se pensó que se trataba de un error de inventario o a un préstamo no registrado, pero luego la incredulidad dio paso a la evidencia: la Mona Lisa había sido robada.
Permaneció dos años en Paris, como un tesoro secreto. La investigación, que duró más de dos años, involucró a figuras destacadas de la vanguardia cultural francesa. En diciembre de 1913, Peruggia, ya de vuelta a Italia, movido por un deseo patriótico y desesperado de devolver la obra maestra a Italia se contactó con un anticuario de Florencia, ofreciéndole vender la pintura a condición que permaneciera en Italia. El 11 de diciembre, el anticuario y el director de la “Galeria degli Uffizi” de Florencia acudieron a la habitación del hotel donde se encontraba escondida la pintura. Reconocieron de inmediato la autenticidad de la obra de arte y alertaron la policía, que arrestó Peruggia, destinado a pasar a la historia como el “ladrón de la Mona Lisa”.
La obra maestra de Leonardo se expuso temporalmente en la “Galería degli Uffizi” de Florencia y en otros museos italianos antes de regresar en enero de 1914 al Louvre de Paris, recibido en una cerimonia triunfal que consagró el robo como uno de los acontecimientos más sensacionales y fascinantes de la historia del arte.
- RODOLFO FAGGIONI
- PERIODISTA Y CORRESPONSAL EN ITALIA. MIEMBRO EFECTIVO DE PRENSA INTERNACIONAL
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