“Estoy sembrando de lo que he aprendido en la robótica”

 

Andy Kevin Porcel Velásquez es un joven científico de 26 años que fue elegido como uno de los “Chuquisaqueños del Año 2021” por sus logros en la robótica y la mecatrónica, tanto en concursos nacionales como internacionales. Su talento ha traspasado fronteras y ahora es convocado en equipos de élite bolivianos que cosechan oro con sus prototipos en el mundo.

Todas sus hazañas las ha conseguido sin el apoyo de nadie, a pesar de haberlo solicitado a instituciones. Su presencia en concursos y el desarrollo de prototipos han implicado sacrificios significativos para él y su familia, compuesta por sus padres y dos hermanos.

“Lo poco que sé”, dice con humildad, quiere compartirlo para “dejar una huella” que otro puedan seguir. Es así que adentra a niños y jóvenes en el fantástico mundo de la robótica para lanzarlos a concursos nacionales, donde sus aprendices han cosechado las más altas preseas representando a Chuquisaca.

Este genio, humano y solidario, se hizo conocido por construir y donar máscaras de protección en impresión 3D para el personal de salud, mucho antes de la llegada de los primeros equipamientos para combatir el covid-19, y luego por formar un equipo para desarrollar un prototipo de respirador artificial.

Ahora incursiona en la investigación de la inteligencia artificial y tiene proyectado estudiar un posgrado en el exterior en esta especialidad, razón por la cual algunas universidades le han expresado que valoran grandemente sus capacidades y quieren otorgarle becas para tenerlo en sus aulas.

CORREO DEL SUR (CS). ¿Qué sientes al haber sido elegido como uno de los Chuquisaqueños del Año 2021?

Andy Porcel Velásquez (APV). Estoy muy feliz porque es la primera vez que estoy siendo reconocido en mi ciudad.

CS. ¿Cuándo comenzó esta afición tuya por crear?

APV. A inicios del 2018 la Universidad (de San Francisco Xavier) empezó a realizar concursos de robótica incentivando la aplicación de lo que se aprende en la universidad. Allí empecé a incursionar y me gustó.

CS. ¿Cuál fue el primer concurso que ganaste en robótica?

APV. Fue justamente en estos concursos que yo recibí el primer incentivo con el primer premio. Fue eso lo que me motivó a investigar más sobre la robótica y ver dónde podíamos llegar a nivel nacional. De esta manera, incursioné de forma mucho más profunda en la robótica.

CS. Hasta ahora, ¿cuáles han sido los reconocimientos más importantes que has recibido?

APV. El 2018 gané un segundo lugar a nivel nacional realizando un prototipo de manera muy casera con motores de impresoras reciclados y el chasis soldado por un mecánico vecino. El 2019 y 2020 he tenido reconocimiento en concursos presenciales y virtuales en México, Colombia, Ecuador y Perú, y este último año que ha sido un logro grande en Argentina donde obtuve los primeros premios (oro y plata) en las tres categorías.

CS. ¿Cómo explicas que hayas llegado tan lejos sin apoyo institucional?

APV. En el tema económico, el desarrollo de cada prototipo es de alrededor de 400 dólares y el apoyo que he tenido hasta ahora solo ha sido familiar; me han ayudado mis padres. He tratado de buscar apoyo de la Universidad, de la Gobernación, pero hasta ahora nada.

Este año se están abriendo los concursos a nivel presencial y el objetivo no solo es que vaya yo, sino también llevar a otros participantes y dejar mi huella en el ámbito de la robótica. Y para eso se requiere apoyo, para los pasajes, los viáticos y para el material; es ahí donde se requiere un apoyo de las autoridades.

CS. Tu fama ha trascendido las fronteras departamentales y tu trabajo es requerido en otros ámbitos. ¿Puedes contarnos al respecto?

APV. A inicios de la pandemia se creó un grupo, “Misión Anticovid”, que en un principio nos dedicamos a la fabricación de máscaras protectoras en 3D que se donaban a los hospitales para el personal de salud y con el mismo equipo estábamos desarrollando un prototipo de un respirador artificial.

El 2021 trabajé con un equipo que se llama Igem, dedicado a la biotecnología, con quienes ganamos la primera Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Biología Sintética, con quienes luego nos ha ido de maravilla en el Concurso Internacional de Máquinas de Ingeniería Genética, obteniendo otro oro. En nuestro caso, construimos un dispositivo que detecta la presencia de arsénico en ríos contaminados de Bolivia y los datos pueden ser almacenados en un servidor para ser compartidos con otros investigadores.

En este concurso mundial dedicado a la biología molecular, además, obtuvimos dos premios especiales: a las “Mejores Prácticas Humanas Integradas” y a la “Inclusividad”, porque hicimos más de seis videos educativos en aimara, quechua y guaraní.

CS. La solidaridad y el compromiso son parte de tu perfil como persona y científico. ¿Puedes comentarnos sobre la formación en robótica que impartes a niños y jóvenes, que ya han salido a representar a Chuquisaca?

APV. He tenido alumnos en diferentes categorías en las olimpiadas estudiantiles del 2021 donde he tenido un éxito total con un 100% de premios. Asimismo, los chicos que obtuvieron los dos primeros lugares han podido ir a nivel nacional y obtuvieron dos platas. De esta manera estoy sembrando de lo que he aprendido este tiempo en la robótica.

CS. ¿Qué secretos o tips nos podrías compartir?

APV. La robótica es una armonía con la mecánica y se la tiene que desarrollar en uno. También se debe estar atento a los detalles, porque cada detalle influye mucho en cada robot y hay que tomarse el tiempo porque hay quienes están armando sus robots un día antes y, así no van a llegar lejos.

CS. ¿Qué opinas de la inteligencia artificial?

APV. Estoy incursionando en la inteligencia artificial, es un campo muy amplio que está presente en casi todo y es muy interesante. Un amigo, Javier Vargas, me mostró lo que se podría llegar a hacer y aplicar en la vida real, ahora mismo me estoy capacitando. Tengo la idea de desarrollar una prótesis de primer nivel mezclando la mecatrónica y la inteligencia  artificial; esto quiere decir que la prótesis siempre irá aprendiendo cómo se comporta el cuerpo y qué señales manda para realizar movimientos, de manera que siempre vaya aprendiendo. Después de un tiempo, el portador de la prótesis no sentirá que lleva una prótesis.

Quiero incursionar en un posgrado en inteligencia artificial.

CS. Estás en puertas de obtener tu título y optar por un posgrado. ¿Hay universidades que te ofrecen becas?

APV. He estado investigando universidades en el exterior. Este talento y lo poco que sé, es muy requerido en muchos países. He hablado con dos universidades hasta ahora que están interesadas en que estudie en sus aulas.

CS. ¿Cómo motivarías a los chuquisaqueños para que alcancen sus sueños a pesar de las circunstancias adversas?

APV. Siempre ser constantes; por más que no se tenga el apoyo, uno se las tiene que ingeniar para alcanzar sus metas. No hay que rendirse para no dejar a medias los proyectos personales.

ANDY PORCEL

Egresó de la carrera de Ingeniería Electromecánica de la Universidad San Francisco Xavier. Se dedicó a competir en robótica de manera profesional y obtuvo preseas de oro y plata en campeonatos a nivel nacional e internacional (México, Perú, Ecuador, Colombia y Argentina).

Fundó la Sociedad Científica de la Facultad de las Mecánicas “FIMMEE” (2020). Fue voluntario de la Misión Anticovid. Es parte del Igem, grupo boliviano que se dedica a la biotecnología y que obtuvo un oro en un campeonato mundial.

Es profesor de robótica para niños de entre 11 y 16 años. A ellos les transmite lo aprendido mientras los prepara para olimpiadas estudiantiles y competencias profesionales.

//FUENTE: CORREO DEL SUR//