“En realidad, el señor Evo Morales es un depredador sexual”, fue la sentencia del exdirector del Servicio Plurinacional de Asistencia a las Víctimas (SEPDAVI) Marcelo Alcázar, quien regresó al país con el cambio de gobierno y decidió hablar sobre las investigaciones del caso Noemí Meneses de 2020.
Una de las revelaciones de Alcázar en entrevista con el periodista John Arandia, fue la intervención en el caso del entonces delegado defensorial Nelson Cox, que incluso llegó a interferir en el secuestro de la movilidad y los celulares de la familia Meneses, cuando un operativo policial dio con una vagoneta que había sido reportada como robada por la Gobernación de Cochabamba.
Las hermanas Meneses, entre ellas Noemí de entonces 19 años, quedaron aprehendidas en Tiraque luego de haber cargado combustibles y ser registradas en el sistema de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Cox, dijo el entrevistado, “tuvo una participación relevante para minimizar la acción, minimizar todo el accionar de la Policía y, sobre todo, evitar que se vaya a actuar respecto a los teléfonos móviles”. Los aparatos celulares, como se reveló luego, contenían fotografías, videos y chats que confirmaban la relación sentimental entre Meneses y Morales.
Las indagaciones de Alcázar, entonces funcionario del SEPDAVI, dependiente del Ministerio de Justicia, confirmaban que la relación entre el expresidente y la joven había comenzado cuando ella tenía 15 años.
Para Alcázar el caso Meneses fue inmediatamente vinculado con el escándalo de 2016 con Gabriela Zapata, con quien Morales también tuvo una relación e incluso un hijo, cuando la mujer era parte de las juventudes del MAS en Cochabamba.
“Cuando se presenta el caso de la señora Zapata, se presenta un certificado de nacimiento y si revisamos el certificado de nacimiento, la progenitora tuvo que concebir cuando ella tenía 16 o 17 años, 17 años es más seguro; entonces, eso ya nos dio un patrón de conducta irregular de esta persona, que es Evo Morales”, agregó.
La denuncia se presentó en La Paz, pero el entonces fiscal general Juan Lanchipa determinó rechazar el caso, con el argumento de que el domicilio del acusado era en Cochabamba.
El entrevistado reiteró que Cox tuvo un importante rol en el caso Meneses, pese a que como delegado defensorial no era un tema de su competencia. Ese fue un “indicador raro”, dijo.
En 2020, Meneses fue aprehendida y el contenido de sus celulares revelaron, entre otras cosas, que la relación con Morales llevaba varios años, que ella viajaba en helicóptero oficial y acudía al piso 24 del edifico de la Casa Grande del Pueblo.
Tras quedar en libertad, la joven nacida en 2001, viajó a Argentina donde convivió con Morales en su residencia en Buenos Aires.
Cox, a su vez, luego de su paso por la Defensoría del Pueblo fue candidato del MAS a la Alcaldía de Cochabamba, denunciante contra la Resistencia Juvenil Cochala en el montaje del caso “golpe I” y luego abogado personal de Morales hasta la fecha.
Otras denuncias contra Morales están activas, por la figura de trata de personas, que incluye una investigación sobre el tiempo en que el jefe cocalero estuvo en Argentina con presencia de jovencitas que llegaban a su mansión desde el trópico cochabambino u otras regiones.
A todo aquello se suma el caso de Cyndi Saraí Vargas, otra joven con quien Morales tuvo relaciones íntimas, procreó una hija, y que se presume conoció cuando la joven tenía 14 años. En ese caso, Cox también figura como abogado defensor de Morales.


