La invasión rusa a Ucrania y el derecho de autodeterminación

LUIS ANTEZANA

La invasión de Rusia a Ucrania es producto de un problema nacional. Su causa no es reciente, tiene origen en siglos atrás y se manifestó en varias oportunidades con signos de violencia, sin que encuentre solución y solo para que se agrave. En esta oportunidad tampoco se resolverá, a menos que se tome en cuenta el principio de autodeterminación de los pueblos.

La cuestión es de larga data. Ya en tiempos de Iván el Terrible, el Imperio Ruso inició la conquista de territorios no-rusos y extendió el dominio de ese Estado con los territorios de Siberia, Mongolia y otros. Más tarde, en 1880, Rusia se anexó Georgia, en 1850 Finlandia y Polonia, el Cáucaso y otros.

A fines del Siglo XIX, un censo constató que la población del Imperio Ruso era muy heterogénea y los rusos eran solamente el 44 % de la población, mientras las otras 14 nacionalidades no rusas constituían el 56 % de la población.

De ese total los ucranianos eran el 17 %. En ese contexto, los zares rusos permitían que los pueblos anexados gocen de autonomía. Para entonces, otras nacionalidades incorporadas al Imperio Ruso gozaban de sus propias reglas políticas y sus propias reglas sociales, culturales (1700-1800) Polonia y Finlandia eran monarquías constitucionales (1805-1900). Esos privilegios eran vistos, sin embargo, con recelo por el Imperio ruso, en particular en lo que se refería a Polonia, que bajo los zares paradójicamente gozaba de libertades democráticas más amplias que las que existían en Rusia imperial, aunque esa situación estaba condenada a desaparecer. En el mismo problema se encontraban Ucrania, Estonia, Letonia y Bielorrusia, que gozaban de sus propias costumbres políticas Así mismo, tenían avanzados movimientos nacionalistas.

En el Siglo XIX Ucrania desarrollaba un fuerte movimiento político que, en primer lugar, quedó bajo la influencia del populismo que confiaba en los campesinos e intelectuales para hacer la revolución, pero que fracasó. Al mismo tiempo, emergió un movimiento nacionalista que fundó en 1900 el Partido Nacionalista Ucraniano para crear la “Gran Ucrania”, partido en el que participaban todas las clases sociales, una verdadera alianza de clases, excepto la intervencionista rusa.

Un intenso debate sobre el nacionalismo se produjo en Europa, en especial en partidos comunistas. En él intervino la socialista polaca Rosa Luxemburgo y desarrolló la tesis aprobando los movimientos independientes de Polonia, sosteniendo que esa teoría era válida en el Siglo XIX, pero no en el XX. Entonces, la posición de Marx y Engels sobre que el nacionalismo iba a desaparecer, resultó falsa.

Por otro lado, en Rusia apareció el Partido Social Demócrata (de Lenin) que fue el primero que adoptó una actitud a favor de los movimientos nacionalistas y aprobó una resolución sosteniendo que la Social democracia “tiene como su fundamenta y principal tarea apoyar la autodeterminación”.

Años siguientes, Stalin publicó un libro titulado “El marxismo y la cuestión nacional”, que seguía la línea de Lenin. Poco después estalló la Segunda Guerra Mundial y la desintegración del Imperio ruso (1917), y Ucrania, Bielorrusia y otras nacionalidades participaron en ese proceso, pero defendiendo su autonomía en los nuevos órganos de gobierno.

Al producirse la revolución de 1917, en la etapa del Gobierno provisional de Kerensky, se consideró la autonomía de Ucrania y fue aceptada. Pero ese gobierno cayó y los bolcheviques tomaron el poder y después de algunas discusiones en el Octavo Congreso del Partido, a sugerencia de Lenin se adoptó el programa con el derecho a la auto-determinación nacional y surgió la tesis del federalismo nacional. Finalmente, la Constitución rusa de 1918 aprobó la idea de la autonomía nacional territorial. En esa forma, Rusia se convirtió en el primer Estado moderno en aceptar el principio nacional como base de la estructura federal.

Entonces, los bolcheviques conquistaron Ucrania y Bielorrusia, no sin la resistencia de los nacionalistas, pues en Kiev se presentó la resistencia nacional y en Bielorrusia se formó el Partido Nacionalista. Y luego de varios choques, se estableció la República Socialista de Bielorrusia, convirtiéndose en república independiente, al igual que Lituania.

Enseguida se produjo la expansión del Imperio de la Unión Soviética que conquistó Ucrania y Bielorrusia, los países fronterizos de los musulmanes y el Cáucaso, que dieron lugar al establecimiento del Imperio Socialista, hasta la caída del Muro de Berlín. Hoy Rusia invade Ucrania como en tiempos primitivos, negando la autodeterminación de los pueblos y los principales antecedentes históricos recopilados.

LUIS ANTEZANA ERGUETA

Escritor e Historiador

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de Visor21.